
Cultura
Misa electrónica
Los Chemical supieron ser gurúes o abrecaminos del género, pero han dejado de estar en la cresta de la ola, aunque sigan llenando estadios y combinando música con audiovisuales que hacen caer de culo a sus espectadores. El Velódromo no se llegó a llenar el martes, y aun sin incómodos claros (como los que hubo cuando Kiss tocó en el Gran Parque Central), quizá faltó un poco más de la descomposición de individualidades que genera el apelotonamiento de cuerpos. El lado bueno: hubo suficiente espacio para bailar.