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la diaria

Cultura

Conferencia de prensa de los músicos y la familia de Luis Alberto Spinetta, ayer, en Buenos Aires. Foto: Sony Music, s/d de autor
Cultura

Otro mañana

"Los Amigo", último disco de Spinetta, es un álbum breve, casi un EP, con apenas siete temas, de los cuales uno está en dos versiones y otro aparece como extra al final. El más de medio centenar de periodistas reunidos ayer de mañana en el lujoso y amplio auditorio ubicado en la planta baja del edificio del sello Sony, en Palermo, pudo escucharlo completo una sola vez, antes de la conferencia.
Omara Portuondo en Buena Vista Social Club. Foto: Carlos Ernesto Escalona
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Chan chan

Desde 2010, Silvio Rodríguez va por los barrios más pobres de La Habana; canta en la calle, ante los que no podrían pagar para oírlo en un teatro. Todo empezó cuando un policía de La Corbata -arrabal profundo- le tocó a la puerta y le pidió un poco de música para los vecinos. Ésta fue la presentación número 70, y los invitados fueron el Buena Vista Social Club. Hicieron una parada en su "Adiós Tour", como quien dice “un momentico, vengo enseguida”.
El Gucci después del recital, el jueves en el Teatro de Verano. Foto: Mauricio Kühne
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120 kilos de sabor

El violinista llega al escenario, comienzan melodías tímidas de vientos y explota un aplauso efervescente cuando la figura generosa del Gucci entra en escena. Nacido hace 31 años en Pocitos como Gustavo Serafini, el Gucci es una esquirla del boom de la música tropical y aledaños que sorprendió al país en los últimos dos años. Lo suyo no es cumbia cheta ni cumbia chota. Su banda, Los Asesinos del Sabor, tiene ocho músicos -trombón, dos trompetas, percusión, pailas, contrabajo eléctrico, teclado y violín- que relojean partituras y que, como muchos integrantes de orquestas tropicales, pasaron por la formación académica. “Yo toco plena”, diría dos horas después en el backstage, rodeado de familia, amigos y fans sedientos de selfies. Nada de cajas de ritmos, ni sonidos pregrabados, ni playback.
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Pa’l que no se va

Ayer, en el segundo piso de la Intendencia de Montevideo, la inconfundible estampa de Alfredo Zitarrosa, con su negro riguroso y su pelo engominado, dominaba el encuentro. El 10 de marzo del año que viene, cuando se cumplan 80 años de su nacimiento, sus canciones volverán al estadio Centenario, el escenario que lo recibió a la vuelta del exilio. Será un homenaje con artistas invitados de España, México, Argentina y Uruguay, cuatro países en los que vivió durante el exilio y sus vueltas.