Clasificar las vidas distinguiendo entre quienes pueden pagar la comida diaria y quienes no, entre los que pueden contar con su boleto y los que no, es caminar en el sentido radicalmente opuesto al de la dignidad.
Cuando se quita una beca a un alumno no se está recortando un beneficio, se está vulnerando un derecho. El derecho a estudiar, a preocuparse únicamente de lo que corresponde.