Últimamente asistimos a un cambio sustancial en el reconocimiento y respeto por las ideas que alentaron e hicieron posibles los regímenes democráticos.
La pluralidad puede ser un arma de doble filo si no se conserva un núcleo de lucha: contra la violencia patriarcal en todas sus formas, lo que incluye violencias capitalistas y coloniales.
Hay “otros” que están pensando la educación no como derecho, sino como privilegio. En tanto, ¿cómo proponemos y repensamos proyectos político-pedagógicos alternativos, que configuren otros sujetos?
La intervención de la OEA en las elecciones de Bolivia fue lo que “habilitó” el golpe de Estado. Lo justificó, le dio una razón, lo construyó políticamente.