La medicina regenerativa es un campo emergente e interdisciplinario que busca la reposición o regeneración de células de tejidos u órganos dañados. Surgió cuando se encontró que existen células indiferenciadas en los tejidos adultos: las llamadas células madre. Gracias a su presencia, los tejidos y órganos de un organismo poseen naturalmente cierta capacidad de regeneración y reparación. Estas células son similares a las embrionarias en cuanto tienen la capacidad de diferenciarse en todos los tipos de células presentes en los diferentes tejidos de un individuo. Se encuentran dispersas por todo el organismo y pueden multiplicarse para generar células iguales a sí mismas, o producir células diferenciadas en diversos tipos de tejido. La reparación natural de los tejidos ocurre en distintos órganos, como la piel, el músculo o el hígado. Sin embargo, todavía no sabemos cómo opera en el cerebro, sobre el que la expectativa de encontrar soluciones a los daños generados por enfermedades neurodegenerativas crece cada día.

La terapia con células madre genera muchas esperanzas por las dificultades que plantean otros métodos como el trasplante de órganos, una práctica que se inició a mitad del siglo XX y ha salvado muchas vidas, pero que presenta limitaciones importantes, como la escasez de donantes y las incompatibilidades entre los tejidos de donante y receptor. Ante esta situación, la terapia celular representa una opción posible y prometedora para el tratamiento de múltiples enfermedades, dado que se utilizan las células del propio paciente.

Tipos de células madre

Dependiendo de su origen y su grado de especialización, se distinguen dos tipos principales de células madre: las embrionarias y las adultas. Entre las primeras podemos diferenciar en totipotentes y pluripotentes. La célula madre totipotente es la primera célula formada luego de la fecundación entre óvulo y espermatozoide, es la progenitora inicial, que tiene una alta capacidad para la diferenciación y puede formar un individuo completo, pero carece de la capacidad de autorrenovación. En cambio, las células madre pluripotentes, provenientes de embriones ya diferenciados, son capaces de generar todo tipo de tejido. Dentro del grupo de las células madre adultas se reconocen principalmente las células multipotentes, que proceden de tejidos ya diferenciados y pueden dar origen a tejidos provenientes de la capa embrionaria donde se originaron. Este es el caso de las células mesenquimales, derivadas del mesodermo embrionario, como las células de la médula ósea, que generan las células sanguíneas. Otro ejemplo es del tejido adiposo, donde investigaciones recientes reconocen la existencia de una importante población de células madre de ambos tipos, pluri y multipotentes.

Células madre adultas

Las células madre adultas de diferentes tejidos pueden utilizarse para realizar autotrasplantes, es decir, trasplantes de las propias células de un organismo. Para esto se extraen y aíslan células sanas de un individuo y se inyectan luego en la zona que se quiere sanar. Su utilización está en constante investigación. Aun así, se conocen bien algunas propiedades vinculadas a su poder terapéutico, como la inmunomodulación o la capacidad de detectar las condiciones cambiantes de su entorno y cambiar su camino de migración o su interacción con el tejido que las rodea. Por otro lado, cuando son colocadas en sitios donde hay una lesión, pueden multiplicarse o diferenciarse para generar células iguales a las del tejido lesionado. En esta misma situación se ha demostrado que además son capaces de reclutar células madre del resto del organismo hacia el lugar de la lesión.

Estudios clínicos, tanto en modelos animales como humanos, muestran que la aplicación de células madre en fracturas y necrosis óseas o en cartílagos dañados produce una rápida mejoría. Además, acorta los tiempos de reparación y regeneración de cartílago. En la actualidad se realizan tratamientos para este tipo de trastorno en forma rutinaria con éxito en diferentes clínicas de Europa, Estados Unidos, Asia, Australia y Latinoamérica.

¿Qué sucede en el sistema nervioso?

En el cerebro y en la médula espinal también existen células madre. Se generan en sitios denominados nichos neurogénicos. Los hallazgos al respecto son relativamente nuevos, y también existe mucha expectativa en que puedan llegar a ser una herramienta terapéutica para tratar enfermedades neurodegenerativas.

Al día de hoy se han realizado numerosos ensayos con trasplantes de células madre neurales en pacientes con lesiones en médula espinal, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, entre otras. Aunque los ensayos clínicos todavía no han dado resultados significativos, algunos resultados brindan esperanzas: cinco de siete ensayos realizados en pacientes con ELA trasplantados lograron una mejoría.

Por ahora, en el campo de la neurociencia tenemos más preguntas que respuestas. Sabemos poco sobre la interacción de las células madre neurales con el tejido donde son trasplantadas. Nos interesa conocer, por ejemplo, si la respuesta inmunológica del tejido receptor puede interferir con la restauración del sistema nervioso. ¿Cómo modulan su microambiente estas células? Debemos responder esta y muchas otras preguntas con investigaciones exhaustivas, en el camino del conocimiento hacia nuevos y mejores tratamientos terapéuticos.

Anabel Fernández, Juan Carlos Rosillo y Cristina Bertolotto