Mi vínculo con el Instituto Estable comenzó en 1981, cuando me integré como estudiante en el Departamento de Zoología Experimental. Por ese motivo, considero que puedo colaborar con su memoria, desde los avances y la evolución de la investigación en zoología.

El IIBCE siempre gozó de un gran prestigio en las neurociencias, disciplina en la que se destacó su fundador, el maestro Clemente Estable. Debido a su amplitud de miradas y al equipo que lo acompañó, se abrieron las puertas también a otras disciplinas, como la zoología. El primer zoólogo que entró al Instituto fue el insigne y estimadísimo doctor Raúl Vaz Ferreira, el primer etólogo (estudioso del comportamiento animal) de América del Sur. Vaz Ferreira creó un departamento de Zoología Experimental, que luego llevó adelante el profesor Roberto Capocasale.

Allí comencé mi carrera como investigadora; años más tarde, aquel laboratorio se convirtió en el actual de Etología, Ecología y Evolución, a cargo del profesor Fernando G Costa, el mismo que hoy continúa pujante a cargo de la doctora Anita Aisenberg. Por otro lado, gracias a un llamado, tuve la oportunidad de crear mi propio laboratorio: el de Ecología del Comportamiento.

El modelo de estudio utilizado mayoritariamente en estos laboratorios han sido las arañas. Este grupo megadiverso es también modelo en estudios de numerosas disciplinas, como genética, fisiología, morfología, comportamiento, ecología y evolución.

En todo este tiempo el grupo de zoólogos del IIBCE ha aumentado considerablemente, y se ha convertido en un centro de referencia en la región y el mundo, acorde con el prestigio de la institución. En paralelo, el Instituto ha acompañado, dentro de sus posibilidades presupuestales, los cambios tecnológicos, lo que ha permitido el desarrollo de técnicas innovadoras, aplicables a estudios vinculados con el sector productivo.

Además, desde sus inicios, el IIBCE colabora con la formación de investigadores en las facultades de Ciencias y Medicina, inicialmente en la realización de tesinas de grado. A partir de la creación del Pedeciba, hace 30 años, también en la realización de tesinas de posgrado.

Novedades

En sus jóvenes 90 años, IIBCE sigue apostando a la diversidad y consolidación de líneas de investigación en áreas importantes para el país y la ciencia como la ecología y la conservación ambiental. Por ello, recientemente ha creado el Programa de Ciencias Ambientales, una organización unificadora en la que convergen las unidades de Genética de la Conservación, Etología, Ecología y Evolución, Ecología del Comportamiento y, próximamente, Ecología y Biología Evolutiva. Desde allí esperamos continuar desarrollando conocimientos específicos para el país y la región, así como convertirnos en un centro de conexión entre investigadores de todas partes del mundo. Creemos que la investigación de cara al país, además de fortalecer los vínculos con el sector social, ambiental y productivo, conlleva un componente muy importante: el apoyo a la formación docente de maestros y profesores de nivel secundario y terciario.

Líneas de trabajo en Ecología del Comportamiento

En nuestro laboratorio estudiamos el comportamiento depredador, constructor de redes y reproductor de las arañas sociales. Analizamos los comportamientos de dispersión y las estrategias reproductivas y evolutivas del comportamiento social. Otra línea de trabajo se enmarca en apoyar al sector productivo: colaboramos con el conocimiento de la diversidad de insectos-plaga que afectan los cultivos de soja y cítricos, y su comunidad depredadora.

Este tipo de estudios permite aplicar el conocimiento para utilizar a las arañas como controladoras biológicas, gracias a su alta frecuencia y diversidad, así como su potencial depredador en los agroecosistemas. El objetivo final es disminuir el uso de agroquímicos, mejorando el medioambiente y la calidad de vida, en el marco de un manejo integrado de plagas. Para lograrlo, parte de nuestro trabajo implica comunicar los resultados mediante charlas y talleres con productores y otros interesados.

Esta tarea de divulgación científica es muy importante. Por ello, además, todos los años abrimos nuestro laboratorio a estudiantes de todas las ramas de la educación y al público en general. En paralelo, recorremos el país dando cursos y talleres; acercamos la ciencia a la población con un mensaje claro: “En Uruguay sí se puede hacer ciencia de calidad”.

Carmen Viera