Una obra sobre el miedo y sus derivados: fobias, obsesiones, ansiedades; el temor a sufrir, a estar en peligro, a morir. Y no se trata de Era el cielo, la novela de Sergio Bizzio en la que el protagonista va enumerando sus miedos, sino una exitosa puesta del off porteño: aquí, cuestiones tan cotidianas como una mancha de humedad o una puerta mal cerrada son las que conducen a la neurosis y terminan atrapándonos en nuestras propias paranoias.

Detrás de Inestable está el dúo de humor integrado por Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, que en 2005 formaron la compañía Sutottos: ellos mismos actúan, escriben y dirigen. Al principio, Inestable fue un proyecto ganador en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, en 2015, lo que supuso la tutoría y supervisión de la actriz y dramaturga argentina Andrea Garrote (que trabajó durante años junto a Rafael Spregelburd, y participó en películas como Relatos salvajes, de Damián Szifrón, y Bomba, de Bizzio).

Garrote les propuso un plan de trabajo: “En términos de producción, nos facilitó muchísimo el proceso de construcción del espectáculo”, dicen desde el otro lado del teléfono. La confusión entre la realidad y la ficción que se da en el transcurso del espectáculo “tiene que ver con una constante paranoia que viven los personajes y que se traslada al público; todos tenemos miedos y estos se manifiestan de distintas maneras. Por ejemplo, durante el transcurso de la obra, César y León le temen a una mancha de humedad que cada vez parece agrandarse más”, cuenta el dúo.

Para ellos se trata de una puesta existencialista, sobre todo porque el humor no se produce como “una burla”, sino más bien por el patetismo de los personajes: “Ellos sufren y viven una tragedia, pero el espectador se divierte al verse identificado. Y por supuesto que los miedos están llevados al límite y esta exageración produce humor”.

Los actores presentaron la obra en España, donde los sorprendió la aceptación que tuvo su espectáculo: “Creemos que eso se debe a que los miedos son universales, como es el miedo a la muerte, que se vuelve un motor de todos los otros miedos que podrán ver en Inestable, como la fobia, la paranoia, la obsesión, la negación, la melancolía”.

Una de las escenas que más ha sido comentada es, justamente, la primera. El personaje de Sztryk anuncia que el público puede dejar los celulares encendidos porque un terrible ataque de pánico le impide actuar. Desde ese momento, comenzarán a sucederse los temores que agobian al hombre contemporáneo, como la fobia social o las catástrofes naturales. Así, el humor se convierte en la clave para hablar del hombre y sus miserias, porque, para ellos, el teatro se acerca al rock: “Nos gusta pensarnos como una banda de rock que va grabando distintos discos. Trabajamos hace más de diez años y tenemos siete espectáculos. Cada nuevo trabajo tiene un concepto y una estética pero, a su vez, Sutottos tiene un lenguaje propio, una manera de sonar”.