Con Maxi tuvimos la idea de armar una propuesta artística-cultural. De pique sentimos que la idea estaba buenaza. Como que hacía falta algo así acá. Nos matamos de risa cuando se nos ocurrió, es flor de síntoma eso. Una noche les contamos la idea a Felipe y a Augusto y se re colgaron. Ellos sumaron a Merce, que al toque llamó a Genaro y a Sofía, que crearon un grupo de Whatsapp. Todo empezó a fluir. Después de tantas experiencias de trabajo en grupo, sabíamos que esto había que bajarlo a tierra. Calculamos el presupuesto y cerraba por todos lados. Era una gran oportunidad para tenerlo como fuente de trabajo y dejar los laburos en los que estábamos, que ya nos tenían paspados, dependiendo de un jefe que nos pasaba diciendo lo que hacer.

La idea consistía en armar un grupo fuerte, al que le saliera la creatividad por los poros. Queríamos llenar de poesía las calles de Montevideo. Queríamos demostrar la importancia de hacer, de actuar, de no juzgar el trabajo del otro y darle para delante, disfrutando de lo que hacemos. Empezamos a escribir la obra en décimas:

Si vos me juzgás a mí por lo que creés que yo soy, si no aceptás lo que doy, si la cosa viene así: hay un gran problema aquí. Yo puedo hacer: lo que hago, ¿o creías que yo era mago? Así esto no va a andar. Mejor dejo mi lugar y me pelo pa’ mis pagos.

Como vi que la cosa venía preciosa, y después de tantas experiencias de trabajo en grupo, quise destacar la importancia del compromiso. Así que sentí que era fundamental decirles que si estábamos todos comprometidos había que estar, tratar de llegar en hora, cumplir con lo que nos habíamos anotado para hacer. Por respeto al que llega temprano, y porque todos estábamos gastando tiempo de estar haciendo otras cosas. Aclaré que era importante que lo tuviéramos como prioridad. Que cinchemos de la misma manera y pa’l mismo lado. Y empecé a decirles lo que tenía que hacer cada uno.

A Felipe no le gustó eso de pedirle recursos al Estado; después de tantas experiencias de trabajo en grupo, uno ya sabe cómo se mueve la cosa ahí. Sofía dijo que no estaba bueno que algunos ganaran más que otros. Si eso no está claro en un grupo, todo se descuajeringa. Merce sintió que lo que dijo Sofía era por una experiencia de trabajo en grupo que habían tenido juntas. Genaro se acordó de esa experiencia y le dijo a Augusto que olía a que esto venía igual. A Maxi no le gustó cómo se lo dijo. Después de tantas experiencias de trabajo en grupo, él ya sabía cuando alguien decía algo en una buena o buscaba algún interés personal, tener más créditos, hacer corrillos.

Ya estaba todo pronto para darle de punta al proyecto. Pero las casualidades de la vida: justo ese día a Felipe le vino gripe, a Sofía la achicó el frío que hacía, Genaro se sentía raro, Merce no tenía cómo moverse, Maxi no consiguió taxi y Augusto quiso evitarse un disgusto. En lo que respecta a mí, que el de la idea fui yo, todo eso me jodió.

Quedamos en encontrarnos a las seis en lo de Milagros.

Nunca fue nadie.