El lunes 21 de agosto se producirá un eclipse solar total cuando la Luna se interponga entre nuestro planeta y el Sol. El acontecimiento astronómico, que permite ver la fascinante corona solar, presenta dos pequeños inconvenientes: uno para los sudamericanos y otro para todos los ciudadanos del mundo. El primero, que afecta a los que vivimos en el hemisferio sur, es que para nosotros el eclipse no será total sino parcial. De todas maneras, es un espectáculo que merece ser visto, siempre y cuando se tomen las previsiones del caso para no dañar los ojos mirando directamente hacia el astro rey (los expertos no recomiendan usar lentes de sol comunes, sino filtros especiales para ver eclipses).

El otro inconveniente del eclipse es que puede perjudicar a quien venda, por ejemplo, fiambre. La NASA, que cubre el evento con entusiasmo y alegría, comunicó que al alinearse los tres astros (la Tierra, el Sol y la Luna) se produce un tirón gravitacional. Las fuerzas gravitatorias sumadas hacen que, mientras dura el eclipse, una persona de 80 kilos pese unos 48 gramos menos. Esto quiere decir que por cada 80 kilos de fiambre vendidos, el fiambrero deberá despachar otros 48 gramos extras para que la balanza no le mienta al cliente. Tal vez al comprar 100 gramos de fiambre no ahorremos demasiado, pero es curioso saber que al menos por un instante la balanza juega a nuestro favor.