Las infecciones urinarias son de las más comunes entre los humanos. Afectan principalmente a las mujeres, pero también las padecen los hombres y niños, aunque en menor porcentaje. Se calcula que 70% de las mujeres sufrirá una infección urinaria en algún momento de la vida y que 30% tendrá más de un episodio.
¿Qué es una infección urinaria? Se considera que una persona tiene una infección urinaria cuando presenta los siguientes síntomas: ardor al orinar, aumento de la frecuencia de las micciones con poco volumen de orina en cada micción (lo que se traduce como una infección e inflamación de la vejiga o cistitis), y en algunos casos, cuando compromete los riñones, dolor en fosas lumbares y fiebre.
El cultivo de la orina (urocultivo) confirma la infección cuando presenta crecimiento de un tipo bacteriano en cantidad que se considera significativa según la forma en que se haya recolectado la muestra de orina (por chorro medio, mediante la colocación de una sonda o punción de la vejiga).
¿Qué bacterias producen infecciones urinarias? Muchas pueden ser las causantes, pero la más frecuente es la Escherichia coli. Existen diferentes subtipos de Escherichia coli. Muchos de ellos habitan nuestro intestino y son parte de nuestra microbiota intestinal. En el caso de la infección urinaria, la responsable es la Escherichia coli uropatogénica. Puede habitar de forma transitoria el tubo digestivo y desde allí acceder a la vejiga, donde ocurre la infección. Otras bacterias como Proteus mirabilis, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus saprophyticus o Enterococcus también pueden producir una infección urinaria.
¿Por qué las mujeres tienen más infecciones que los hombres? Por la anatomía de la mujer, donde la distancia entre el ano y la uretra es menor, lo que favorece la llegada de las bacterias desde el intestino a la vejiga. En el hombre las infecciones aumentan con la edad, debido al crecimiento de la próstata, que obstruye el flujo de la orina.
Algunos de los mitos o contradicciones en torno a las infecciones urinarias van desde la mala higiene genital, el uso de baños públicos, el uso del bidet y “agarrar frío en la espalda”, entre otros. Es cierto que una correcta higiene genital en la mujer, de adelante hacia atrás luego de orinar o defecar, disminuye las infecciones urinarias. Esto es porque baja la incidencia de contaminación genital con las bacterias del recto. Sin embargo, la mayoría de las mujeres con estas infecciones relatan una adecuada higiene, por lo que la higiene no sería un factor causal independiente. Aún se debate si las infecciones urinarias son una enfermedad contagiosa; en principio, el uso de baños públicos no la favorece, pues el supuesto contagio no es por medio del contacto con superficies “sucias”. Tampoco hay evidencia científica en cuanto a que el uso de bidet predisponga a la infección urinaria. Por otro lado, es común adjudicarle la culpa de la cistitis al frío. Si bien el frío puede provocar síntomas similares a la cistitis, como la necesidad de orinar frecuentemente, no está relacionado con el aumento del riesgo de infección de las vías urinarias.
En cuanto a si existe transmisión de bacterias uropatógenas durante el acto sexual, la información es contradictoria. Se ha observado un aumento de la frecuencia de las infecciones urinarias en las mujeres que mantienen relaciones sexuales mediante coito vaginal, comparado con las que no lo mantienen. Esto ocurre porque el coito favorece la llegada de las bacterias de la zona anal a la uretra.
¿Por qué vuelve a ocurrir una infección urinaria a pesar de haber pasado por un tratamiento antibiótico adecuado? Uno de los problemas de las infecciones urinarias es la alta recurrencia. ¿Qué quiere decir esto? Luego de una primera infección, la persona vuelve a tener otra al poco tiempo. En algunos casos pueden ser varias al año. La explicación de este fenómeno no es del todo clara, pero se ha observado que en particular la Escherichia coli es capaz de ingresar a las células de la vejiga y quedarse allí alojada, donde estaría protegida del sistema inmune y de algunos antibióticos de uso habitual. Este mecanismo de vida de Escherichia coli fue descrito en mujeres jóvenes con cistitis en 2007. Estudios realizados en Uruguay por investigadores del Departamento de Microbiología del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y del Departamento de Bacteriología de la Facultad de Medicina han detectado que este mismo mecanismo ocurre también en niños con infección urinaria.
Si bien en la mayoría de las personas con cistitis el tratamiento de uso habitual es efectivo, en aquellas en que las bacterias persisten dentro de las células de la vejiga sería necesario encontrar nuevas opciones de tratamiento. Precisamente, esta es una de las líneas de trabajo en las que el Instituto Estable y la Facultad de Medicina continúan investigando.
Consideramos importante destacar algunas recomendaciones generales para la prevención y tratamiento de la infección urinaria: adecuada hidratación, higiene genital en mujeres de adelante hacia atrás, higiene poscoital, evitar el estreñimiento y evitar retener orina en la vejiga por períodos prolongados. Ante la sospecha de infección urinaria hay que concurrir al médico para la realización de estudios y tratamiento adecuados.
Paola Scavone y Luciana Robino
>>Scavone tiene un doctorado, es investigadora asistente del Departamento de Microbiología del IIBCE, es investigadora Pedeciba Grado 3 y Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
>>Robino es pediatra, profesora adjunta Grado 3 del Departamento de Bacteriología de la Facultad de Medicina y está en nivel Iniciación del SNI.
Ambas investigadoras forman parte de la Unidad Asociada de Estudio de Bacterias Uropatógenas entre ambos departamentos.