El 29 de enero se estrena la segunda temporada de la serie sueca Bonusfamiljen. Netflix compró los derechos de difusión fuera de Escandinavia, según informó la revista Variety, después de que fuera un éxito instantáneo cuando debutó en 2016 en la cadena SVT (Sveriges Television), el servicio de televisión pública sueca de mayor alcance, en el que obtuvo un rating de un millón de espectadores, cifra que allí suelen tener las historias de crimen. Producida por la compañía FLX, la misma que coprodujo con la plataforma de streaming la película El abuelo que saltó por la ventana y se largó —en base a la hilarante novela de Jonas Jonasson—, esta comedia dramática obtuvo el respaldo del Nordisk Film & TV Fond, que le asignó en coronas el equivalente a 290.000 dólares para el desarrollo de esta segunda entrega (y ya está en marcha una tercera). La institución con sede en Oslo promueve desde 1990 la producción audiovisual de calidad en los cinco países de la región: Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Y está a la vista que no sólo de misterios y thrillers a lo Wallander y Trapped viven los nórdicos.

Para quienes todavía no se engancharon, vayan algunas pistas. El comienzo de Bonusfamiljen recuerda un poco a Un Dios salvaje, de la francesa Yasmina Reza, que también tuvo una versión en cine dirigida por Roman Polanski. Pero si la cosa arranca con riñas y disputas, como en aquel caso, entre los niños, la voluntad —aunque no colectiva— es recomponer. Por eso es en terapia que conocemos a los cuatro protagonistas: Lisa y Patrik (Vera Vitali y Erik Johansson), una decoradora y un adscripto unidos hace pocos meses, y a los exes de cada uno, interpretados por Fredrik Hallgren, como un hipocondríaco que trabaja en una tienda de colchones, y Petra Maria Mede, que es una conocida humorista y presentadora de televisión en su país, aunque aquí haga de una ejecutiva conservadora y adusta. Por más que los vínculos se hayan roto, la crianza es una tarea de equipo. “La atracción está enfocada en estos personajes, que precisan enfrentar una serie de desafíos, como mudarse juntos, criar a los hijos de las parejas y lidiar con los ex maridos o con las ex esposas”, resumió Pontus Edgren, de FLX. Y quizás los primeros pasos de comedia de la serie sean las desavenencias del propio matrimonio de psicólogos (unos sincericidas encarnados por Johan Ulveson y Ann Petrén) que atiende a esta familia ensamblada.

Los cocreadores Clara y Felix Herngren revelaron que la trama está inspirada en su relación, una vez que Clara decidió trabajar el asunto de su nueva familia yendo a una consulta e incluso, en medio de la presión por la convivencia de los opuestos, evaluando la posibilidad de pasarse ella misma a la psicología. No hay que imaginarse, sin embargo, que los diez capítulos de la primera temporada giran en torno al consultorio. Hay dilemas profesionales, sospechas de trastorno de déficit atencional, celos, salidas del clóset, inmadurez, problemas financieros, romances de oficina, rebeldía adolescente y, obviamente, mentiras piadosas. Como en las mejores familias.