“No se pierdan el final de esta historia, a la misma batihora y por el mismo baticanal”, decía el locutor de la versión latina de Batman, la serie de 1966 protagonizada por Adam West. La primera mitad de la aventura solía terminar con el dúo dinámico a punto de ser triturado, hervido, aplastado o envasado al vacío. Y los niños de aquella época (y de todas las épocas en las que fue repetida la serie) quedaban a la merced de un villano que, sin contar con gas de la risa o paraguas con ametralladora, podía hacer mucho más daño: el programador televisivo. Hasta que se popularizó la televisión por cable, seguir una serie era una tarea titánica. Aunque los canales de aire respetaran los horarios, el orden de los episodios estaba influenciado por la teoría del caos y uno podía ver siete veces el mismo capítulo antes de cruzarse con aquel que le estaba haciendo falta para entender por qué un personaje se había cambiado de bando o había perdido el pelo.

Con los canales dedicados a las series se cambió la forma de ver televisión; el espectador confiaba en que las temporadas se emitieran completas, aunque se enojaba en las semanas de episodios repetidos, que solían coincidir con semanas en las que había programación especial en origen (como se cansaron de repetir las operadoras telefónicas de las empresas de TV para abonados). Comenzaba una época dorada en la que la llegada del canal Sony al básico del cable fue recibido por muchos como un gran acontecimiento. Claro que si el programador decidía que Saturday Night Live debía emitirse a la medianoche, pues la única forma de verlo era a la medianoche.

Todo cambió con la llegada de los servicios de streaming (ya había cambiado con las descargas ilegales de episodios, pero vamos a mantener la prolijidad). No solamente podíamos ver las series a la batihora que se nos cantara sino que nos daban todos los episodios juntos, para verlos de un tirón.

Pero la vida te da sorpresas, y luego del regreso del disco de vinilo y del zapping (ahora convertido en el acto de repasar todas las categorías de Netflix y compañía), le tocó el turno a las series semanales. ¿Se acuerdan de las series semanales? ¡Volvieron! Y no en forma de fichas.

Estos títulos parecen ser la solución perfecta para aquellos que comen series con los ojos. Si te gustan los superhéroes de DC Comics y cliqueás sobre Arrow, vas a ver que hay cinco temporadas de 23 episodios cada una. Ni una licencia de la administración pública alcanza para ponerse al día. Sin embargo, cada martes se agrega un episodio nuevo de Black Lightning... una horita a la semana es menos dedicación que la de un católico practicante.

Para entender por qué algunas series se agregan en bloque y otras en este formato, habría que conocer las distintas maneras en las que Netflix produce y coproduce. Dejamos eso para aquellos con interés en el lado burocrático de la industria y aquellos con licencias de la administración pública.

Estos son algunos títulos de frecuencia semanal, que se emiten en estos momentos o que están por regresar. No hay que aclarar que, una vez emitidos, los episodios quedan guardaditos para que aquellos espectadores atrasados puedan jugar al atracón. Excepto American Gods, se trata de productos disponibles en Netflix.

»» Better Call Saul La precuela de Breaking Bad sigue a dos de los personajes más entrañables de su antecesora (el chantún abogado Saul Goodman y su enforcer, Mike Ehrmantraut) y se toma un tiempo para contar su descenso a sucesivos círculos del Infierno. Esa parsimonia solamente se acrecienta si las tres temporadas fueron consumidas de a una dosis cada siete días. Este año volverá con su cuarta temporada.

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»» Designated Survivor Kiefer Sutherland es el último orejón del tarro en el gobierno estadounidense. Pero cuando un ataque terrorista se carga a todos los orejones menos a él, se encuentra de buenas a primeras con que es el nuevo presidente de la nación más poderosa del mundo. La segunda mitad de la segunda temporada comenzará a emitirse el viernes 9 de marzo.

»» Dinastía En los años 80, una telenovela llegada del norte quiso hacernos creer que las hombreras eran un elemento de vestuario digno de ser usado. Treinta años más tarde, las aventuras de los acaudalados Carrington regresaron con un elenco más diverso y con una frecuencia semanal. Cada jueves se añade un nuevo episodio de su primera temporada.

»» The Good Place Acaba de concluir la segunda tanda de episodios de una de las comedias más finamente escritas de los últimos tiempos, con un reparto de lujo y una premisa interesantísima: cuatro sujetos son enviados al Paraíso por error y se ven obligados a aliarse para no terminar en el “Lugar Malo”. Su segunda temporada se emitió en forma semanal y todo indica que lo mismo sucederá con la siguiente.

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»» Star Trek: Discovery Con menos optimismo que otras creaciones de la franquicia, permitió que los fanáticos de Star Trek tuvieran la posibilidad única de ver los episodios al otro día de su emisión en Estados Unidos. Las aventuras de los tripulantes del Discovery, al menos por esta temporada, llegarán a su fin el próximo lunes.

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»» American Gods Prime Video también tuvo en su catálogo una serie ofrecida en cuentagotas. La adaptación de la novela homónima de Neil Gaiman, acerca del enfrentamiento entre los Antiguos Dioses y los Nuevos (un enfrentamiento que recién está en las gateras), pudo verse durante ocho semanas consecutivas. La segunda temporada está teniendo algunos problemitas de producción, pero es de esperar que se ofrezca del mismo modo.

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»» Black Lightning Finalmente, hace un par de semanas se agregaron a Netflix las aventuras de Jefferson Pierce, el director del liceo de una ciudad asolada por la delincuencia, que decide volver a su antiguo hobby de castigar a los villanos nueve años después de haber colgado los guantes. Con una familia en proceso de reconstrucción y un cuerpo que no es el mismo (aunque el actor Cress Williams lo disimule bien), Relámpago Negro utilizará sus poderes eléctricos en historias con una gran carga social que miran de cerca a la juventud afroamericana que se ve tentada por las pandillas ante la imposibilidad de prosperar por otros medios. Creado por Tony Isabella en 1977, el personaje está más vigente que nunca y las críticas han sido muy positivas. Cada martes se agrega un nuevo episodio.