Uruguay continúa avanzando en la cocreación de su 4º Plan de Acción de Gobierno Abierto, con propuestas para mejorar la transparencia, rendición de cuentas, participación y colaboración, originadas desde organismos públicos, sociedad civil y academia. En junio cerró la etapa de recepción de propuestas por la web, habiéndose recibido casi 40 iniciativas de los más diversos temas (que aún se pueden consultar en plan.gobiernoabierto.gub.uy). A estas se sumarán otras tantas que surjan de los organismos participantes en el plan, aproximadamente 100 ideas recogidas en la Mesa de Datos Abiertos, 12 de la Mesa de Transparencia, Anticorrupción y Ética Pública, y todavía quedan por llevarse a cabo dos mesas de diálogo más y un taller de cocreación antes de cerrar el plan. De lo avanzado hasta ahora en el proceso se pueden sacar conclusiones primarias. La buena noticia es que existe un dinamismo importante en el tema, con la consolidación de mecanismos de participación como las mesas de diálogo y un arranque prometedor para el estreno de recepción de propuestas vía web, que se utiliza por primera vez para este 4º Plan de Acción. Existe una demanda por iniciativas de apertura, transparencia y colaboración, pero quizás lo más importante es que hay una respuesta desde organismos públicos, con la particularidad de que en muchos temas es mayor la oferta desde organismos que la demanda de otros actores.

Y eso nos sirve para hablar de las noticias no tan buenas, que tienen que ver con las debilidades que persisten en el proceso, aún después de diversos esfuerzos para abordarlas. La primera es la acotada participación de actores de la sociedad civil, la academia y la ausencia casi completa del sector privado, muy especialmente desde el interior del país (que obviamente tiene mucho mayores barreras para la participación y para el que no existen apoyos institucionales para superarlas). Aun con una participación que aumenta, el potencial que el mecanismo de Gobierno Abierto ofrece no alcanza a una porción significativa de las organizaciones y actores que podrían aprovecharlo.

Por otro lado, persiste la debilidad de actores de gobierno que, aun con la voluntad de asumir compromisos, no tienen la capacidad de llevarlos adelante. Esto se vio muy claramente en la mesa de Transparencia, Anticorrupción y Ética Pública, en la que muchas de las propuestas retomaron temas que tienen consenso de todas las partes desde el proceso realizado para el plan anterior (2015), pero los organismos competentes no tienen recursos para ejecutarlos, ni la posibilidad de acceder a estos en el marco del proceso de Gobierno Abierto.

Todavía estamos a tiempo de mejorar el aspecto participativo de más actores antes del final del proceso, y, para eso, desde la Red de Gobierno Abierto (rga.uy) invitamos a contactarnos y conocer más sobre el potencial del Gobierno Abierto para organizaciones de todo tipo. Los próximos hitos del proceso serán la Mesa de trabajo sobre Desarrollo Sostenible (4/7) y la mesa de trabajo sobre Derechos Humanos (13/7). La agenda completa de actividades planificadas, y mucha más información sobre el proceso, se pueden consultar en gobiernoabierto.gub.uy.