Desde que internet permea buena parte de nuestra vida, el instrumento esencial es nuestro navegador web. Navegamos cuando leemos el diario, cuando compramos en línea o cuando visitamos nuestra “red social” de preferencia, y eso deja rastros de nuestro comportamiento. Mediante el análisis de tráfico, las empresas y/o gobiernos interceptan nuestras comunicaciones e infieren cierta información: qué sitios visitamos, qué productos miramos, con quién nos comunicamos. Esto les permite influenciar nuestras opiniones y decisiones, tanto para vendernos productos y servicios como para afectar resultados de elecciones. Lo consiguen con códigos de rastreo, generalmente en forma de anuncios o botones de interacciones con redes sociales. Con cada página web que visitamos, nuestro sistema le envía un pedido al servidor del que obtenemos el sitio web. Este pedido lleva consigo información como nuestra IP (dirección con la cual es fácil obtener la ubicación del usuario), sistema operativo, navegador web y más.

Elegir un navegador web que cuide nuestra privacidad no es fácil y tiene costos, pues en la medida que las empresas saben más de nosotros también nos llevan más fácil a la información que supuestamente queremos (ver, por ejemplo, cómo cada usuario de Google obtiene una respuesta distinta en la barra cuando este autocompleta una búsqueda).

Uno de los navegadores más usados hoy en día es Chrome de Google, cuyo principal negocio es minar información del comportamiento de los usuarios. El código fuente de Chrome es lo que llamamos “privativo”: básicamente sólo Google sabe qué hace el programa. Pero podemos reemplazar a Google Chrome por Chromium, navegador web libre en cuyo código fuente se basa Chrome. A simple vista es prácticamente igual, pero además del logo y la marca, tiene otras pequeñas diferencias técnicas. Otra opción a tener en cuenta es el navegador web Brave, también basado en el código fuente de Chrome, por lo que su comportamiento es similar. Pero además promete bloquear rastreadores web, eliminar anuncios intrusivos y “mejorar la privacidad online compartiendo menos información con anunciantes”. Creer o reventar, comparándose con Google, “compartir menos” puede todavía ser mucho.

Otra opción es Firefox, el navegador web de Mozilla, una fundación sin fines de lucro cuya misión es asegurar que internet sea un recurso global público, abierto y accesible a todo el mundo. Su navegador se preocupa –entre otras cosas– por defender la privacidad de los usuarios. Es el segundo navegador web más usado y está disponible para Windows, MacOs, Linux, Android, iOS, entre otros sistemas operativos. Fue el primero en implementar el protocolo Do Not Track (no rastrear), un mensaje incluido en cada pedido web en el que se especifica que el usuario quiere que el receptor no lo rastree. Por ahora no existe legislación para el protocolo, por lo que los sitios web y anunciantes pueden respetarlo o no.

Una tercera opción entre las herramientas más poderosas para mantener el anonimato y la privacidad en línea es Tor. Se trata de una red abierta que hace que nuestro pedido rebote entre varias redes de retransmisión en distintas partes del mundo. La información viaja encriptada, por lo que es muy difícil que alguien sepa qué sitios estamos visitando. Y previene que los sitios que visitamos conozcan nuestra ubicación física, por lo que uno de sus usos es acceder a sitios bloqueados. No sólo sirve para navegar sitios, sino también para otros medios de comunicación que usan internet. Tor puede ser usado en sistemas operativos Windows, MacOS y Linux, o incluso se puede ejecutar desde una memoria USB. La aplicación incluye un navegador web preconfigurado, por lo que con sólo descargarlo de su sitio web podemos empezar a usarlo.

En general es una buena práctica tener perfiles separados de navegación. Una alternativa es usar distintos navegadores web que aíslen la información de navegación de los distintos sitios que usamos para cada uno. El objetivo es dificultarles el trabajo a los analistas de tráfico al no compartir información entre sitios. Es otro frente en el que Firefox nos brinda una solución con la extensión “Contenedores multicuenta”. Esta nos permite separar la navegación personal de la que hacemos por trabajo o compras sin tener que limpiar el historial, iniciar sesiones en distintas cuentas o usar más de un navegador. Las pestañas de contenedores son como las normales, pero los sitios que visitemos en un contenedor no conocerán la información del otro. Cada contenedor tiene acceso a una parte separada del almacenamiento del navegador. De esta forma, los rastreos no se comparten de un contenedor a otro. Y podemos, por ejemplo, iniciar sesión en varias cuentas distintas de un mismo servicio (correo electrónico o red social) dentro de una misma ventana de Firefox.

Las redes sociales son quienes más demandan nuestros datos. La más poderosa –el poder absoluto corrompe absolutamente– es Facebook. Los sitios web que incluyen los populares botones de “Me gusta”, comentarios y otras integraciones con Facebook están ayudando a Facebook a juntar más información conectada a tu perfil sobre tus hábitos de navegación. La extensión de Firefox “Facebook Container” aísla tu identidad de Facebook en un contenedor separado, haciendo que sea más difícil para este rastrear los sitios que visitás. Ya se está trabajando en una extensión similar para Google. Si queremos aislar del todo la actividad de Facebook del resto de nuestra navegación, podemos entrar al sitio desde la red Tor con la dirección especial https://facebookcorewwwi.onion/. Y en vez de pedir tanta información a Google, podemos usar el buscador DuckDuckGo, que bloquea códigos de rastreo de anunciantes, mantiene la privacidad de nuestro historial de búsqueda y respeta nuestra información personal.

Navegar desde nuestros bolsillos (con nuestros celulares) también conlleva muchos problemas de privacidad (estos aparatos pueden, potencialmente, ser unidades de “vigilancia personalizada”, transmitiendo datos sobre nuestra ubicación, etcétera). Entre las herramientas disponibles, Firefox Focus –otro producto de Mozilla– es un navegador web orientado a la privacidad. Además de ser muy liviano, con un clic nos permite borrar el historial de navegación y las cookies. Está diseñado para bloquear rastreadores de varios tipos, lo que hace los sitios más livianos por no tener que descargar rastreadores, videos y otros contenidos en forma de anuncios. Existe a su vez un creciente número de nuevos navegadores que se encuentran basados en Chromium que traen por defecto opciones de privacidad y navegación en modo incógnito. En todos los casos es conveniente considerar la inclusión de bloqueadores de publicidad como Adblock o Ghostly.

Nunca más navegaremos en soledad. Pero con estas herramientas, tendremos menos ojos sobre nosotros.

* Briano integra Datysoc, un proyecto de investigación sobre ciberseguridad, privacidad y vigilancia en Uruguay. Actualmente está realizando una encuesta en línea para entender un poco más lo que piensan las personas en Uruguay sobre este tema. Podés llenar la encuesta aquí: encuesta.datysoc.org. Los colegas de Datysoc estarán haciendo disponible sus resultados a través de varios artículos académicos y blogposts en su página web www.datysoc.org.