Hoy y mañana la Beer Fest se muda a la explanada del faro de Punta Carretas de 12.00 a 22.00. Este año no habrá copa conmemorativa ni ticketeras que guíen al cliente, con lo cual liberan la elección de marcas a cada bebedor. Sin embargo, habrá a la venta, por $ 50, un vaso reutilizable hecho junto con ReVaso, un servicio que “busca contribuir con esa transición hacia una economía circular y más responsable con el medioambiente”. El vaso tendrá indicadas diferentes medidas en mililitros para ir consumiendo a gusto y conciencia. Una idea de precios: la pinta va a costar $ 150.

El año pasado tuvieron que posponer dos veces el Beer Fest –la primera, con todo montado en el Velódromo, dieron puerta y se largó a llover, y cuando corrieron la fecha, de nuevo hubo pronósticos adversos– y finalmente lograron hacer el festival una noche de frío en diciembre. Con ese panorama, llegaron a vender 4.000 entradas, pero hubo disconformidad del público frente a los cambios de agenda, lo que ocasionó devoluciones. “Cuando hacés un evento abierto en Uruguay, te la estás re jugando”, recalca Néstor Pocho Bettinelli, parte de la organización.

Pero como la idea siempre fue generar un encuentro gratuito con el objetivo de congregar un público más amplio, al pasar a ser diurno, piensan que cobrará dimensión de paseo familiar. Con la entrada liberada, también se modificará la circulación de público. Las novedades apuntan a volver a levantar la marca Beer Fest con una convocatoria masiva, así que la expectativa para este fin de semana, en base a las cifras de otras ferias gastronómicas, es que se acerquen 5.000 personas cada día.

Los socios de la Cámara de Cervecerías Artesanales del Uruguay van a plantar sus puestos al fondo de la explanada, en diálogo con el sector gastronómico –con más de 15 foodtrucks confirmados–, mientras que al otro lado se apostarán los proveedores de insumos. Claramente el espectro de venta ha ido creciendo: growlers de vidrio, de aluminio, inoxidables, con diferentes tapas, manijas para canillas en madera hechas en 3D, cristalería diferencial para cada estilo.

Al costado, desde el escenario, dos DJ animarán el ambiente durante toda la jornada. Para no perder el espíritu bailable que tiene por costumbre la Beer Fest, la noche del sábado cerrará con la actuación de Cumbia Club y el domingo con Reggae Poppins, dos bandas que acompañan desde la edición inicial, en 2016, llevada adelante en ese momento por seis fábricas de cervezas artesanales.

Pero si algo se mantendrá intacto es el ánimo de acercar a los productores al consumidor, para que este se anime a probar estilos nuevos, algo que cada marca se pone como meta antes de salir al mercado. Total, que habrá más de 100 canillas para decidirse. Actualmente la Cámara congrega alrededor de 30 cervecerías, aunque son 16 las que se suman a la fiesta. Entre ellas, esta vez habrá dos recientes ingresos, que además debutan en la Beer Fest: Por culpa de Sam, nuevo emprendimiento de Gonzalo Torres (ex MBH) y Chiripa. “No es mi caso, pero las sour y las cervezas más complejas empezaron a tomar las pruebas de las cervecerías”, dice Bettinelli. “En enero empecé usando unas barricas de vino con una cerveza roja; no es una sour aunque quedó medio ácida. Yo soy un poco más tradicional con mis cervezas, pero nos preocupamos por hacer cosas nuevas, y va a haber mucha gente que va a llevar cervezas ácidas; este año también se han hecho muchas cervezas de barrica, añejadas, y como siempre, muchos estilos de Ipa, porque además la fecha amerita bastantes cervezas refrescantes”.

Como rezan algunos “Axiomas del evangelizador” destacados en La revolución de la cerveza artesanal en Uruguay (Grijalbo), de Mariano Mazzolla (Bizarra): “Nunca rechacemos una cerveza que no conozcamos y tratemos de probar una cerveza nueva cada vez que se nos presente la ocasión”; “No seamos presos de las tendencias: no nos tiene que gustar una cerveza sólo porque tenga fama de buena o esté de moda”; “Rechacemos enfática y públicamente los lugares donde no nos den opciones de cervezas para elegir”.