Augusto Ponce de León Ordoñana | Mi abuelo, don José Cándido Ordoñana Herrera y Reissig, ya lo había advertido cuando en 1929 vino a Montevideo y entró al biógrafo. Pero nadie le dio bola porque él también estaba en contra del voto de la mujer, la abolición de la esclavitud y la ley de las ocho horas. Ahora recién nos damos cuenta de que todas estas cosas son una perversión.

Carlismo’s way | Un antepasado familiar que habitaba las cuevas navarras ya estaba en contra de las pinturas rupestres. Así que, don Mario, los que defendemos a las tradiciones y las buenas costumbres estamos con usted!

Chino Milton | Se ve que el compañero Mario ha vuelto a abrevar en las fuentes del comunismo latinoamericano y reacciona contra la manipulación de la clase trabajadora por parte de la televisión que aliena a la única clase transformadora. ¡La ciudad y los perros! ¡El poder nace del fusil!

Ricardo | Si no van a pasar más los partidos, me borro del cable!

Mónica | Por un lado tiene razón Mario, pero qué pasa si lo audiovisual es de calidad? Si filmamos una obra de Franklin Rodríguez, autor de Archipiélago Gulag, en el Teatro del Anglo? Y si luego la pasamos por Netflix? Ahhh, vieron, siempre hay tonos de gris. Siempre.

Liberal | Lenin dijo en 1918 que el arma más poderosa para comunicarse con las masas era el cine. Pero claro, los gobernantes uruguayos de ese entonces, haciendo gala de esa candidez y mediocridad tan enquistada en la clase política hasta nuestros días, no se animó a prohibirlo. Los resultados son los que todos conocemos. El problema de nuestros republicanos liberales es que creen que al comunismo se lo puede combatir simplemente teniendo la razón. Espero que con esto de Vargas Llosa reaccionen y prohíban de una buena vez por todos los videos de Facebook y esas tarjetas de navidad que cuando las abrís suena una cancioncita.

Líber | No hay nada peor que un intelectual de izquierda que se pasa para el cuadro de la derecha. Por más que se trate de genios como Vargas Llosa, Esteban Valenti o el propio Julio María Sanguinetti, sus devaneos ideológicos los descalifican.

Anarko | Como siempre los progretas hipócritas y moralistas la emprenden contra uno de los mayores pensadores latinoamericanos vivos, un faro de la cultura occidental, de los pocos analistas consecuentes y rigurosos que quedan en la actualidad. Lo critican porque no lo entienden, y eso se llama intolerancia. Porque yo tampoco entiendo nada de lo que dice, pero no por eso lo critico.

Cacho_1959 | No entiendo cómo le siguen dando bola a este tipo, que después de Cien años de soledad no volvió a actuar en una obra mínimamente decente. Pagué una entrada para verlo en Cómo rellenar un bikini salvaje y me arrepiento hasta ahora.