El venezolano George Hajjat Nassour lleva indudablemente sangre árabe: su madre es siria y su padre nació en Kuwait, aunque al poco tiempo se trasladó a Líbano. Dice que entre esas dos herencias gastronómicas hay pequeñas diferencias pero que, salvo ciertos ingredientes que cambian de nombre, básicamente se trata de lo mismo. “La comida siria es un poco más libre de condimentos que la armenia, por ejemplo, o la libanesa, que son fuertes cuando las pruebas, pero cuando tu paladar se adapta, es un vicio”.

Esa tradición es la que vivió de chico en su San Cristóbal natal, al suroeste de Venezuela, en la frontera con Colombia, región de los Andes, donde su familia siempre tuvo restaurantes. Llegaron a administrar tres, pero, presionados por la situación financiera, fueron cerrando. “Somos tres hermanos: el mayor está en España, y el mediano y yo, que soy el menor, estamos acá. Tengo casi tres años en Uruguay y hace dos meses llegaron mis padres. Es una cultura muy parecida a la árabe; ese tipo de respeto nos gusta y nos llama la atención. Mis padres tenían amigos uruguayos allá en Venezuela y siempre hubo esa conexión con el país”.

Durante los primeros tiempos aquí, dada su experiencia, George Hajjat se empleó como cocinero en un hotel en Colonia, donde los compañeros se acostumbraron a pedirle platos árabes. Así fue que terminó asociándose con un uruguayo que comparte lejanas raíces sirias y hace más de un año empezaron con Arabicfood en un pequeño local por Tres Cruces y luego con otro en Ciudad Vieja, que tiene apenas dos meses. El fuerte de la propuesta es el despacho en mostrador –tienen unas pocas mesas– y sobre todo, el delivery. Pero “sólo mandamos lo que sabemos que va a llegar bien; ese servicio lo cuidamos mucho”, recalca Hajjat. Por eso hay cosas que sólo venden en el local. Su idea a largo plazo es montar una planta de producción y crear franquicias.

Pese a ser venezolano, nunca evaluó vender arepas ni tequeños. “Vinimos con toda la actitud a hacer la auténtica comida árabe. Si quisiéramos montar un venezolano, que conocemos muy bien, nos hubiéramos enfocado en la comida de la mañana, porque las empanadas y las arepas tienen un horario; pero no lo íbamos a hacer, porque de repente no tienen salida con ese ritmo”. Percibe, en cambio, que la carta de oriente coincide con algunas tendencias vegetarianas y veganas, en las que el falafel es la estrella. “Eso es lo que más ha salido ahorita, porque la gente quiere cambiar su alimentación y la gastronomía árabe tiene una gran variedad de combinaciones con vegetales, a la plancha, al horno, acelgas con cebolla, por ejemplo, se trabaja mucho el trigo burgol, muchas comidas son sin carne. Entonces vienen a que les recomienden”.

Paulatinamente van probando la aceptación de otros platos menos conocidos, acercándose de a poco a la comida casera de olla. “Fíjate que en Uruguay hay mucha descendencia libanesa queriendo saber más de esa cultura, probando esa comida; a eso vamos nosotros y son muchísimos platos, mucha variedad”. Piensan implementar, para empezar, el shawarma de cordero: “Es la carne original que lleva, y lo vamos a hacer con sus respectivas salsas agridulces, con ensalada de tabulé, esos sabores peculiares, porque hacemos lo que la gente pide”.

Y por más exótico o ligero que sea el plato, sería necio no probar los postres a base de almendras, nueces, dátiles, masa filo, miel. “Hay unos 60 dulces diferentes, pero ahora tenemos los más famosos, como el baklavá y el mamul, y los preparamos de cero. Los hacemos a diario o cada dos días, el hojaldre lo amerita”, cuenta. Antes de despacharlos suelen echarles por encima un almíbar preparado con azahares que humecta esas delicias parecidas a milhojas. Otra especialidad de la casa es el yogur con pétalos de rosas; una porción de 250 ml, que recomiendan para dos personas, cuesta $ 130, y los días que lo tienen, no es algo que los conocedores dejen pasar.

Arabicfood, en Duvimioso Terra 2052 esquina Hocquart y Rincón 510 esquina Treinta y Tres. Teléfonos: 29146133 y 092391926. Están en Uber Eats y Pedidos Ya. El menú ejecutivo cuesta $ 180 (puede ser una bandeja con tres kippe, con tabulé, humus y pan, o un shawarma con papas rústicas, por ejemplo) y tienen variedad de postres. Hacen limonada de rosas pero no venden alcohol.