–Mirá, Gucci, te quiero pedir perdón porque la verdad es que no sabía que habías tenido todos estos líos. Pero yo confío en vos. Te creo.

–Ajá... A ver, dame un minuto, Daniel.

–Sí, sí, dale tranquilo, revisá tu Whatsapp nomás.

–No, no estoy revisando el Whatsapp. Es que me estoy quedando sin batería. Voy a poner el celu en modo ultraahorro. Ya estoy contigo.

–Dale tranquilo. Mientras no me grabes… ¡Ja ja ja ja!

–¡Ja ja ja ja! No, tranqui, ¿cómo te voy a grabar? Bueno, listo. ¿Qué me estabas diciendo?

–Te decía que no sabía que habías tenido todos esos líos.

–Sí, sí, pero después me habías dicho que me creías.

–Claro, claro.

–¿Lo podés repetir?

–Sí, claro. Te decía que yo te creo.

–¿Un poco más fuerte puede ser?

–¡Que yo te creo! ¿Ta bien así?

–Ta perfecto.

–El tema es que las mujeres están muy sensibles, ¿entendés? Viste cómo son las minas. Bah, ¡qué te voy a explicar a vos cómo son las minas! ¡Ja ja ja ja!

–¡Ja ja ja ja!

–Pero ta, como te decía, las minas están muy sensibles. Vos pensá nomás en el porcentaje de minas que tienen el síndrome premenstrual ahora mismo. Ponele que el período más fulero dura un par de días. Eso quiere decir que dos de cada 30 mujeres están en pleno síndrome premenstrual ahora mismo. ¿Te das cuenta? ¡Dos de cada 30 mujeres están por menstruar en todo momento!

–Pah, qué locura.

–Es una locura, sí. Por eso te digo.

–Sí, está bien, pero lo que a mí no me cierra es que ustedes mismos me hayan venido a buscar y después me maten en las redes como la mina esta, Fabiana Goyeneche.

–¿Sabés lo que pasa, Gucci? La Goyeneche es ingobernable.

–No me digas.

–Sí, es completamente ingobernable.

–¿Me lo podés repetir? Y bien fuerte, por favor. Proyectá la voz.

–Sí, claro. Fabiana Goyeneche es ingobernable.

–Perfecto, perfecto. Quedó clarísimo.

–Me alegro, me alegro. En fin, espero que no te enojes por esto. Te juro que yo ni me había enterado de los líos que tuviste.

–Es que me mataron, Daniel, me mataron. Yo trabajo en cumpleaños de 15. Y me andan enchastrando. Es como lo de la foto esa: puro enchastre.

–¿Qué foto?

–Una en la que supuestamente estoy manoseando a una mina.

–No la había visto.

–Es esta, mirá.

–A la pucha... Es como... muy gráfica. ¿Vos estudiaste ginecología?

–No, para nada.

–Ah, porque a lo mejor ahí tenés una vocación latente. No sé, pensalo.

–Pero a mí con la música me va bárbaro lo que pasa. ¿Vos escuchaste mi último disco?

–Eh... no.

–¿El anterior?

–Mmm... no, no creo.

–¿Pero conocés algunas de mis canciones por lo menos? ¿Esa que dice “cinco de la mañana y tú me llamas / sólo para ver quién está en mi cama”?

–No.

–¿Y la de “ya no me quieres y me hieres / una trampa de placeres eres”?

–Tampoco. La única que conozco es esa de “somos tú y yo / el uno para el otro / tú con tus locuras / y yo que ya estoy loca”.

–Pero no, Daniel, esa es de Majo y la del 13.

–¿Quién es esa?

–Una cantante de cumbia.

–Ah, interesante. Es mujer... Denuncias de acoso no debe tener. ¿Le interesará la política? ¿Me pasás el teléfono?

–No aprendés más, Daniel.

–Sí, tenés razón. Capaz que la mina es medio ingobernable también y me compro un problema. Porque la verdad es que todas las mujeres son ingobernables. ¡Todas locas!

–Es tal cual como vos decís, Daniel.

–Pero no le digas a nadie que yo dije esto. Queda entre nosotros. ¿Te imaginás el lío que se arma si esto se sabe? ¡Ja ja ja ja ja!

–¡Ja ja ja ja ja!

–¡Dos de cada 30 están por menstruar! ¡Es una locura!

–¡Totalmente! ¡Una locura!

–Es que estamos todos locos, Gucci. Se fue todo al carajo. Pero esto te lo digo acá entre nos.

–Sí, quedate tranquilo.