Pfizer (Estados Unidos)

Es una de las vacunas que funcionan con ARN mensajero, un novedoso proceso que inocula esta molécula en el organismo. Este tipo de vacunas es visto con recelo debido a que nunca han sido aplicadas a humanos y hasta ahora se limitaban al uso veterinario. Pero, por otro lado, los humanos que recibieron la vacuna no sólo generaron anticuerpos contra el coronavirus, sino que además su carne se volvió mucho más tierna y sabrosa.

Sputnik (Rusia)

Esta fue la primera vacuna en ser aprobada y, además, la primera en ser administrada a la población. Muchos críticos, especialmente de países occidentales, sugirieron que la Sputnik fue aprobada de apuro y sin pasar por los protocolos establecidos. Esto fue negado por los científicos rusos, quienes, si bien reconocieron que le hicieron algunos ajustes de último momento cuando ya la estaban embalando para enviarla a los centros de vacunación, les dio perfecto para terminarla y hasta tuvieron tiempo para incluir una molécula que provoca en las personas vacunadas el mismo efecto que un placentero viaje de ácido lisérgico.

Moderna (Estados Unidos)

La vacuna de este laboratorio también funciona con ARN mensajero, por lo que su traslado es extremadamente complejo: tiene que estar a 70 grados bajo cero. En Estados Unidos se registraron casos de dosis que perdieron la cadena de frío y al sacarlas del contenedor estaban derretidas. Muchas personas decidieron llevarlas igual, aunque otras exigieron que se las cambiaran por algo que estuviera más frío, como una cocacola o un agua tónica.

AstraZeneca (Reino Unido)

Este tipo de vacunas, llamadas de vectores virales, utilizan adenovirus humano o de chimpancé. En el caso del laboratorio británico, se optó por lo segundo. La vacuna es efectiva contra el coronavirus, aunque durante el proceso experimental se generó un problema que podría tener graves consecuencias: un chimpancé desarrolló algunas habilidades humanas, como el razonamiento complejo, el habla y la imaginación. El primate logró escapar y se refugió en la selva. Ahora se teme que forme un gigantesco ejército de monos, domine el mundo y coloque a Mario Saralegui como Emperador Supremo de la Tierra.

Anders-Bolsch (Suecia)

Se trata de una vacuna que utiliza el ARN mensajero como vector viral de referencia, algo que hace que la carga proteica de los iones binarios de las bacterias de coronavirus generen un “efecto reflejo” mediante el cual los anticuerpos se metabolizan a un ritmo igual o superior a 0,1999 ffs/ad. o, para expresarlo en términos más claros, 987-%848484*NIPX34[7$0.0000000.0.0]. El problema de esta vacuna es que nadie, ni siquiera los científicos que la desarrollaron, entienden cómo funciona, y se maneja la posibilidad de que se trate de una vacuna contra la poliomielitis a la que se le cayó por accidente una miga de grisín de ajo. De todas maneras, tiene una gran ventaja: durante su proceso de pruebas no mató a nadie.

Laboratorios Salle (Uruguay)

Gustavo Salle había dicho al comienzo de la pandemia que no se necesitaba una vacuna contra el coronavirus, sino “una vacuna contra el cipayismo, la cleptocorporatocracia y el globalismo”. En ese momento muchos creyeron que se trataba de una figura retórica, pero meses más tarde el abogado apareció con una vacuna que había desarrollado en el garaje de su casa y que, según él, sirve para prevenir “estos terribles males”. Desgraciadamente para Salle, un error de cálculo hizo que la vacuna también resultara efectiva para curar el coronavirus. A raíz de este incidente, el abogado cerró su laboratorio y en su lugar construyó un búnker anti 5G.