La cabeza del periodista deportivo Eduardo Rivas vuelve a ocupar buena parte de la pantalla del televisor y por un instante parece que todo ha vuelto a la normalidad, como en cualquier otro otoño uruguayo, intrascendente y anodino.
Mientras presenta –apoyado en su pupitre de acrílico y madera, y con su inconfundible tono neutro, aunque amigable– dos noticias sobre figuras del deporte que le servirán para bromear un rato con los televidentes y sus compañeros de informativo, detrás de cámara, el secretario de presidencia, Álvaro Delgado, espera su turno de entrevista con la mitad de su rostro oculto por un tapabocas de color blanco.
Más tarde, y con distancia prudencial entre sillones, lo recibirá en el aire el periodista Daniel Castro, que no ha parado en todo el día entre vueltas a su casa, la radio (conduce el informativo del mediodía en Carve) y el canal. “Ha sido duro para todos, difícil de explicar, esto de adaptarnos, y no terminamos nunca de adaptarnos, pero en eso estamos”, me cuenta en una pausa el conductor de Telenoche 4 y Todas las voces sobre la práctica de su oficio en estas semanas de emergencia sanitaria y cuarentena.
Casi todo en la rutina de funcionamiento de los canales de televisión nacional y sus periodistas, gerentes de programación, camarógrafos, productores y trabajadores de cualquier rubro ha cambiado de manera importante y sorpresiva. Conversamos con algunos de estos protagonistas para saber cómo se han adaptan a este cambio en sus labores y sus vidas.
El día esperado
El cronista de Teledoce Daniel de León sale a la calle con su micrófono –envuelto con varias vueltas de nailon– y alejado con una larga jirafa que lo sostiene; Jorge Baillo, el conductor de Rumbo a la cancha, de VTV, festeja su cumpleaños número 72 en su clásica mesa de decorado, y sus hijas, que no han podido estar con él, le mandan saludos vía Skype y le piden “quedate en casa”; María Inés Obaldía (Canal 10) sale al aire desde la suya, acompañada de un montón de libros, un bargueño con portarretratos, un gomero y unas cortinas de flores bordadas con hilo fino; la escenografía del nuevo programa Quedate en casa, a tono con las siempre lujosas que presenta Teledoce, está diseñada para que por uno o varios rectángulos pasen los más disímiles fondos de pantalla hogareños, con el fin visualizar el trabajo de artistas, emprendedores y televidentes con ganas de expresarse.
“Es una sensación rara y cambiante, como en dos dimensiones. Una tiene que ver con lo profesional, y cada día agradezco haber elegido este oficio y ser parte de quienes tenemos la desafiante responsabilidad de informar, pero la sensación también es la de estar navegando en la tormenta”, dice Castro. “En la otra dimensión, más básica y personal, la más humana, tengo un dilema diario al regresar a casa y, al cumplir con las pautas de limpieza y desinfección, sentir que aun así no estoy haciendo lo suficiente, ese agobio de postergar los abrazos cinco minutos, para luego de la ducha, me cansa, me estresa más que el propio trabajo”, agrega.
Sobre su percepción acerca de lo que buscan los televidentes cuenta: “A veces creo que, además de saber el número de exámenes que hubo, los positivos, los recuperados, las medidas de ayuda y asistencia, las historias de vida, las acciones solidarias, debe existir en el fuero íntimo de todos la esperanza de que un día al poner Telenoche los conductores digan ‘se fue el virus’ o ‘se terminó la cuarentena’”.
El ring de la videollamada
Verónica Chevalier, periodista de Canal 10 en los programas Arriba gente, La tarde en casa y Subrayado, y una de las figuras jóvenes que a partir de la cuarentena han ganado minutos al aire mientras las más añosas (población de riesgo) aguardan el ring de la videollamada desde sus casas, dice sobre lo que recibe de la gente: “Noto una enorme avidez de información, y a la vez que tanto los medios de comunicación como las redes se afianzaron como vehículo de catarsis por el estrés que implica la emergencia sanitaria. Emociones muy a flor de piel y la necesidad de estar en contacto es lo que más se percibe, algo que ya se estaba evidenciando desde hace tiempo, pero que ahora se profundizó”.
“A los que nos gusta estar todo el día en la calle se nos complica un poco esto del encierro, pero son las reglas de juego momentáneas y las aceptamos con responsabilidad, dice José María Caraballo, una de las caras más reconocibles de TV Ciudad, que se ha tenido que acostumbrar a horas de teletrabajo y una reducción de su tiempo como reportero de exteriores. “Cuando hacemos calle, notas, coberturas, etcétera, las reglas también cambiaron. Particularmente soy de los que saludan con un beso, abrazo o estrecho la mano; lo aplico a amigos, compañeros, colegas, entrevistados. Ahora la cosa es más distante, metemos codito y un poco cuesta acostumbrarse. Hay que hacerlo. Igual muchos te siguen dando la mano y saludando con un beso”.
La joven cronista Magdalena Prado comenzaba una nueva etapa en su carrera como parte del equipo de Buen día (el nuevo magazine matutino de Canal 4), cuyo estreno coincidió con la emergencia sanitaria nacional: “La imposibilidad de tener un contacto cercano con nuestros compañeros, la necesidad de extremar las medidas de higiene, al tiempo que se trabaja con menor cantidad de técnicos y personal, resulta todo un desafío”, cuenta. “Además, es muy complejo encontrar entrevistados que vengan a piso, porque –por suerte– la gran mayoría de los uruguayos está acatando la cuarentena. Todos los periodistas tuvimos que adaptarnos a las entrevistas por Skype o Zoom, que nos quitan cercanía pero nos dan la posibilidad de llevar la palabra de los expertos a la gente”.
Coronavirus, dramas turcos, cine nacional y supergoles
Entre estrictos cuidados de higiene, control de salud de sus trabajadores y rotación de personal habitual, con menos recursos y posibilidades, los responsables de programación de los canales intentan, sin escapar a su propia incertidumbre, encontrar una propuesta equilibrada entre información sobre la pandemia y contenidos de entretenimiento, que siga funcionando como compañía para su teleaudiencia, sin perder la identidad de sus señales.
En los primeros días, algunos apuntaron a bombas emotivas como los partidos del Uruguay de Óscar Tabárez en mundiales, o grandes películas ganadoras de premios Oscar. De a poco, los informativos centrales fueron ganando minutos hasta llegar a las tres horas continuadas, y los ciclos de cine nacional, por TV Ciudad y TNU, se establecieron como la propuesta mejor recibida por quienes buscan un alivio al final del día.
A la sorpresa de la covid 19 la televisión le sumó la de un aumento en su encendido: responsables de todos canales están de acuerdo en que ha aumentado hasta 20% desde que se declaró la emergencia sanitaria.
La señal de cable VTV fue la que respondió primero y de forma más contundente a la pandemia, cambiando obligadamente buena parte de su programación –partidos de fútbol y básquetbol uruguayo en vivo– y recurriendo a lo más valioso de su archivo deportivo y cultural, como el especial que muestra los mejores momentos del quinquenio obtenido por el Club Atlético Peñarol en 1997 (con muy buena repercusión en las redes sociales), el programa deportivo Fechas pasadas, célebres finales de la liga de básquetbol protagonizadas por Defensor Sporting, el pasado desfile de Llamadas y las mejores actuaciones del concurso de agrupaciones carnavalescas de este año.
El último abrazo del nuevo director de TNU
“Comencé mi trabajo el miércoles 11 de marzo, dediqué el día a recorrer las radios públicas y el canal, me presenté y saludé a todos los funcionarios. El Secan [Servicio de Comunicación Audiovisual] tiene bajo su manto a más de 400 empleados”, cuenta Carlos Muñoz, nuevo presidente de Secan y director de TNU. “El jueves 12 recibimos al ministro [de Educación y Cultura] Pablo da Silveira, a la subsecretaria Ana Ribeiro, junto a un grupo importante del ministerio. Fue una linda tarde. Tal como lo había hecho en las demás reparticiones, el ministro saludó a todo el mundo, charlamos con optimismo de los recursos humanos y técnicos que tienen el canal y las radios, y del plan de trabajo que tanto nos entusiasma. Nos dimos un abrazo con el ministro, a quien conozco desde hace muchos años y me une un afecto muy especial. Fue el último abrazo que di a un ser humano. Al otro día comenzó la pandemia, se anunciaron los primeros casos en el país y nos zambullimos casi sin refugio en esta tormenta inesperada que hizo volar los techos de toda comodidad posible”, dice el novel director.
Sobre la grilla de programación comenta: “Estamos con programación de emergencia, pero, curiosamente, con mejora de la imagen. Y creo que en parte beneficia mucho al televidente, ya que se ve mucho mejor, pero además los productos son buenos, entretenidos y de mucha calidad técnica. Me refiero especialmente a los documentales. Vale la pena verlos, nos ayudan con esta pesadilla. En una semana levantamos todas las grabaciones previstas y los programas en vivo, que evidentemente acumulan personas en recintos cerrados y de contacto estrecho. Blindamos el canal y redujimos drásticamente la circulación de gente. Esperamos estrenar en breve nuevos contenidos educativos en acuerdos con Plan Ceibal y el Codicen, un programa sobre el país solidario (Luces en la ciudad) y otro sobre edificios patrimoniales (La historia silenciosa). Ya hay en proceso un programa dedicado exclusivamente a mujeres (Poderosas) y sus vidas cotidianas, algunas famosas y otras cuyas vidas, actividades y personalidades son realmente interesantes. Estos son los proyectos que ya están encaminados”.
Ana Laura González es gerenta de producción de Teledoce, y una de las responsables de contenidos en programas como Quedate en casa (lunes a viernes a las 21.30, con la conducción de Manuela da Silveira y Pablo Fabregat). “Es un contenido que hicimos especialmente para estos días. El objetivo es que Pablo y Manuela puedan meterse en la casa de diferentes personas que transitan la cuarentena y así conocer sus historias, y también visibilizar un montón de iniciativas solidarias que nacieron a partir de la emergencia. Creo que los conductores encontraron el tono para comunicar; le ponen humor, tienen empatía y sensibilidad para conectarse con los entrevistados y los televidentes”, cuenta sobre el reciente estreno.
Otra de las novedades de Teledoce es la vuelta del periodístico Séptimo día: “Después de los primeros casos de covid 19 que confirmó el gobierno, decidimos levantar el programa. A los primeros días de incertidumbre se sumó que Juanchi Hounie, Leo Haberkorn y Raúl Ponce León estaban en cuarentena, por lo que dejamos de salir al aire. Ahora volvemos con incorporaciones en el equipo: se suman Diego Sapo Zas y Juan Miguel Carzolio, pero no nos podrá acompañar Raúl porque por orden médica tiene que cumplir estrictamente la cuarentena. La otra novedad es que cambiamos de horario y vamos los domingos, pegados a Telemundo, de 21.00 a 22.30”.
Federico Dalmaud, director general de TV Ciudad, conserva fresco el recuerdo de tener todo preparado para transmitir, el sábado 14 de marzo, una nueva edición del festival Montevideo Rock, producción del canal. “El 13 de marzo se hicieron los primeros anuncios de casos de covid-19 en Uruguay. Tuvimos que suspenderlo y nos pegó muy duro. Teníamos todo pronto para recibir a más de 40.000 personas en las canteras del Parque Rodó. Dos días después, inmediatamente fuimos de los primeros en mantener una reunión entre todos los directores de área; tomamos medidas urgentes, suspendimos rodajes, ahí mismo nos pusimos a trabajar en una nueva política de programación. Lo que pasó te obliga a que toda la programación anual que vos pudieras tener se destruye, se termine. No podés planificar demasiado, porque no se sabe cómo va a seguir esto”, cuenta.
“Teníamos previsto lanzar nuestra nueva programación el 14 de abril, y lo que hicimos ahora es adelantar todos los estrenos y empezar a reconfigurar la grilla. Estrenamos Todo tiene un porqué, con Gonzalo Cammarota, Originalmente iba a ir tres veces por semana, pero ahora va de lunes a viernes a las 20.00 y es nuestra contraoferta, en materia de grilla, en un horario en el que hay mucha gente frente a la pantalla. No queríamos hacer tres horas de informativo. Eso nos significa exponer a nuestros periodistas a mayor riesgo en la calle. Hicimos un acuerdo con Montevideo Audiovisual, de la IM, para emitir un ciclo de películas uruguayas. Hace unos días pusimos al aire Así habló el cambista y funcionó muy bien: la vieron 12.000 personas. Lo mismo hicimos con Cinemateca, para poder mostrar algunos estrenos que ellos tuvieron que guardar por la cuarentena”, agrega Dalmaud.
“Lanzamos también Doctor Faga, una especie de Sherlock Holmes de la pediatría. Decidimos ampliar el bloque infantil Paseo animado a dos horas diarias, con nuevos dibujos para un público que hoy especialmente necesita propuestas y contenidos de calidad. Para esto apelamos a la Red de Televisión de América Latina; se creó una bolsa libre de derechos, y de ese lugar todos tomamos contenidos. También estrenamos Artigas (serie argentina del canal Encuentro), los lunes a las 21.00, y le va muy bien; y la serie española Estoy vivo, un thriller policial que va los martes a las 21.00. Además de los programas, implementamos una tanda solidaria para difundir diferentes iniciativas que comenzaron a llegar. Creamos la casilla [email protected]; por ejemplo, no llega ‘tengo una olla popular’ u otro emprendimiento, lo pasamos a un gráfico, le grabamos una locución y hacemos una especie de pieza publicitaria que pasamos en cada una de nuestras tandas”. Sobre el equilibrio entre información y entretenimiento en tiempos de pandemia, Dalmaud dice: “La gente se está empezando a cansar del exceso de información, y opinión, y está yendo a buscar otro tipo de productos. Nuestra consigna es: la información es necesaria, pero también lo son el entretenimiento y el consumo cultural”.
Iván Ibarra, responsable de programación de Canal 10, se excusó de participar en la nota por esta vez y nos sugirió mirar su grilla y la composición del horario prime time. La vieja Saeta parece apostar a la ficción, conservando bastante de su programación prepandemia y concentrando toda la información alusiva en su informativo central y sus programas de la mañana. “Hola, soy El Piñe, estás en el 10”, dice Jorge Piñeyrúa en el mensaje de contestadora que se enciende cada vez que suena el teléfono en la centralita del canal. Uno de sus programas, Polémica en el bar, ahora va los viernes y domingos a las 21.00, y buena parte de la tarde-noche del 10 se completa con telenovelas ensambladas en Turquía: Sureya, Coraje de mujer y Flores de cristal. El español Ahora caigo sigue, inamovible.
Volvió Canal 4
Canal 4 es la señal en la que más se notan los cambios y su enfoque en la programación a partir del temblor pandémico. “Desde que cambiamos nuestra marca, volviendo a llamarnos Canal 4, y nuestro claim, ‘Vivo para vos’, priorizamos tener más horas en vivo y hablarles a los televidentes con sencillez y cercanía. Desde que se desató la pandemia y se exhortó a la gente a quedarse en casa, lo que hicimos fue profundizar nuestra idea de canal”, cuenta Ignacio Mazza, responsable de programa.
“Sumamos más horas a los noticieros y al vivo; por ejemplo, Todas las voces extendió su horario. Estrenamos Buen día, un magazine distinto y ágil que te da un panorama de noticias bien variado y, sobre todo, bien contado por Claudia García y su equipo. Achicamos algunos slots de telenovelas, y los fines de semana sumamos dos propuestas informativas y distendidas, Zoom deportivo y Zoom internacional, que le permiten al televidente ver otras informaciones importantes que quedan fuera de los noticieros por la cobertura extensa del coronavirus. Los días jueves pusimos al aire Desde casa, en el que conductores y entrevistados hablan por la computadora, tal como hacemos todos nosotros en nuestros hogares para comunicarnos con nuestros padres o abuelos.
Sobre los próximos estrenos del canal adelanta: “Estamos preparando un especial con motivo de los 59 años del canal. Christian Font va a presentar parte de lo mejor del extenso archivo. El programa se llamará Nuestra historia, tendrá mucha emoción y será el punto de partida para festejar, el año que viene, los primeros 60 años al aire de Canal 4. Estamos muy ansiosos con ese proyecto. Y para mayo tenemos el lanzamiento de Santo y seña en una propuesta muy renovada, con cambio de formato y estilo”.