Desde la tardecita, en la plaza Independencia, la escenografía era diferente a la habitual. Carros alegóricos en la calle, tránsito cortado, trajes, plumas y accesorios de todo tipo que esperaban en la vereda bajo la custodia de los utileros. En el aire ya se respiraba lo especial de la ocasión. Tan esperado y tan preparado por miles, llegaba el día del Desfile de Escuelas de Samba.
Una noche única para las distintas agrupaciones que, desde distintos barrios de Montevideo, llegan a la gran cita por 18 de Julio, donde una gran cantidad de público se acerca a disfrutar y entregarse al ritmo de samba.
A las 19.39 se siente el primer estruendo de batería en la zona de salida del desfile. La batucada de Unidos do Norte, frente a la vieja casa de gobierno, comienza a calentar motores para en menos de media hora iniciar su pasaje por la principal avenida. Cuando la escuela se arma al pie del Palacio Salvo y arranca a sambar, casi nadie puede evitar moverse. Incluso un grupo de trabajadores y trabajadoras municipales, que estaban recolectando basura en la plaza, danzaron al ritmo de la batería.
El enredo, que es la historia a contar y desarrollar por toda la escuela durante su recorrido, generalmente se elige con mucho tiempo de anticipación. La composición, así como su interpretación, últimamente se está asignando por parte de la mayoría de los conjuntos a artistas brasileños.
Es el caso de Marcelo Demetrius, quien trabajó este año para Unidos do Norte, eligiendo como temática un homenaje a Ruben Rada. El compositor de Porto Alegre es la primera vez que viene al desfile de la capital y se mostró “orgulloso y encantado” de poder aportar su arte para la escuela del barrio Capurro.
Si bien a la hora de inicio del desfile, en las primeras cuadras había varias zonas de sillas libres, ese panorama cambió de inmediato. La gente abarrotó 18 de Julio desde Andes hasta Yi. Con el paso de las horas, incluso al cruzar la medianoche, seguían llegando desde todas partes -sobre todo jóvenes- buscando su lugarcito en las veredas, techos de las paradas de ómnibus, o donde fuera.
En la zona de la plaza Cagancha espera la televisión con su gran despliegue. La trasmisión de VTV ya es un clásico que lleva este desfile, así como el inaugural y el de las llamadas, a todo el país. También hay un par de radios llevando las noticias de la noche. San Lorenzo FM, trasmitiendo en la plaza Independencia, y La Cotorra FM, con los especialistas de A hora do samba, que tenían un puesto base en la esquina de Paraguay, y dos movileros cubriendo en la salida.
La intensidad con que se viven los momentos previos es tangible. La arenga del principal solista antes de meterse en el túnel humano en el que se transforma 18 de Julio sirve como una descarga de adrenalina para todos los integrantes de la escuela.
Ángela Díaz, que desde hace nueve años sale en Urusamba, le explica a la diaria el significado de ser la portaestandarte: “Es una responsabilidad muy grande, porque es llevar el símbolo de la escuela. Se vive con mucha alegría y entusiasmo pisar la avenida. Y en los momentos previos siempre hay nervios. Uno piensa que no va a tenerlos, pero sí”.
Cuando las escuelas inician su recorrido, ya no hay espacio en la calle prácticamente para nada. Los fotógrafos y el equipo de comunicación de la Intendencia de Montevideo tienen muy pocos segundos para en alguna esquina realizar sus registros y no ser “arrollados” por las agrupaciones que avanzan como una topadora.
Imperatriz, la campeona del año pasado, provoca los gritos de decenas de seguidores en distintos tramos. Con un enorme carro abre alas, encabezado por el destaque de Serrana Sequeira, la escuela que ensaya en la plaza 4 del Cerrito de la Victoria, realiza un notable pasaje con su enredo “300 años de herencia africana”.
Las altas temperaturas de la noche se hacían sentir cada vez más, y uno de los componentes de esta escuela se vio afectado. El bailarín debió detener su desfile para sentarse en una silla y tomar agua, mientras era atendido por una doctora.
Jorge Lombardo, de Socorristas Uy, que es quien está a cargo de la asistencia médica en estos eventos del carnaval, destacó el trabajo que se está haciendo en tal sentido: “Somos muchos. Hoy tenemos 20 socorristas, diez hidratadores y cuatro ambulancias. Estamos en casi todas las bocacalles”.
Ya en el último tramo del desfile pasó Imperio Preto y Branco, con su trama de “Anastasia”, contando la historia de una mujer negra que empezó siendo santa y terminó siendo esclava. Después vino Mocedades Unida, la escuela de samba debutante, con su propuesta “Al son del tambor”. Al final del recorrido fue evidente la emoción del grupo en el rostro de muchas chicas al borde de las lágrimas, ya que lograron el objetivo de presentar su nuevo conjunto y estar a la altura.
Cerrito, ya cerca de la 1.00 de la madrugada, le puso la frutilla de la torta al desfile. Una aplanadora de 500 integrantes, que para muchos es la candidata. Los jurados, todos brasileños, por fin cierran sus carpetas. No dejaron de realizar anotaciones, observando minuciosamente cada detalle, sobre todo cuando pasaban los carros, a los que rodeaban para contemplar desde varias perspectivas.
Su fallo se conocerá en la tarde de este sábado, donde, como manda la tradición, las escuelas aguardarán con sus hinchadas en los respectivos lugares de ensayos. En la libreta de apuntes quedan algunos reclamos generales del ambiente del samba, como un mayor aporte de la intendencia y de los patrocinadores, mejora en los premios para estar acorde a las inversiones que realizan los conjuntos y un sistema de audio que abarque la totalidad del recorrido por igual. De todas maneras, se es consciente de que se avanzó mucho desde aquellos primeros desfiles en 8 de Octubre hasta la actual fiesta, que sacude año a año el centro de la ciudad.
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