Ayer se inauguró la plaza Vázquez Ledesma, ubicada en José Vázquez Ledesma y José Benito Blanco. Fue pensada y construida por la fundación Jazmín –que impulsa el desarrollo de áreas de juegos inclusivos en el espacio público– y coloreada por el Colectivo Fobia, que está formado por ilustradores y diseñadores de Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo. También participaron la Intendencia de Montevideo y el Municipio Ch.

La fundación Jazmín, que antes impulsó un proyecto similar con la plaza Portugal, en La Blanqueada, coordinó junto a un equipo de la Facultad de Arquitectura todo el proceso de investigación, creación y desarrollo de equipamientos lúdicos para los juegos inclusivos. El arquitecto Gonzalo Bustillo expresó ayer su motivación con este proyecto y explicó que desde hace tres años investigan más de 400 edificios abandonados en las zonas centrales de Montevideo. “Debemos tomar esto de la manera más responsable para definitivamente cambiar y construir la ciudad”, comentó. En el lugar donde ahora funcionará la plaza Ledesma había dos casas abandonadas, que fueron demolidas. La fundación Jazmín fue fundada por el arquitecto Fabián Kepler y su esposa Nadia Dib, inspirados en su hija. Ellos encontraron en el espacio vacío la posibilidad de llevar a cabo otra misión: “Promover en los niños la inclusión, considerando sus distintas capacidades, a través de la mejora y adaptación del espacio público”. “Los juegos son fácilmente replicables en espacios de bajos recursos y no requieren de tanto presupuesto, por lo que nos parece una idea sumamente interesante”, dijo Kepler en el estreno de la plaza. Por su parte, el alcalde Andrés Abt dijo: “Pertenezco a una generación que quiere utilizar los problemas de cada zona para transformar positivamente la ciudad, entendiendo al Municipio como un elemento de desarrollo humano”. En esta ocasión, la remodelación del área está inspirada en la historia real que narra la película El Faro de las Orcas, sobre un niño autista llamado Tristán, que se ve estimulado por estos animales y al verlos habla por primera vez en diez años. Su madre, entonces, decide llevarlo con Beto Bubas, interpretado por el actor argentino Joaquín Furriel, que es un guardafaunas que trabaja en las costas de la Patagonia argentina, a donde se fue a vivir tras descubrir su admiración por las orcas y su interés por sus comportamientos, conviviendo con ellas quince años. El verdadero Beto Bubas estuvo presente en la inauguración y agradeció que exista en Uruguay una plaza en honor a la historia que protagonizó. “Tienen una ciudad hermosa y es muy importante que hagan cosas grandes como esta”, declaró. Mientras esto pasaba, los niños no paraban de jugar en las flamantes hamacas y trepadores. Antes, habían tenido la oportunidad de contribuir con Fobia, más concretamente pintando los últimos detalles de uno de los muros que delimitan la plaza. “Quisimos transmitir un poco el tema de estar abiertos a las diferentes formas de comunicarse”, afirmaron desde el colectivo.