Los ingenieros Daniel Rolando, Gabriel Madruga y Sebastián Macías tuvieron una idea: generar una plataforma para que cualquier persona pueda interactuar con un dron. Sumaron a Adriano Raineri, economista y especialista en marketing, y así nació Dronfie, un prototipo que se aloja en la incubadora Ingenio, en el Latu, y que esperan lanzar al mercado en el tercer trimestre de 2017. Con ellos hablamos para saber de qué se trata.

¿Cuáles son las características de esta plataforma?

Hoy en día las personas que interactúan con drones son las que los compran. Es una interacción limitada, de uno a uno. La plataforma propone que cualquiera pueda interactuar con cualquier dron. Para esto, se tiene que bajar la aplicación y, en aquellos lugares donde suele haber drones, pedirle a uno que se acerque, sacarse una foto o grabar un video de forma acotada y controlada para, por ejemplo, publicar en las redes.

¿En qué lugares hay drones?

Uno de los usos comunes de los drones es en los eventos. Se contrata a una persona para que filme, está 20 minutos y se va. Pero nos dimos cuenta de que, mientras el dron está ahí, los invitados no pueden hacer nada. También hay pilotos de drones que hoy por hoy van a lugares turísticos a sacar fotos y ofrecerlas a los visitantes. Nuestra aplicación busca mejorar esa experiencia.

¿Qué rol juegan las redes sociales?

La propuesta para el usuario final es que se divierta en las redes. Manejamos el concepto de “contenidos listos para las redes sociales”. Todo lo que salga de la plataforma está listo para compartir.

¿Cuál es el grado de innovación del proyecto? ¿Tienen referencias internacionales?

El mercado es bastante incipiente, pero de a poco van apareciendo cosas. Existen aplicaciones para drones, pero el concepto colaborativo es bastante innovador de nuestra parte. Las aplicaciones que hay son pagas. Tienen en el orden de 100.000 descargas y un costo de entre 19 y 24 dólares. Esto nos da una buena referencia de la oportunidad del mercado.

¿La descarga va a tener costo?

Para el usuario final no. En algunos casos va a poder tomarse fotos gratis, esponsoreadas por el evento o lugar en el que se encuentre; y en otros, podrá pagar por los contenidos que se generen.

¿Cómo esperan avanzar?

Estamos en etapa de prototipo y esperamos lanzarla en el tercer trimestre del año. La idea es que la plataforma funcione con 70% de los drones que existen. Queremos venderla al mundo y aprovechar la inquietud de los pilotos o dueños de hacer cosas nuevas. Hicimos una encuesta: más de dos tercios de los pilotos entrevistados están interesados en hacer dinero con su dron.

¿Cómo piensan lanzarlo al mercado internacional?

La idea es trabajar en la difusión y hacerlo de forma gradual. Hemos tenido buenas noticias. DJI, uno de los principales fabricadores de drones, se interesó por el proyecto y se puso en contacto para apoyarnos. Generamos un acuerdo de colaboración por el que nos dan oportunidades de difusión a través de su marca.

¿Qué pasaría si los drones se popularizaran y todas las personas tuvieran uno?

La industria puede seguir ese modelo. Hay muchos drones personales. Pero, en realidad, lo que vemos es una evolución parecida a la que tuvo el Smartwatch u otros dispositivos similares. Los precios han bajado. Se está alcanzando el techo en cuanto al mercado de consumo: el que quería tener uno ya lo tiene. Vemos más probable un escenario en el que las personas quieran utilizar un dron para algo: sacarse una foto, filmar un video. Este mismo concepto se puede aplicar a otras áreas, como la seguridad o la logística. El concepto detrás es que no tengo que ser dueño de un dron para usarlo. Las personas no quieren el dron en sí. Quieren lo que les ofrece. En este sentido, la plataforma lo que hace es justamente integrar a todos los que no han comprado drones, quienes van a usar la aplicación, en lugar de cargarlo.