La miel es un símbolo de fertilidad, amor y energía. Además de la que todos probamos, producida naturalmente por las abejas, también hay miel de avispas y de hormigas, y mieles con diferentes grados de dulzor y sabores. ¿Conocemos realmente el potencial de este alimento?

Al uso gastronómico, por sus beneficios endulzantes, se suma el de gran conservante. Vale decir que no caduca. En la Antigüedad esto ya se sabía, y se utilizaba para conservar alimentos. Los egipcios guardaban la carne cubierta con miel e incluso la usaban para mantener los cadáveres cuando deseaban conservarlos intactos por un tiempo. Alejandro Magno fue transportado a Alejandría, luego de su muerte en Babilonia en 323 aC, bañado en telas con miel (otras versiones cuentan que fue dentro de un recipiente lleno del pegajoso producto).

Se han encontrado vasijas con más de 2.000 años que contenían miel en perfectas condiciones. En las pinturas rupestres hay dibujos que hacen referencia al alimento y su extracción en el 7000 aC. Para los griegos fue siempre el alimento de los dioses y los seres elegidos o iluminados. Hipócrates, padre de la medicina, ya en el siglo V aC se servía de ella para curar heridas y conocía sus beneficios cicatrizantes.

La miel es fuente de vitalidad. Los textos religiosos y los grandes místicos la han incluido siempre en sus rituales. Es un alimento venerado y asociado a la fertilidad. Hoy los recién casados festejan la Luna de Miel con un viaje o una escapada poscasamiento. Este ritual proviene de siglos. Los vikingos dedicaban el ciclo de una luna para intimar tomando agua de miel.

Esta bebida, llamada hidromiel, era el obsequio de parientes para que la pareja engendrara rápidamente (algunas fuentes dicen que era para tener un primogénito varón). En la antigua Roma, la madre de la novia colocaba un recipiente con miel para los recién casados todas las noches durante el lapso de una lunación. Y entre los teutones, el padre de la novia regalaba a su yerno cerveza con miel durante el primer ciclo lunar. En otras culturas se preparaba un licor de miel muy similar a nuestra grapamiel.

Más allá del té con miel

La miel ingresó hace ya un tiempo con mucha fuerza en la gastronomía local, no solamente para la elaboración de postres y pastelería, sino que pasó la barrera y llegó hasta las carnes de caza. Varios cocineros están trabajando este producto en diferentes versiones: crema de miel, agua de miel, mieles de invierno y de verano; hasta el panal recién sacado de la colmena (confieso que es delicioso).

Incorporarla en nuestra dieta diaria aporta grandes beneficios, no solamente por sus vitaminas sino por su poder antioxidante. Pero mas allá de las propiedades médicas, la miel es natural y es rica. ¿Para qué vamos a endulzar artificialmente si podemos hacerlo de una forma saludable?

Sólo nos queda averiguar y probar para saber qué tipo de miel nos gusta y utilizarla más allá del té para la tos.

Orgánicas

Hablamos con tres apicultores que están en proceso de obtener una certificación orgánica pero que trabajan de esta forma hace varios años. En Maldonado, Pablo Artigas, de Mieles del Este, nos cuenta sobre las investigaciones que están haciendo con hidromiel, vinagre de miel y decenas de mieles de diferentes terroirs.

“Es un trabajo diario de visitas a las colmenas y a los lugares para colocar estratégicamente la producción en diferentes zonas donde las abejas captarán la vegetación del entorno”, explica. Estas van desde montes de eucaliptos a campos de carqueja, pasando por viñedos y praderas con diferentes flores.

El productor Javier Picardo lleva más de 15 años en el rubro y tiene colmenas en Aguas Blancas (Minas) y en Florida de mieles multiflora, todas trabajadas de forma orgánica. Actualmente está a la espera de una inspección europea para que le otorguen la certificación oficial orgánica por medio de Nidera Uruguay. Muy pronto comenzará a certificar también sus colmenas de Cerro Largo, donde trabaja una miel de eucalipto. Casi el cien por ciento de sus mieles son para exportación.

En la zona de Aiguá, Marcelo Laso lleva trabajando cuatro años en apicultura. La mayor parte de su producción es también para exportación y una cantidad restante la vende a fraccionadores locales. Su miel es toda de sierra, y entre los sabores se destacan la coronilla, la cardilla y la carqueja.

Datos

• Hay más de 25.000 tipos de abejas en el mundo. • Una abeja obrera vive aproximadamente un mes y medio. • La miel más cara del mundo llega a los 5.000 euros el kilo y se obtiene en Turquía, en una gruta a 1.800 metros de profundidad. Su nombre es Elvish. • Hay una miel de la Ópera de Garnier en París. Se comercializa únicamente en la tienda de la ópera y su producción es de 500 kilos al año. El frasco de 125 gramos cuesta 15 euros. • Luego de los 60 grados Celsius, la miel empieza a perder sus propiedades naturales. Es conveniente utilizarla al final de las cocciones o para macerar previamente. • No calienten la miel en el microondas (y si pueden, elimínenlo del hogar).

Piques

Para quesos fuertes y carnes la miel que mejor marida es la de monte nativo. La miel de coronilla es especial para el cordero.

Para una vinagreta, usar miel de pradera o multiflora.

A las verduras al wok o asadas agregarles una cucharada de miel de carqueja. Esta miel es fantástica también para el queso brie o camembert.

Para una granola, utilizar miel de eucalipto.