No hay protocolo ni lenguaje técnico; al contrario, es la oralidad llana de una amiga o la versión consejo de Whatsapp llevada a un libro. “Cuchame una cosa”, dice y pone en papel, contra todo prejuicio. Paulina Cocina es la youtuber que hace sentir cómodo al menos ducho en términos de gastronomía.

En Manual de supervivencia (Penguin Random House) la referente del hágalo usted mismo demuestra por qué la siguen tanto: porque juega, acerca y traduce todo eso que intimida de elegir, procesar y servir la comida.

Esta “guía para enfrentar tu primera cocina” está pensada para quienes estudian y recién se emanciparon o para personas solteras despistadas que no tienen más que un jarrito para el café, pero sirve para cualquiera que pretenda manejar algo más que aplicaciones de delivery.

Para empezar, el truco de la identificación: Paulina cuenta lo desprovisto que estaba su primer hogar autónomo, cómo la mudanza fue sin heladera al principio (“no podía enfriar las bebidas, pero tenía destapador, que era lo importante”), la ayuda mutua que brindaban los amigos y el intercambio de recetas y trucos, porque si bien se defendía entre hornallas, también era ineficaz en el manejo del tiempo y el presupuesto (“con mi primo Lucas, que vivía a unas cuadras, íbamos juntos al supermercado cada mes; pasábamos horas, fumados, leyendo etiquetas”). Pocos ingredientes, compras planificadas y debidamente almacenadas para que las cosas no se echen a perder, cómo equiparse con los utensilios y electrodomésticos imprescindibles y varios empujones para animarse a hacer “sin las viandas de mamá y con dos mangos en el bolsillo” son las bases de estas páginas para comer más sano y económico.

También hay recetas, siempre fáciles, aunque Paulina es lo opuesto de un instagrammer; no tiene prurito en detallar lo básico, en enseñar a hacer un “arroz de enfermo” (con queso, claro), ni unos fideos con tuco, ni en escribir “hacé esta cosa con legumbres de lata”, sugerir unas lentejas con mayonesa o una “falsa pizza” con rodajas de pan de molde.

El consumidor de platos estilizados o de técnicas ancestrales a lo Francis Mallmann saldrá espantado, pero ella, con la cara pintada como un muñeco de acción y el pelo verde, lo deja claro: se trata de sobrevivir. Esto significa desde el abecé para evitar intoxicarse hasta aprender a usar las especias, buscar la manera de no salir de casa sin desayunar, previendo el asunto la noche previa o llevando un frasco armado para el camino, tener en el congelador desde rollitos de pescado hasta cubitos de pesto, saber armar tartas y revueltos de todo tipo, aparte de milanesas y empanadas. Por eso incluye capítulos como “Se me llenó la casa de gente!” y “Comer bien en época de exámenes o de mucho laburo”. Pero como el horizonte siempre se aleja, el cocinero de batalla tendrá margen para una “ensalada chetona”, un ceviche, unos “tacos del amor”, un cerdo al aceto, unas galletas veganas.

Bien señala Paulina que “además de saciar un antojo, podrías querer llevar un budín a la oficina, una atención a la jefa o caer a una reunión familiar… y eso también es supervivencia”.

Manual de supervivencia, de Paulina Cocina. Penguin Random House, 2022. $ 1.390.


Archivo 2016

Archivo 2016

Foto: Javier Calvelo, adhocFOTOS

Rocha se pone dulce

Empezó el viernes y sigue hasta el domingo el Festival del Chocolate y las Culturas, que copa la avenida Solari, de La Paloma, con shows para niños y grandes (actuará, entre otros, Maia Castro), exhibiciones, feria artesanal, presentaciones a cargo de chocolatiers, combinaciones raras, como chocolate con hongos, y por supuesto, degustación de productos.