Existe una forma de que el cine salga de la pantalla, bastante más sencilla y económica que unos lentes 3D con meses de grasa acumulada. Una forma que, por tercer año consecutivo, exhibe películas e inmediatamente después permite conversar con sus creadores, con la ayuda de sus propios colegas. Una muestra llamada Plano Americano, que empieza este martes y termina el sábado que viene.

“No hay muchos ámbitos en los que hablar de cine ni lugares de encuentro entre público y cineastas. No todos los días podés ir a ver una película y luego escuchar al director hablar y hacerle preguntas”, opina el cineasta Pablo Stoll, director y guionista de 25 Watts, Whisky, Tres (entre otros largos), e integrante del equipo que lleva adelante el proyecto. “En Plano Americano, como el ‘entrevistador’ es un cineasta, las preguntas suelen alejarse de las típicas de la prensa; no se habla tanto de cuánto costó hacer tal cosa, sino de por qué se usó tal estrategia para contar tal cosa y no otra, o por qué eligió a tal actriz o a tal actor”. Estas decisiones, que definen las películas antes que el presupuesto, “suelen ser interesantes, es como una suerte de backstage en vivo” que permite “charlar sobre cómo se hacen las películas desde el oficio de los que las hacemos, y también desde las ganas, de por qué las hacemos”.

Las ediciones anteriores superaron las expectativas de la organización. “La primera fue en 2015 en el Museo Zorrilla, en una sala que no es un cine y que habíamos acondicionado para proyectar. En vez de butacas teníamos sillas y nos pasó que en todas las funciones tuvimos que agregar sillas, y de todas maneras se quedó gente afuera”, recordó. “Había gente que se tomaba dos bondis para llegar a Punta Carretas a ver una película uruguaya y nos encontramos con gente que nunca había visto una película en una sala. Eso también sucedió en la Sala Zitarrosa en 2016, que se llenó más allá de que triplicamos el aforo desde el primer año. Otra cosa que nos sorprendió gratamente fue que la gente siempre se quedó a las charlas, participando mucho”.

Esta vez habrá un pequeño cambio en la mecánica. Se exhibirá una obra uruguaya (Una noche sin luna, de Germán Tejeira, el cortometraje animado Hucho/Hucho, de Juan Carve, El 5 de Talleres, del casi uruguayo Adrián Biniez), luego una película del español Fernando Trueba (El artista y la modelo, Chico y Rita, La Reina de España), para cerrar con una charla entre ambos directores. “Parte de la idea del ciclo es, además de acercar a los cineastas al público, acercar gente con más experiencia que nosotros y aportar al debate que se da en la cinematografía uruguaya”, explica Stoll.

“Este año convocamos a Fernando Trueba, que además de haber hecho 11 películas y haber ganado un Oscar, es un pensador del cine. No nos parecía traerlo y pasar sólo una película, como hicimos antes, entonces armamos esta suerte de ciclo pensando en él. El ciclo abarca sólo algunas de sus últimas películas –de hecho, se va a estrenar la última, La reina de España, con Penélope Cruz–, pero podría haber sido más extenso. Quedaron afuera sus documentales, por ejemplo. Pero no queríamos dejar de pasar películas uruguayas que nos gustan y que de repente no se han visto mucho”.

Además de las tres películas mencionadas, se proyectará Belle Époque (ganadora del Oscar a Mejor Película en habla no inglesa) y Trueba dará una master class. Con el cambio de formato llegó un cambio de locaciones, que este año incluyen la Sala Zitarrosa, el Centro Cultural Florencio Sánchez, el Centro Cultural de España y el Parque Rodó. “Pasamos de una sala de museo a una sala en 18 de Julio, y ahora además vamos a estar en el Florencio Sánchez, en el Cerro. Es la primera vez que lo hacemos y la idea es seguir ampliando el radio”, adelanta Stoll, y sigue: “Para nosotros, es importante llevar proyecciones de cine en sala a todos los lugares posibles. Hay muchas posibilidades de ver proyecciones al aire libre que están muy bien, pero la experiencia es distinta y no queremos que se pierda, o que sólo se pueda acceder a ella pagando 250 pesos, más pop y refresco. El año que viene nos gustaría poder salir de Montevideo. Veremos”.

La entrada es gratuita y el público en general no debería sentirse amedrentado por tantos nombres conocidos. “No hay que saber de fútbol –sea lo que eso fuere– para ver un partido y disfrutarlo. Esto es igual. Pero, si es por saber algo, sería lo siguiente: las películas están buenísimas y Trueba es un tipo muy gracioso”.

Toda la información del ciclo, así como las grabaciones y transcripciones de las ediciones anteriores, pueden encontrarse en planoamericano.org