Desde que Sherlock Holmes conquistó al mundo con sus habilidades detectivescas combinadas con sus discapacidades sociales, el “investigador defectuoso” se convirtió en figurita repetida de las ficciones de misterios criminales. Los servicios de streaming ofrecen, entre otras cosas, dos ejemplos perfectos de este “tropo” que está bien instalado en las series televisivas actuales.

»» Monk (2002-2009, Claro Video). Tony Shalhoub fue, durante ocho temporadas, un detective tan problemático como querible. Con un trastorno obsesivo-compulsivo agravado luego de la muerte de su esposa, se volvió un aliado perfecto para el Departamento de Policía de San Francisco, gracias a su habilidad para ver detalles que otros pasaban por alto y para entender qué era lo que realmente había ocurrido en una escena del crimen. Ayudado por alguna de sus asistentes (primero Sharona y luego Natalie), que soportan sus manías y lo ayudan a mantener los pies en la tierra, Adrian Monk resuelve un caso por episodio, mientras muy, muy lentamente intenta descubrir lo que ocurrió con su mujer. Un detalle interesante de esta serie es que, a diferencia de otras de su género, solía mostrarle al espectador todos los elementos necesarios para descifrar el crimen ocurrido. Así que aquellos que maratoneen quizás logren arrebatarle el triunfo al protagonista en más de una ocasión.

»» House (2004-2012, Netflix) Luego de años destacándose en Gran Bretaña como guionista y actor de comedia formando dupla con Stephen Fry, Hugh Laurie se convirtió en megaestrella de la televisión estadounidense gracias a su papel de Gregory House, el doctor más egocéntrico, misántropo y (por suerte) inteligente del Hospital Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey. Aquí cada episodio no comienza con una muerte pero podría terminar con una si House y sus ayudantes no logran resolver la misteriosa enfermedad que hace que el paciente de la semana se desplome o convulsione cada vez que la serie va a la tanda. Si bien la parte del “caso” se vuelve repetitiva con el correr de las ocho temporadas, se equilibra con las relaciones entre los miembros del cuerpo médico, mucho más desarrollada que en otras ficciones que utilizan esta fórmula. House tiene su costado romántico, sus actores secundarios rotativos que le dan frescura al drama y toda la calidad de Laurie haciendo un acento tan convincente que los productores que vieron su video de casting creyeron que era nativo.