“Clubraum nace como una oportunidad de generar puentes y vínculos”, asegura Martín Craciun, director del festival de música electrónica SOCO y también coorganizador de Clubraum junto al Goethe Institut y el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC). El evento, que se desarrolla este jueves en el EAC (Miguelete y Justicia) a partir de las 18.00 y con entrada gratuita, surgió el año pasado con la presencia de una galería fotográfica de la escena de Berlín, una mesa redonda dedicada al desarrollo del techno en Uruguay y la presencia del DJ alemán Marcel Dettman y su colega uruguayo Kembou.
La DJ alemana de este año llega de Berlín. Barbara Preisinger vivía en Múnich, pero hace más de dos décadas se mudó al centro neurálgico de la cultura alemana. “Tomó cuenta de todo el trayecto y los cambios en la escena de la música techno en la capital de Alemania”, asegura Craciun. “Para esta ocasión, le encomendamos a Barbara que en vez de venir y hacer su DJ set como está acostumbrada, de las dos horas que va a tocar, dedique una y media a esos temas que han sido referenciales en la escena del techno de Berlín de los últimos 20 años”, continúa.
El objetivo es demostrar cuál es el sonido de Alemania, pero a la vez mostrar cuál es el sonido de Uruguay –por ahí la idea de generar “puentes y vínculos”–. Esta vez la representante uruguaya va a ser Melina Serser, una DJ que mezcla géneros como el downtempo, electro, trip hop, breakbeat, funk, jazz y la música étnica. “Nos interesa poner un acento sobre cuestiones de género para plantearnos cómo es la participación de las mujeres sobre la escena, demostrar que el techno tiene una vertiente femenina y cómo la historia nos tiene acostumbrados a que siempre las mujeres quedan en sombra y no tienen tanta presencia como los hombres”, asegura el director de SOCO.
Fernando Sicco, director del EAC, plantea que el interés por apoyar la música electrónica y al Clubraum surge porque “es una expresión musical muy contemporánea, que tiene además mucho de experimental, dado que los DJ son artistas que muchas veces improvisan, si bien utilizan una lógica en su trabajo, también depende un poco del encuentro con el público. Es como la creación de un clima colectivo”. En la edición del año pasado se recibió a 1.700 personas y, por esta razón, es que se quiere repetir –“incluso mejorar”, según Sicco– la experiencia anterior.
Uno de los aspectos más llamativos de la organización es el horario: Clubraum se realiza más temprano que lo acostumbrado en las fiestas electrónicas. Según el director Sicco, el objetivo es “educar al público, demostrar que se puede salir temprano y disfrutar en un horario más adecuado para la convivencia”. Por eso, Clubraum se desarrolla desde las 18.00 hasta las 22.00. Igualmente, cabe destacar que este no es el único evento que se realiza en la tarde: La Terraza es un ciclo que también se hace los domingos de tarde.
Lo visual va a tener un rol importante en Clubraum, se va a desarrollar en un escenario dispuesto en el patio del EAC, anuncia Craciun. “Formamos parte de una sociedad que se rige por lo visual y, en esta edición, Sebastián Alíes va a hacer un trabajo muy potente a partir de tubos de neón y está desarrollando un proyecto especial para apoyar los sets”, asegura el director de SOCO. “Creo en la sinestesia, en la sincronía, en cómo lo visual se relaciona con la música y cómo artistas pueden dialogar con eso. No nos interesan los DJ que trabajan con bancos de imágenes que se repiten y no importa si es vals, pop o electrónica. Nosotros ponemos el acento en lo artístico y en los dos lenguajes que dialogan, se vinculan y se complementan”, agrega.
Techno en Berlín
El techno –una rama de la música electrónica centrada en la mezcla entre la música afroamericana y lo electrónico, junto con una mirada futurista basada en el uso de los sintetizadores y baterías programadas– nació a mediados de los 80 en los suburbios industriales de Detroit, Estados Unidos. Sin embargo, desde principios de los 90, Berlín fue el lugar donde el género se terminó de desarrollar y donde tomó ese sonido futurista, y a la vez industrial. Craciun plantea que “el techno toma elementos de las expresiones industriales más salvajes, que también son herederas del cubismo y de las vanguardias. El sonido de la era posindustrial, junto con la música mecanizada y agresiva, funciona como canto de protesta de los tiempos que tocaban vivir en la época”.
Es posible considerar que el techno alcanzó relevancia social al convertirse en el sonido que marcó la reunificación alemana. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, el género acompañó la reunión del Este y el Oeste de Alemania. “Cuando cae el muro, la policía que quedó a cargo no podía controlar adecuadamente y los jóvenes tomaban espacios para generar centros culturales y clubes. De esta manera, la música de baile se convierte en la banda de sonido de la reunificación y termina teniendo mucho sentido”, asegura Craciun.
Siguiendo con esta idea, el director de SOCO plantea que el género musical ofició como “inspiración y lugar de encuentro”. Según dice, el principal objetivo del techno es “bailar y olvidarse un poco de que los clubes eran unos viejos sótanos abandonados, y que allí se puede realmente ser uno mismo”. Es por eso que en los 80 y 90 la música electrónica sirvió como banda de sonido para la escena gay y queer.
Movida electrónica en Uruguay
“Montevideo se ha transformado en un lugar de referencia. Por su escala no puede ser como San Pablo, pero es un lugar de culto”, comenta Craciun. “Lo dicen todos los DJ internacionales cuando vienen: aquí hay una cultura de música, no es solamente ir a la fiesta y tirar papelitos de colores”.
Además, la oferta de música electrónica cada vez es mayor en la ciudad, donde todas las semanas se realizan numerosas fiestas. Por otra parte, eventos multitudinarios como Creamfields también marcan un crecimiento en el negocio de la electrónica. Craciun resalta que Montevideo se encuentra en medio de una transición hacia una profesionalización de esta música. “Podemos decir que tenemos artistas que viven de lo que hacen; por ejemplo, DJ Koolt acaba de venir de una gira de casi tres meses por Europa”, cuenta.
Por otra parte, el director de SOCO afirma que es preciso que las políticas culturales se pongan al día con el género para darle apoyo. “Es necesario que nuestros representantes, tanto en el Ministerio como en los departamentos de Cultura, se den cuenta de la magnitud de esta expresión cultural, ya que Montevideo es generadora de talentosísimos músicos y de geniales propuestas”, remata.