Posiblemente una de las distopías más prestigiosas que se haya escrito luego de 1984 de George Orwell y Un mundo feliz, de Aldous Huxley, la novela de 1985 El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale), de la escritora canadiense Margaret Atwood, ha ido creciendo en fama hasta convertirse en un clásico que finalmente ha llegado a la televisión (ya existía una versión cinematográfica poco conocida, realizada por el alemán Volker Schlöndorff en 1990).

La novela y la serie describen un futuro próximo en el que un abrupto descenso en la tasa de natalidad, sumado a un golpe de Estado que deja a Estados Unidos en manos de unos fanáticos religiosos, ha convertido a la sociedad en un férreo patriarcado llamado Gilead. Allí las escasas mujeres fértiles tienen que estar al servicio de la reproducción de las clases dominantes y el control social es total y despiadado. La serie va describiendo esta sociedad brutal a través de los ojos de Offred —interpretada por la asombrosa Elisabeth Moss, recordada por su rol de Peggy Olson en Mad Men—, una de estas criadas con su útero esclavo de un comandante de guerra (y su estéril esposa), que busca los estrechos márgenes de libertad y rebelión que se le presentan. Una visión oscura y violenta, pero con amplios espacios de humanidad, que entre otras cosas demuestra la velocidad en la que una sociedad puede caer, impulsada por el miedo y la incomprensión, en el peor autoritarismo y dogmatismo fundamentalista, capaz de eliminar rápidamente la concepción misma de los más elementales derechos.

Pesadillesca, perturbadora y asfixiante, pero al mismo tiempo magnética, la adaptación de este libro —que es considerado una gran alegoría feminista, pero que es lo bastante amplio para ser una metáfora de cualquier totalitarismo (y cualquier religión)— es extremadamente fiel y ha deslumbrado a la crítica estadounidense, que la considera una serie candidata a los premios Emmy de este año. Al mismo tiempo, la serie es ideal como comentario simbólico del momento político actual de Estados Unidos, que tal vez Atwood no imaginaba cuando escribió el libro en los también ominosos días de la presidencia de Ronald Reagan.

Además de Moss, la serie cuenta con las participaciones de Joseph Fiennes y Alexis Bledel. De momento sólo se puede ver por el canal de stream Hulu, aunque con el éxito con el que viene es posible que sus derechos sean adquiridos por algún canal de cable a la brevedad.