Es fácil adivinarle la edad, porque el cariño y la cercanía con la que habla de la música de hace 40 años deschavan una juventud setentera. No es, para nada, lo único que se pasa en Historias de música, pero digamos que ahí está el corazón del programa, que va de lunes a viernes de 13.00 a 14.00 por Emisora del Sur. Sería, más o menos, la hora en la que salía Meridiano Juvenil, que conducía el querido José Deqo Núñez, fallecido en 2015. Los tiempos hoy son más luminosos que aquellos en los que el Deqo era un faro casi solitario de la cultura rockera radial; por eso, tal vez, lo que transmite el programa que conduce Luis Fernando Iglesias es más plácido, abierto, didáctico.
Iglesias, que es abogado y escritor (en 2012 ganó el premio de literatura del MEC por El hombre que despertaba), consigue unir dos relatos: el de la génesis de ciertos temas o discos, y el de su propia vinculación afectiva a ellos. Con la música de cierta época esa relación queda clara, porque aparecen recuerdos de recitales, recomendaciones de amigos y, sobre todo, familiares: si la cosa fue entonces, el compañero en la memoria será su hermano Ariel, baterista (o su padre, que fue músico aficionado), y si se aventura en música reciente, es su hija la que da las pistas. Cuando se trata de rock rioplatense (hace poco repasó los mejores discos de Vox Dei y Arco Iris, por ejemplo), el formato rinde muchísimo, porque acerca, sin resultar recargado, a la forma en que se recibió la obra en su momento. También pasa cuando no es rock: Alfredo Zitarrosa y El Sabalero han tenido sus ediciones especiales, igual que varios músicos de Brasil.
Historias de música llega esta semana a los 350 programas ininterrumpidos. Detalle: se puede irrumpir con mensajes en el universo de Iglesias, porque el programa sale en vivo, salvo cuando el conductor tiene —vaya doble sentido— audiencias.