La escritora y obrera uruguaya Julia Arévalo (1898-1985) fue la primera parlamentaria de América Latina: a los 15 años esta luchadora social se afilió al Partido Socialista, cinco años después participó en la fundación del Partido Comunista, en 1942 fue elegida diputada y, poco después, senadora.

Como dirigente obrera y parlamentaria se dedicó a la defensa de los derechos de los trabajadores, y en particular de las mujeres. En ese sentido, fue una de las impulsoras de los derechos civiles de la mujer y, en paralelo, se dedicó a apoyar a la República Española durante la Guerra Civil –y así entabló amistad con Pablo Picasso–; en 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, participó en la Federación Internacional Democrática de Mujeres en París. En estos días, la obra Pasionarias, de Dino Armas, vuelve sobre esta cautivante política uruguaya: con dirección de Myriam Campos, y la interpretación de Susana Castro, Cecilia Patrón, Valeria Odini y Alejandra Menéndez, esta puesta relata el encuentro entre una periodista y Arévalo, en un momento en que la luchadora ha envejecido, y se dedica a evocar sus recuerdos combativos.

Pasionarias va todos los viernes a las 21.30 en el Teatro de la Candela, y en setiembre suma una función los sábados a las 18.30.