“Si bien la grilla de todo el año está transversalmente poblada por mujeres, la idea de hacer un ciclo en marzo dedicado únicamente a la mujer surge porque este es el momento en el que se visibilizan una cantidad de problemáticas sociales que todavía no están resueltas”, comenta el músico y director de la Sala Zitarrosa, Jorge Schellemberg. El ciclo EllaZ celebra su sexta edición y desde el 1º de marzo hasta el viernes 23 va a presentar diferentes espectáculos realizados por mujeres que unen cine y música.

»» Los recitales abarcarán distintos géneros. Este viernes se presentará la cantante de folclore María Elena Melo. Luego, el viernes 16, Alfonsina vuelve a la Sala Zitarrosa para presentar Pactos, su segundo álbum solista, en el que ella compuso, escribió e instrumentó la mayor parte del trabajo.

Finalmente, el viernes 23, Ana Prada y la cantante y actriz argentina Soledad Villamil cerrarán el ciclo con un recital a dúo que recientemente presentaron en Buenos Aires. Para cada uno de estos espectáculos la entrada cuesta $ 300 y se puede conseguir por Tickantel o en boleterías de la Sala Zitarrosa.

»» Además de la música, en cada recital también se exhibirán cortos seleccionados por FemeMina (Festival de Cortos Realizados por Mujeres). Según Patricia Zavala, encargada de la programación de cine de la Sala Zitarrosa desde hace dos años, “la idea es que el cine esté en sinergia con la programación de música”, y opina que en una ciudad como Montevideo, donde los públicos son específicos, a veces es difícil que las personas se acerquen a otras temáticas, como los festivales de cortometrajes. “Como EllaZ es tan diverso en las propuestas musicales, pensamos en la posibilidad de presentarles cortos a quienes vienen a ver a María Elena Melo o a Alfonsina para así darles la posibilidad de acercarse a otras obras que tal vez no irían a ver por su cuenta”, comenta.

»» A su vez, este año la Sala Zitarrosa organizó por primera vez un ciclo de cine documental propio para incluirlo en EllaZ. El jueves abrió con Lunas cautivas (2012), de la directora argentina Marcia Paradiso. El largometraje retrata la historia de un grupo de mujeres detenidas en el penal de Ezeiza que asisten a un taller de poesía como parte de su programa educativo.

El programa de documentales, que se exhiben con entrada gratuita, también incluye Artemio (2016), de Sandra López Barroso, que va el martes 6 a las 21.00 y retrata la vida de los migrantes mexicanos desde el punto de vista de una madre cuya familia se reparte entre Estados Unidos y su país. Narcisa (2014), de Daniela Muttis, se proyecta el martes 13 también a las 21.00 y homenajea a la cineasta argentina de origen alemán Narcisa Hirsch, una de las pioneras del cine experimental argentino.

»» Además del ciclo de documentales y de los cortos de FemeMina, el martes 20 a las 21.00 comienza la serie Poética y política, recopilada por la investigadora Ángela López Ruiz. Este proyecto está centrado en la obra de mujeres experimentalistas en el cine de América Latina, e incluye una retrospectiva de seis cortos realizados por mujeres latinoamericanas entre 1955 y 2013. Exponen denuncias, dolor, indignación, goce y amor a partir de una mirada femenina.

El interés de López Ruiz por el tema nació en 2007, cuando realizó una curaduría para la Fundación de Arte Contemporáneo llamada Arqueología de la imagen y de los objetos. La exposición hacía foco en la historia del cine experimental en Uruguay, y allí se trazó un mapeo de los cineastas que se presentaron al Festival de Cine Documental y Experimental del Sodre, que se celebró desde 1954 hasta 1971, año en que se incendió el recinto. Entre los directores que participaron en ese festival, López Ruiz halló el nombre de Lía García, y se sorprendió al ver a una mujer que en la década de los 50 trabajaba con cine experimental. Tras un encuentro con García, la investigadora pudo notar la existencia de vacíos en la historia de cineastas mujeres en nuestro país.

A esto se le sumó haber encontrado el corto Improvisación II (1966), realizado por Mario Handler y Teresa Trujillo, que mezcla cine y danza experimental con el registro del baile de una mujer dentro de una tela elástica. Esto terminó de motivarla a centrarse en el estudio del cine experimental de mujeres. “Me interesaba ver cómo sus sombres fueron quedando enterrados en nuestra historia”, asegura.

Más adelante, entre 2009 y 2011, López Ruiz trabajó en el proyecto Cine A Contracorriente, dedicado a ofrecer un primer mapeo sobre la historia del cine experimental latinoamericano. Allí pudo profundizar en su interés y se enfocó en las obras de la ya nombrada Narcisa Hirsch y de María Louise Alemann, otra de las fundadoras del cine experimental argentino. Finalmente, fue el proyecto Ismo, Ismo, Ismo lo que la terminó de convencer de trabajar con mujeres que hacen cine experimental.

Poética y política está formado por obras de las realizadoras que López Ruiz investigó durante los últimos años. Una de las destacadas es Color (1954-1955), de la uruguaya Lidia García Millán, que busca resaltar la plasticidad de las gotas oleosas a través de un proceso de mezcla trabajado en combinación con la cámara. Para este corto la música estuvo a cargo de los miembros del mítico Hot Club, que en la década de los 50 funcionó como escuela y lugar de reunión de algunos de los músicos más importantes del país (Daniel Bachicha Lencina, Hugo y Osvaldo Fattoruso, Manolo Guardia y Federico García Vigil).

Otra de las realizadoras uruguayas que forma parte de esta recopilación es Teresa Puppo –quien además estará presente en la Sala Zitarrosa al finalizar las proyecciones para hablar de su obra–, de quien se exhibirá Apolo 11 (2013), un corto basado en la técnica de found footage en el que la artista yuxtapone imágenes de su memoria personal durante su adolescencia con otras de la memoria pública de los años 70.

La grilla también incluye a AmaZona (1983), de Narcisa Hirsch, un corto filmado en super-8 y con imagen fuera de foco que se basa en el mito de las amazonas, y Burundanga boricua (1991), de la puertorriqueña Poli Marichal, un cine intervenido que plantea una crítica al colonialismo estadounidense que ve a Puerto Rico como una “estrella brillante” a pesar de que el país esté sumergido en la crisis política y las catástrofes ecológicas.

Por último, en Poética y política también se incluirán obras de videoarte, una técnica que gracias a las cámaras portátiles y los avances tecnológicos de la década de los 80 permitió la independencia de la mujer al momento de realizar cine. Uno de los ejemplos de este cine es Popsicles (1983-1984), de la chilena Gloria Camiruaga, que muestra una performance colectiva en la que cada participante reza un rosario mientras chupa un helado de agua que contiene un soldado en miniatura. Este corto plantea una crítica al rol de la iglesia en la dictadura chilena. La otra obra de videoarte es Del Atlántico con amor (2003), de la boliviana Narda Alvarado. El corto también es una videoperformance en la que la artista le entrega un balde de agua de mar, traído desde el océano Atlántico, a un marinero de la Fuerza Naval Boliviana. Esta obra busca interpelar la situación política que afecta a toda América Latina.