A pesar de que hay evidencia de que están en la Tierra desde hace 3.800 millones de años, en condiciones muy extremas, cuando no había oxígeno, y de que tienen mucho que ver con la creación de las condiciones adecuadas para que se desarrollara la vida, las bacterias tienen bastante mala prensa; conocidas y temidas por el escaso 0,36% que son patógenas, cuyo poder destructivo suele ser amplificado en el discurso publicitario e informativo, es más bien ignorada la enorme mayoría de estos microorganismos que son fundamentales para la vida terrestre.

Sin embargo, afortunadamente es muchísimo lo que se sabe de ellas en el ámbito científico, un conocimiento que aumentó exponencialmente a partir de los primeros años de este siglo con las nuevas posibilidades de observación e investigación que supone la aparición de las técnicas moleculares, que se basan en la información genética.

En el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) funciona la División Ciencias Microbiológicas, que investiga, entre otros microorganismos, a las bacterias. En este marco, el grupo de investigadores jóvenes de esa división –integrado por Vanesa Amarelle, Daniela Arredondo, Gastón Azziz, Victoria Brana, Valentina Carrasco, Susana Deus Álvarez, Sofía Fernández, María José González, Gabriela Heijo, Inés Loaces, Karen Malán, Gabriela Martínez de la Escalera, María Morel, Paola Scalone, Daniella Senatore y Ana Umpiérrez– tuvo la iniciativa de hacer algo para difundir el conocimiento generado en torno a estas pequeñísimas formas de vida.

Para eso se presentaron al llamado de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para la popularización de la ciencia y la tecnología, y se pusieron en contacto con los historietistas Alejandro Rodríguez Juele y Nicolás Peruzzo, que tienen una trayectoria consolidada en la creación de cómics didácticos. El combo no podría haber sido mejor, y el resultado es la historieta Bacterias: la historia más pequeña jamás contada, que se presentará el viernes. En medio de la algarabía y de los últimos preparativos, los biólogos Vanesa Amarelle y Gastón Azziz y los dos historietistas nos recibieron en el marco acogedor del patio del Clemente.

“Tenemos muchas instancias de divulgación en el instituto y sabemos que a los niños les interesa muchísimo cuando les contás del mundo de las bacterias, de los microorganismos, pero hay muy poco material didáctico sobre ese tema, y mucho menos en español. Eso nos decidió a presentarnos a los llamados de la ANII. Lo pensamos para niños de entre diez y doce años. En un primer momento nos propusimos hacer un libro ilustrado, que incluyera experimentos que los niños pudieran hacer en su casa o en la escuela. La idea fue mutando y llegamos al cómic”, cuenta Amarelle.

“Para nosotros era un desafío que la historieta tuviera cierto rigor en cuanto a los conceptos que se manejan y, al mismo tiempo, la flexibilidad necesaria para que haya una historia que contar. Se aclara en el prólogo: las bacterias no hablan, no tienen ojos, no caminan, se mueven pero de otra forma... De la primera idea al producto final hay un trayecto: al principio lo importante eran los conceptos, mientras que ahora lo importante es la historieta, y hay una cantidad de conceptos asociados que no vas a aprender en la historieta y a los que esta te puede conducir”, agrega Azziz.

Los historietistas tienen un largo camino recorrido. “Nosotros hace ya siete años que estamos con Bandas Educativas. Empezamos con historia y seguimos con matemática, lengua, el consumo de marihuana y de alcohol, el Ballet Nacional del SODRE, la Constitución, tradiciones catalanas, el funcionamiento del Poder Judicial”, relata Rodríguez Juele.

“Arrancamos haciendo cómics de historia, que es relativamente sencillo porque, en definitiva, es como contar un cuentito, y además hay un montón de antecedentes, desde Astérix hasta Charoná. Hicimos el quiebre con el de las Instrucciones del año XIII, que implicaba abordar asuntos complejos como las leyes aduaneras, asuntos portuarios. Se nos ocurrió que un personaje que sabía del tema se lo explicara a otro que no sabía, un poco en la lógica de Álvarez y Borges, los personajes de Alberto Olmedo y Javier Portales. Esa experiencia nos dio la seguridad de que podía ser un instrumento para hablar de temas complejos y que, al mismo tiempo, la historieta rindiera como narración”, explica Peruzzo.

Bacterias: la historia más pequeña jamás contada propone una aventura que emprenden dos niños bacteria que van a un paseo escolar. Coco y Fran (cuyos nombres aluden a los dos grupos de bacterias: las redondas o cocos y las alargadas o bacilos) son guiados en su periplo por Ancianobacteria, una cianobacteria. “Es genial que se llame así porque las cianobacterias fueron las ancianas; no las primeras, pero las que hicieron que la Tierra sea lo que hoy es”, apunta Amarelle, a lo que Azziz agrega: “Las cianobacterias son las que generan oxígeno, y en la historieta es la que tiene la clave para la solución del problema”.

Sobre el proceso de trabajo señala Peruzzo: “Partimos de la necesidad de quien plantea que necesita transmitir determinada información. En este caso se trataba de bacterias que viven en el cuerpo humano, en la tierra, en el medio acuático, y nos planteamos que hubiera una aventura, pensando en algo que a los niños les pudiera resultar interesante. Los personajes tienen que hacer una travesía en la que recorren los distintos paisajes, y así fue como empezamos a trabajar la idea: unos niños descubren que su mundo está por ser destruido según una antigua profecía, y hay un anciano que los va a guiar. Es un poco robar de la literatura clásica, del cine; la figura del mentor y del joven héroe”.

Una lectura posible de esta historieta –en la que no hay buenos ni malos, como apunta Rodríguez Juele– es la desmitificación de conceptos errados acerca de las bacterias mediante el conocimiento acerca de ellas; la clave está en algo que afirma Ancianobacteria: “El ser humano siempre le tiene miedo a lo que no conoce”. “Nuestra lucha es reivindicar a las bacterias. Impera una concepción antropocéntrica: nos importan y conocemos a las bacterias que nos hacen mal, que son 0,36 % de las que conocemos, un número ínfimo, pero no hay tanta prensa para el resto. Sin bacterias no existiría el planeta Tierra tal como es, no existiríamos nosotros. También queríamos que se incluyera, de alguna manera, el uso y abuso de los antibióticos, que es un problema mundial: todo el tiempo hay que buscar nuevos antibióticos porque las bacterias son capaces de generar resistencia, logran desarrollar mecanismos de resistencia que a la vez pueden pasarse entre ellas”, dice Amarelle.

Gratuito, en papel y online

Los libros –que tendrán un tiraje de 9.100 ejemplares– serán distribuidos en la presentación, en todas las escuelas públicas del país, en la Feria del Libro Infantil y Juvenil, en Montevideo Comics, en la feria Ideas+, en la Feria Internacional del Libro, en los Centros MEC y en el IIBCE abierto. La versión digital estará disponible, en forma gratuita, en el sitio web de Bandas Educativas, en el del IIBCE y en el Portal Ceibal.

Produjeron, además, un juego de cartas del tipo Match 4, que también va a estar disponible online para el que quiera imprimirlo para jugar. Las cartas incluyen cuatro categorías –movilidad, tiempo degeneración, resistencia y poder especial–; cada una de ellas tiene un puntaje que no es aleatorio sino producto de una investigación acerca de sus características. Así, Escherichia coli (una de las que habitan el tracto intestinal de los humanos), Streptomyces coelicolor (la que produce el olor a tierra mojada cuando llueve), Mycoderma aceti (la que produce el vinagre), Clostridium tetani (la que causa el tétanos), entre más de 50 que componen el mazo, pueden enfrentarse en una partida.

La historieta se presenta este viernes a las 18.00 en el IIBCE (Avenida Italia 3318).