Cabrerita, el clásico dirigido por Eduardo Cervieri y protagonizado por Carlos Rodríguez, vuelve a escena en el teatro Alianza (San José 1426). La obra se reestrenó el jueves a las 21.00, y se mantendrá en cartel por tres funciones más (los días 24 y 31 de mayo, y el 7 de junio). El espectáculo repasa la vida de Raúl Cabrera Alemán (1919-1992), más conocido como Cabrerita, un artista que vivió al margen y que, durante 30 años, sucumbió en un gran vacío: su vida fue un largo derrotero entre asilos y hogares adoptivos, con una vocación indeclinable hacia la poesía y la pintura que las prolongadas internaciones psiquiátricas no lograron aplacar. A veces lo tuvieron a su cargo algunos amigos, como el poeta José Parrilla, que mientras vivió en Uruguay fue su protector. Después de que vivió un tiempo en la calle, se llegó a un acuerdo con el director del hospital Vilardebó para que Cabrerita pudiera quedarse allí. Al tiempo, cuando cambió la dirección, lo derivaron a la Colonia Etchepare, donde estuvo recluido 30 años en condiciones muy precarias. Antes había sido uno de los míticos personajes que asistían a los cafés Sorocabana y Metro, junto con referentes de la Generación del 45 como Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño (quien le organizó una exposición para reunir fondos) o Carlos Maggi. Entre las tertulias, el encierro, la soledad y el desasosiego, Cabrera regaló cientos de sus dibujos y acuarelas, o, como consignan algunos, los canjeó por pintura o cortados. Muchas de sus obras proponen paisajes con niñas en primer plano, que miran lánguidas y absortas y que remiten a la infancia, a la inocencia, a la virginidad.
Alucinado
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