El grupo Cachiporra surgió en 1973, en los albores de la dictadura, y emprendió una carrera de la que sus integrantes destacan dos faros: la imaginación y el compromiso. En su extensa trayectoria han recorrido más de 100 festivales a lo largo del mundo, y pusieron en escena numerosos textos. Hoy estrenan La madre de todos los animales, de Javier Peraza, una obra que presentarán los sábados y domingos a las 16.00 en la sala 2 del Circular. En su aniversario número 45, la compañía de titiriteros quiso montar un espectáculo sobre la ausencia: aquella que enfrentan los niños que crecen en hogares en los que no están los padres, en particular las madres. El tema se aborda desde la fantasía, en clave de aventura, y el resultado, sostienen los titiriteros, es “una historia divertida, poética y sorprendente, una historia que construyen los titiriteros y la imaginación de los espectadores, en especial los más pequeños”.

La historia comienza con una abuela que le lee cuentos a su nieta Agustina, que le pregunta si consigue ver en las ilustraciones de los libros a las mamás de los personajes. La niña se lanza a la aventura de entrar al cuento, para buscar por sí misma a las madres de sus personajes más queridos –el Ratón Pérez, el Elefante Trompita y el Pájaro de Colores– y descubre que no están. Emprende, entonces, su búsqueda, y devela el misterio al hallar una página que no existe y sobre la que arroja luz al numerarla y hacerla visible.

La magia ancestral de los títeres, de la mano de una compañía de enorme trayectoria.