Eduardo Cervieri dirige dos obras de dramaturgos españoles que tratan el manido vínculo docente-alumno de un modo distinto. Ambas siguen en cartel en el teatro Alianza (Paraguay 1217) en iguales horarios. Los jueves a las 21.00 en la sala China Zorrilla va El chico de la última fila, del reputado Juan Mayorga, sobre un profesor de Literatura frustrado por la escasa o nula creatividad de sus alumnos que cree descubrir en uno de ellos el potencial de un escritor, aunque el muchacho busca inspiración en la vida privada de un compañero, un recurso que raya en la obsesión.

Actúan Ariel Caldarelli, Carlos Rodríguez, Matías Vespa, Martha Vidal y Cecilia Patrón. Así la describió el dramaturgo: “He escrito una obra sobre maestros y discípulos, sobre padres e hijos, sobre personas que ya han visto demasiado y personas que están aprendiendo a mirar. Una obra sobre el placer de asomarse a las vidas ajenas y sobre los riesgos de confundir la vida con la literatura. Una obra sobre los que eligen la última fila: aquella desde la que se ven todas las demás”.

En la misma Alianza, también los jueves a las 21.00 pero en la sala dos, Pepe Vázquez, Álvaro Lamas y Rossana Spinelli protagonizan El charco inútil, de David Desola, un texto que se monta por primera vez en Uruguay y por el cual el autor obtuvo el premio Lope de Vega. En él la enseñanza es nuevamente un asunto en crisis. Un profesor que fue agredido por un alumno accede a dar clases particulares en lugar de regresar a la escuela, y entonces inicia una curiosa relación con la madre de su nuevo discípulo.