“Quien tiene la fortuna de nacer personaje vivo puede reírse hasta de la muerte. ¡Nunca morirá! Morirá el hombre, el escritor, el instrumento de la creación; pero nunca su criatura. Y para vivir eternamente, ni siquiera es necesario que posea dotes extraordinarias o que realice prodigios. ¿Quién era Sancho Panza? ¿Quién era Hamlet?”, pronuncia, envalentonado, Hermano Mayor, en La función por hacer, versión española de Seis personajes en busca de autor, pieza clave de Luigi Pirandello (1867-1936). “Si todos nos dedicamos a improvisar, no vamos a acabar nunca”, dice Actriz, en otro pasaje, llamando al orden ficcional.
Fueron Aitor Tejada y Miguel del Arco –el reconocido dramaturgo y director español, responsable de montajes como Juicio a una zorra y Jauría– quienes una década atrás se animaron a darle una lavada de cara a este clásico. El espectáculo, que contaba con la popular Bárbara Lennie en el elenco, comenzó ofreciendo funciones en el hall del teatro Lara, en una Madrid en plena crisis, y fue el inicio de un aplaudido recorrido que lo trajo al Solís en 2014.
Aunque fue escrito hace casi un siglo, el original reafirma su vigencia en esta deconstrucción a la española que este fin de semana el uruguayo Alberto Zimberg estrena en Teatro Circular. Para la producción local, dice el director que fue necesario desmenuzar, primero desde el trabajo de mesa, “una pieza plagada de ideas; era importante comprender qué se está diciendo y por qué, más allá de los conflictos y vínculos entre los personajes que la atraviesan. Era fundamental que hubiera mucha verdad a la hora de decir y hacer. Actores y personajes se confunden en esta propuesta, la puesta en escena se va armando en un espacio vacío y todo esta enfocado en la actuación”.
¿Cómo tomaste contacto con el texto?
No vi la versión de Miguel del Arco cuando se presentó hace unos años en Uruguay, pero recordaba que a una de las actrices que integran este elenco, Mariela Maggioli, le había gustado mucho. Hacía tiempo que me daba vueltas en la cabeza Pirandello y puntualmente Seis personajes en busca de autor. Son esos autores bisagra y esas obras que te inspiran para imaginar como trasladarlas al hoy, como me pasó en su momento con Ionesco o con Cocteau. Esta pieza tiene un valor indiscutible para el teatro, no sólo por lo que marcó a la hora de entender la puesta en escena, la ruptura de la cuarta pared y la integración con el público, sino también todo el mensaje teórico que transmite, la reflexión acerca del trabajo escénico, la verdad en el teatro, el personaje y su representación, la ficción y las relaciones entre creador y creación. Al leer la versión de Miguel del Arco, me pareció interesantísima: es muy dinámica, conserva lo medular del original y logra un texto moderno, ágil, con mucho humor, pero a su vez con todo lo profundo del drama que traen consigo los personajes, manteniendo la reflexión acerca del teatro, interpelándonos a cada instante como creadores y como espectadores.
Como espectador, uno suele disfrutar de esa metateatralidad, tanto en el texto de Pirandello como en esta reescritura. ¿Qué te dice a vos, como hombre de teatro?
Más allá lo que propone la obra a partir del rompimiento de la cuarta pared, el juego del teatro dentro del teatro, enfrentando a personajes con actores, interpelando al público sobre qué es lo que creen estar viendo, cuestionándolos y cuestionándonos sobre los códigos que se establecen en la representación, en lo personal la obra me interpela acerca de cuánta libertad nos permitimos como creadores al fin, a la hora de plasmar una puesta en escena y si lo que seguimos haciendo interesa o no al espectador.
A casi 100 años de la obra original, ¿qué esperás que genere en el público?
Es una propuesta despojada, donde todo el foco está puesto en la actuación, en los actores y en la palabra, donde prima más que nunca la verdad sin artilugios. Los límites de lo real y lo ficcional se confunden. La puesta en escena se va armando como un puzle, no hay límites entre espacio escénico y público. Representarla en la emblemática Sala 1 del Teatro Circular le suma a la propuesta, porque el público que rodea el espacio escénico se va a sentir realmente integrado. Se va a sentir partícipe de lo que sucede, se va a reír mucho, se va a emocionar con el drama pero fundamentalmente se va a cuestionar cómo se ve a sí mismo y ve hoy al teatro.
La función por hacer, de Miguel del Arco y Aitor Tejada, dirigida por Alberto Zimberg. Con Natalia Sogbe, Emanuel Sobré, Álvaro Lamas, Mariela Maggioli, Horacio Camandulle y Verónica Mato. En el teatro Circular (Rondeau 1388) los sábados a las 21.00 y domingos a las 19.30. Reservas: 098 171 880. 2x1 para Comunidad la diaria.