No son muchos los directores uruguayos que cuentan con cinco películas en su haber, y menos los que alcanzan semejante número en apenas 11 años. Con Acné (2008), Federico Veiroj (Montevideo, 1976) dio comienzo a una carrera muy bien sostenida, que continuó con La vida útil (2010), El apóstata (2015), Belmonte (2018) y Así habló el cambista, actualmente en exhibición.

Guionista o coguionista en todas esas películas, en Así habló el cambista Veiroj se internó por primera vez en los caminos de la adaptación: su nueva obra se basa en la novela del mismo nombre publicada por Juan E Gruber en 1979. También es su debut en el cine de género, porque, si bien sus películas anteriores podían catalogarse como comedias dramáticas, esta es la primera vez que Veiroj construye un relato apoyándose en otras herramientas del thriller y en la reconstrucción de importantes hechos históricos (las dictaduras militares de Uruguay, Argentina y Brasil durante las décadas de 1960 y 1970).

Así habló el cambista es la historia de Humberto Brause (Daniel Hendler) a lo largo de unos 20 años a mediados del siglo XX. Brause es cambista, pero también es un lavador de dinero muy ambicioso y bastante amoral (ser lavador de dinero ya es amoral de por sí, pero Brause lleva el asunto a nuevos límites, desafiándose a sí mismo a lo largo de la película), lo que terminará repercutiendo en su vida, llena de lujos pero vacía, y sobre todo en su familia, integrada, entre otros, por su esposa, Gudrun (Dolores Fonzi), y Schweinsteiger (el estupendo Luis Machín), su suegro y mentor.

A medida que el propio Brause nos va contando todo –con una voz en off que exige cierto acostumbramiento, pero que se incorpora perfectamente– se instala una pregunta: ¿cuál es la historia? ¿Qué es lo que, en definitiva, viene a contar esta película? La respuesta llega, contundente, en el tramo final. Porque la realidad político-económica que rodeó a Brause toda su vida (y que le permitió operar impunemente) se retuerce en el aire como una víbora y le muerde la nariz.

No obstante, aunque el contexto social pesa –y, obviamente, aporta dramatismo y hasta una punta de suspenso–, estamos antes que nada frente a una comedia. Ese es, después de todo, el fuerte de Veiroj, que acá nos arranca carcajadas fuertes; muchas son disparadas por el protagónico dientón, patizambo y de mirada algo perdida de Hendler, que compone un personaje que debería ser repugnante pero por el que uno no puede evitar hinchar, quién sabe por qué.

Así habló en cambista podría ser el aporte nacional (o latinoamericano, ya que, como se decía antes, la trama implica también a Brasil y Argentina) a un subgénero que viene creciendo recientemente, el del “lavado de dinero”, que incluye a aquella película de Barry Seal (en la que Tom Cruise volaba a lo largo de todas las Américas, involucrado con el cartel de Pablo Escobar y la propia CIA), a The Big Short y a la muy reciente The Laundromat. Lo curioso de este caso es que adapta una novela de hace casi 40 años, que en cierta medida se adelantó a toda esta movida del cine contemporáneo.

Con tono agridulce, una efectiva reconstrucción de época, un estupendo elenco (a Hendler, Fonzi y Machín se les suman un tenebroso Benjamín Vicuña y el siempre buenísimo Germán da Silva, entre muchos papeles menores a cargo de reconocibles rostros nacionales, como Jorge Bolani, Alejandro Busch, Arturo Fleitas y Cecilia Patrón, entre otros) y una hermosa fotografía (Arauco Hernández), Así habló el cambista es sin duda alguna una película recomendable. Hay que aprovechar para verla en el cine, pues seguramente se baje de la cartelera rápidamente, como suele ocurrirle al cine nacional.

Ficha: Así habló el cambista, de Federico Veiroj. Uruguay-Argentina-Alemania, 2019. Este sábado y domingo a las 19.25 en Life Cinemas Alfabeta.