Con amigos es mejor se editó por primera vez en 2009 en la colección Puercoespín de Sudamericana, en un formato más pequeño que el de la actual reedición en Contámelo otra vez, de Alfaguara. Varios años después, fusiones editoriales y replanteo de colección mediante, vuelve a las bateas de las librerías como parte de una colección consolidada y en un tamaño que favorece el lucimiento de las ilustraciones de Magdalena Sayagués.

El cuento se inscribe en una tradición de larga data en la literatura para niños: aquella en la que los protagonistas de la historia son animales que enfrentan situaciones y problemas humanos. En sus 32 páginas transcurre un relato que atrapa sin necesidad de recurrir al suspenso, por la propia magia de la palabra y la fuerza de la voz: en la vivacidad narrativa de Magdalena Helguera hay algo que invita a leer en voz alta, a poner el texto a andar en el sonido de la voz que cuenta. En la elección de cada palabra, en el ritmo, en las comparaciones, en las dosis de humor se pone en evidencia el carácter gozoso de la escritura de la autora; una característica que resulta fundamental en un texto cuyos destinatarios son niños pequeños a quienes un adulto les leerá el cuento, o primeros lectores para los que una experiencia lectora juguetona y rica es determinante en su temprano vínculo con la palabra escrita.

La historia es sencilla y plantea una transformación, un tránsito. El protagonista, Tucu Tuco, es un tucutuco que se siente solo en la enorme y hermosa casa subterránea que prolijamente construyó para vivir. Se dispone a disfrutar de ella y advierte dos cosas: su soledad y un problema que debe resolver: dentro de su casa hay una bala que tiró un cazador y que es recordatorio constante del miedo, una amenaza latente debido a la maldad que encarna. Por medio de pares contrapuestos se hace patente ese tránsito que lleva al tucutuco del estado de preocupación inicial a uno en el que se siente mejor: va de la soledad a la compañía, de la cobardía a la valentía.

Ese nudo puede ser desatado gracias a la intervención de una serie de animales que hacen aparición en escena. Los amigos. Conejo López, su vecino, es el que echa a andar la reparación del tucutuco de la mejor manera posible: acude a él para pedirle ayuda. Un zapato maloliente que se coló en la cueva de la familia de conejos es el factor desencadenante para que, por adición, intervengan Tucu Tuco, Doña Mulita, una familia de lagartijas (“revoltijo verde de colas y patas, saltos y risas”) y Picotón el ñandú para sacarlo de la madriguera. El esfuerzo colaborativo da sus frutos y hace sentir mejor al protagonista, que se anima a pedir ayuda él también y vira de la desazón inicial a sentirse inteligente y hasta valiente.

Elogio de la amistad y testimonio del valor de la confianza, Con amigos es mejor enuncia desde el título el espíritu gregario y optimista que exuda el texto, que dialoga muy bien con unas ilustraciones coloridas, de papeles recortados, que en su aparente sencillez recuerdan la factura infantil y construyen un tucutuco por demás expresivo y adorable.

Con amigos es mejor, de Magdalena Helguera y Magdalena Sayagués. Alfaguara, 2018 (1ª ed. 2009). 32 páginas.