Herman Klang
» De menor a mayor (2015), de Víctor Lavallén, Pablo Estigarribia y Horacio Cabarcos. Llegué a este disco buscando arreglos orquestales del bandoneonista argentino Víctor Lavallén. Me encontré un disco increíble (a trío, lejos de la orquesta que estaba buscando) y con un joven pianista fantástico que no conocía, Pablo Estigarribia, que se roba el disco. El repertorio está compuesto de clásicos y temas originales. El swing del tango está presente con toda su potencia, pero combinado, en lo que se escucha desde el piano, con Frédéric Chopin, Bill Evans y Béla Bartók, entre muchos. Las versiones de “El choclo” y “Desde el alma” me sedujeron especialmente.
» Dúo (2003), de César Camargo Mariano y Romero Lubambo. Mucha improvisación y mucho swing para un disco que reúne a dos grandes instrumentistas. No conocía al guitarrista, un cra. Se ve que pasaron bárbaro en la grabación. Hay choro, samba, bossa nova, gran parte de la música popular brasileña está ahí condensada. Difícil seleccionar puntos altos, porque todo el disco está buenísimo. “April Child”, de Lubambo, y “Samba Dobrado”, de Djavan, tal vez.
» Essential (2011), de Bobby McFerrin. Compilación de Bobby McFerrin. Un combinación mágica de swing, virtuosismo y ciencia. La versión de “Another Night in Tunisia”, con Manhattan Transfer y Jon Hendricks, es espectacular. Pero también “Spain” y “Blue Bossa”, con Chick Corea, “From Me to You”, en fin... Todo, en realidad.
» El último concierto (1997), de Soda Stereo. Sé que no aporta mucho ya que es muy conocido, pero bueno, a los efectos de responder honestamente la pregunta, estoy escuchando también este disco, en el marco de una investigación sobre tríos (aunque en este disco hay varios músicos invitados, principalmente un tecladista que está casi siempre y juega de volante tapón, sin pasar, que yo recuerde, al ataque). Se suenan todo, son tremendos músicos, especialmente Cerati, que toca bárbaro y se canta todo, y tienen temas muy buenos. El riff de “Disco eterno” está buenísimo. “Persiana americana” y “De música ligera” están fenómenos.
Francis Andreu
» Samba enredo (1981), de Martinho da Vila. Tiene muchos invitados. Ahí descubrí a una mujer increíble que se llama Alcione. Es un disco que uso para levantarme a veces, cuando estoy anímicamente para abajo: me da tremendo power y tiene unos temas increíbles. Lo recomiendo 100%.
» Entre las cuerdas (2018), de Gustavo Cordera. Me sensibiliza, me conmueve y me hace llorar un montón, porque Cordera es amigo y sé por lo que está pasando. Es un disco que muestra todo su dolor, su perdón y su corazón destruido.
» Búnker (2016), de Once Tiros. Me parte la cabeza, porque me parte la cabeza la banda y me mata cómo toca mi hermano [Bruno Andreu]. Es un disco divino, cortito y conciso. También empecé a descubrir la música mexicana, como Jenni Rivera, que falleció en 2012 y le decían “la reina de la banda”. Me encanta, tiene muchos discos que me gustan. Se pone eso para tomar tequila y disfrutar de la vida.
Martín Cáceres (Los Hermanos Láser)
» In the Shower (2014), de Homeshake. Arrancando por la tapa hasta el último tema, un disco hermoso para coleccionar. Homeshake es el proyecto solista de Peter Sagar. Antes de escuchar sus discos, lo escuché tocando en vivo con Mac DeMarco en su primera visita a Buenos Aires y me quedé hipnotizado con el sonido que pelaba con la viola. Un tiempo después supe que se abrió de la banda y empezó a sacar discos por su cuenta. Desde entonces lleva grabados cinco larga duración, y es difícil decir cuál es más bueno. Me la juego por este, que fue por donde le entré. Pero el último, Helium, editado dos semanas atrás, también es imperdible, es la confirmación de que su estilo va evolucionando, manteniendo un timbre de voz lánguido con armonías bien sueltas y un groove más bien gomoso.
» Warm (2018), de Jeff Tweedy. Festejando con los brazos levantados y la luna sobre su cabeza, como gritando “acá estoy otra vez”: así se aparece en la portada del nuevo disco solista el gran Jeff Tweedy, vocalista de la banda Wilco, tal vez la que más me inspiró y acompañó estos últimos diez años. Tweedy sigue demostrando ser una máquina infinita de hacer canciones, sin sonar recauchutado. “Some Birds” o “I Know What it’s Like” son algunas de las joyitas para destacar de este disco. Y, como dato interesante, la participación de su hijo Spencer tocando la batería, haciendo escuela.
» Hambre (2018), de Eté y Los Problems. Existen discos que ofrecen más que un momento pasajero. Son pocos los que te permiten construir un lugar para habitar, con espacio para correr y muebles firmes para sentarse a comer. Es lo que siento bien presente cuando escucho este cuarto disco de Eté y los Problems. Entre mis canciones favoritas están “Hambre” y “Cacería”.