El año pasado la periodista Fernanda Muslera dio a conocer Sin maquillaje, una historia de la Comedia Nacional en el siglo XXI. Esa misma temporada hizo su debut como dramaturga, de un modo no precisamente outsider, tomando en cuenta que El amigo fantasma fue llevado a escena por Moré en el Circular, donde hoy se repone. Ahora desde la asistencia de dirección, la autora se apronta para estrenar Luz negra.

Con ella, Muslera se sumerge en una movida más alternativa, ya que esta comedia romántica ambientada en una boda podrá verse desde esta noche en la sala del espacio cultural La Cretina (Soriano 1236), que para este montaje es usada en forma bifrontal, con los actores al nivel del piso y una parte del público encima del escenario. La intención es que “el espectador se sienta casi un voyeur que asiste a los juegos de seducción” de los invitados.

Las fiestas suelen ser ideales para representar el descontrol, aunque la sinopsis de la pieza da la impresión de que se cruzarán personajes bastante cerebrales (un psicólogo, una profesora de literatura, un escritor). “La obra transcurre en un casamiento, pero la acción se desarrolla en la parte exterior del salón, por lo que es el espacio donde la gente muchas veces se aleja a conversar, fumar, etcétera. De todos modos, hay momentos de baile y mucha música, porque la idea es que los espectadores/invitados salgan con ganas de bailar. Creo que nosotros intentamos conjugar las dos cosas: el buen diálogo con el espíritu festivo y de desborde de un casamiento”, cuenta la dramaturga.

Vale decir que luego de la función de hoy, a las 23.30 habrá una verdadera fiesta musicalizada por Nico Ciganda. “Puede que mis personajes sean cerebrales”, continúa Muslera, “seguramente porque yo lo soy, y soy fan de directores como Woody Allen y Richard Linklater, que exploran las grietas de esa cerebralidad, pero eso no implica aburrimiento; creo que todos somos así. Todos vivimos a partir de las proyecciones que hacemos de las cosas, todos nos ahogamos en vasos de agua y armamos castillos de naipes. En Luz negra los personajes son gente profesional, con cierta inteligencia y cultura, pero están insatisfechos y dañados. Esa cerebralidad es sólo una manera de surfear las grietas”.

Fernando Amaral, uno de los protagonistas, es además uno de los gestores de La Cretina, pero el armado del elenco y la elección de la sala siguió otras derivas, como cuenta la autora. “El año pasado fui a ver Gloria, en Telón Rojo, y allí la vi a Elena Delfino, que me pareció de una frescura muy poco vista en la escena nacional y perfecta para ser la protagonista de mi tercera obra, Rescate a la dama con tutú. Era un poco una locura elegir a la protagonista sin tener un director, pero yo sentía que tenía que ser ella. Entonces le pregunté si podía sugerirme uno y ella me dijo: “Christian Zagía”. No nos conocíamos con Christian, pero al primer día ya me di cuenta de que congeniábamos perfecto. Rescate a la dama con tutú me había quedado bastante literaria, así que con Christian empezamos a juntarnos para pulirla y potenciar su teatralidad. Pero en uno de esos encuentros le leí Luz negra, porque a los dos nos gusta el género de la comedia romántica, además de que es un poco cinematográfica y creo que los dos estamos muy atravesados por el cine. Le encantó y me propuso hacerla primero. A él le gustó mucho el rol de Martín y a mí me pareció que él era bárbaro para el papel. A Camila Sanson la vi en Apenas el fin del mundo, me encantó y enseguida vimos que era perfecta para Paula. Siempre tuve en la cabeza, desde que escribí la obra, hace tres años, a Fernando Amaral para el papel de Leopoldo, el ‘intelectual despreciable’, como nos gusta decirle”.

Si algo caracteriza a la trilogía Antes de..., de Richard Linklater, en la que Muslera dice haberse inspirado, es su dinámica de réplicas interminables. “A mí Linklater me parece un maestro del diálogo y, en ese sentido, siempre admiré su capacidad de poner en pantalla a dos personas hablando de los aspectos triviales y profundos de la vida y logrando a la vez hacer una obra inteligente, elegante y entretenida en la que lo central es el diálogo pero también la química y la verdad de las actuaciones. Porque sin eso, una película como Antes del amanecer, por ejemplo, no hubiera significado lo que significó. Uno siente que casi conoce a Jesse y Céline y se identifica con ellos. Siempre admiré esa cualidad de hacer arte desde el diálogo y lo cotidiano, sin vueltas de tuerca rocambolescas. De hecho, soy fanática de Seinfeld también, esa magnífica serie ‘sobre la nada’ pero que en realidad trata de todo. Creo que Luz negra es deudora de Linklater en el sentido de construir una historia a partir de un diálogo que oscila entre la levedad y el peso y que pone al descubierto la conexión entre los personajes y su complejidad. También es una obra que transcurre en una noche, como Antes del amanecer, pero hay una intención de jugar más a la comedia romántica y de generar esos diálogos rápidos, belicosos y cargados de seducción, ese esgrima verbal de la screwball comedy, de Orgullo y prejuicio o de Mucho ruido y pocas nueces”.

Luz negra, con Elena Delfino, Camila Sanson, Christian Zagía y Fernando Amaral. Dirección: Christian Zagía. Dramaturgia, asistencia de dirección y selección musical: Fernanda Muslera. Sábados a las 21.00 y domingos a las 19.30 (en Semana de Turismo no habrá función). Localidades a $ 350. Reservas: [email protected] o vía Whatsapp 092 153 456.