“Amo a mi mujer, amo mi trabajo. Me gusta ir al súper y comprar atún”, decía un fragmento de Fugas disociativas, el espectáculo musical que La Tabaré presentó en el teatro Solís y la sala Zitarrosa en 2016, en el que también participó el actor y dramaturgo Federico Guerra, autor de Snorkel y Odio oírlos comer, en la que trabajó Tabaré Rivero.

Este fin de semana Rivero, uno de los fundadores del rock nacional posdictadura, vuelve a presentar una propuesta que sigue explorando los límites entre el rock and roll y lo escénico. Esta vez sus indagaciones poéticas e ideológicas toman como punto de partida el concepto de su último disco, Blues de los esclavos de ahora, y, junto a Guerra y su grupo teatral Cretino (Victoria González, Lucas Barreiro, Pablo Robles, Adrián Prego, Daniel Acevedo, Federico Lindner, Nadia Alcoba, Chelo Pagani), surge un espectáculo “irreverente y distorsionado” que invita a “desencadenarlo todo”.

El comfort de los esclavos –decidieron mantener el anglicismo “comfort”–, está dedicado a las libertades de la sociedad moderna (como se dice en un momento, “Finalmente libres… libres de elegir entre Adidas o Nike, entre feng shui o chop suey [...] Libres de elegir entre running o sniffing, porno bondage o glory hole”).

Guerra explica que el grupo lo invitó a hacer un espectáculo conjunto con las mismas características de Fugas disociativas, aunque, esta vez, en la presentación es decisiva la concepción musical del último álbum de la banda, así que se propusieron “acompañar lo conceptual de disco con un discurso escénico”.

El dramaturgo considera que, frente a un contexto “político y social crítico”, es muy positivo que “sigan existiendo bandas con espíritu confrontativo y crítico”. Cree que, en este espectáculo en particular, lograron potenciar los aspectos en común que comparten con La Tabaré: “Disfrutamos el proceso y nos amalgamamos bien. Nos interesa hablar de los mismos temas e ironizar sobre las mismas cosas. Además, compartimos un mismo humor y una misma visión”.

El público, dice, va a ver un show de rock and roll, y por eso, las participaciones teatrales se vuelven “medidas” y “efectivas”, con monólogos –que se repiten como leitmotiv–, perfomances y pequeños textos, que no atentan contra el ritmo ni la euforia del espectáculo. En ese sentido se distancia de Fugas... en la que se desarrollaba una historia, un personaje. “Acá habrá participaciones sueltas, viñetas, imágenes y un par de monólogos, y por supuesto que en ningún momento existe la cuarta pared”.

El comfort de los esclavos, hoy y mañana las 21.00 en la sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta (Mercedes yAndes). Entradas a $ 700 y $ 600. El sábado 20 estará en el teatro Politeama de Canelones.