La industria del cine fue sacudida salvajemente por el coronavirus, y los estudios de Hollywood revieron sus estrategias. Por primera vez en la historia del séptimo arte les dieron la espalda a sus principales aliados, y algunos estrenos se saltearon el pasaje por las (parcialmente cerradas) salas de cine. O se estrenaron en simultáneo en la gran pantalla y en las pequeñas.

Entre los casos más destacados estuvieron las películas para niños, que llegaron a los servicios de alquiler por streaming a precios que podrían parecer caros, hasta que las familias calculaban los costos de ir en patota a la sala más cercana. El primer gran ejemplo fue Trolls 2: gira mundial (Walt Dohrn y David P Smith) y luego pasaría algo similar con ¡Scooby! (Tony Cervone).

Restaba otra cinta animada prometida para este año tan particular. Una protagonizada por un personaje que vive en una piña debajo del mar, cuyo cuerpo absorbe sin explotar, que es el mejor amigo que podrías desear y que (como a un pez) le es fácil flotar. Bob Esponja, por supuesto.

Bob Esponja: al rescate, dirigida por Tim Hill, ya venía sufriendo cambios de fecha incluso antes de que se desatara la pandemia. Y a mitad de 2020 se confirmó que llegaría al público estadounidense recién el año que viene como estreno a demanda. El resto del mundo, sin embargo, tuvo más suerte. Netflix adquirió los derechos de distribución internacional del film, que ya está en el catálogo uruguayo. Así que se puede disfrutar de esta nueva aventura, primera en ser animada completamente por computadora.

Si bien no está a la altura de Bob Esponja: la película (Stephen Hillenburg, 2004) y Bob Esponja: un héroe fuera del agua (Paul Tibbitt, 2015), no tendrá inconvenientes en entretener al público menudo, generando buenas sensaciones en los adultos que comenzamos a ver la serie cuando ya éramos mayores de edad y estábamos generando causal jubilatorio.

La excusa es sencilla: debido al malévolo Plankton, la mascota de Bob Esponja termina en manos del rey Poseidón. Ayudado por un arbusto sabio (juego de palabras perdido en la traducción) con la cara de Keanu Reeves, el siempre optimista cocinero del Crustáceo Cascarudo llegará hasta la ciudad perdida de Atlantic City para intentar recuperarlo.

Una anécdota sencilla, que incluye una larga secuencia con actores de carne y hueso, entre ellos dos cameos insospechados. Y que tiene la clarísima intención de vendernos la nueva serie, también animada por computadora, Campamento Coral. Pero que no pierde el espíritu caótico de siempre y que permite ver los rayones en el caso de la ardilla Arenita. Vale la pena verla sólo por ese detalle.