En estos tiempos en los que no queda otra que quedarse en casa y se nos abruma por todos lados con infinidad de contenidos para ver por streaming, a veces lo realmente interesante queda tapado por la ola de terabytes. Por eso vale la pena destacar la serie documental Historia de la música popular uruguaya, que se emitió originalmente por TNU en 2009 y desde hace pocos días está por primera vez disponible para ver online y gratis.
El documental está dividido en 15 capítulos de 50 minutos cada uno, que abarcan desde 1960 hasta 1990, con muchas entrevistas y material de archivo. Sobre cómo surgió la idea, el largo recorrido antes de llegar a la meta, la subida online, la recepción del público y la mar en rating, conversamos con Juan Pellicer, director y creador de la serie.
A fines de los 90, un grupo de amigos, que estudiaba distintas cosas pero al que lo atravesaba la misma melomanía, empezó a tener una inquietud en común: veía que había sólo un par de libros dedicados a la música vernácula. Por la vuelta estaba Aquí se canta: canto popular 1977-1980, de Juan Capagorry y Elbio Barilari, que a esa altura tenía casi 20 años, el siempre bien ponderado Razones locas, de Guilherme de Alencar Pinto, sobre vida y obra de Eduardo Mateo, varios textos de Coriún Aharonián, más recopilaciones un tanto sosas, hechas por algún argentino, que incluían a un músico por página y poco más, y que “todo el mundo decía que estaban llenas de errores”, recuerda hoy Juan Pellicer, uno de los integrantes de aquel inquieto grupo melómano.
Pellicer es del palo audiovisual, camarógrafo y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la República. A fines de los 90 estudiaba guitarra en el Taller Uruguayo de Música Popular y veía que, incluso en ese lugar, tenía compañeros que conocían, pero “muy poco”, la música de este bendito país. Algo bastante llamativo, ya que se trataba de gente que si estaba ahí era por un interés muy específico.
“Entonces, mi curiosidad de toda la vida, de ir a la feria a buscar discos y material, la fui dirigiendo hacia un lugar que vi que era necesario: investigar, recopilar, escuchar, etcétera, porque además tenía esa sensación de la novedad, de que todo lo que iba descubriendo tenía algún grado de novedad. Y como todos estábamos vinculados a medios de comunicación, pensamos: ‘Si tuviéramos la responsabilidad de hacer un programa de televisión –porque todos desempañábamos roles técnicos–, ¿qué haríamos?ʼ”, cuenta Pellicer.
Así se plantó la semilla de lo que mucho tiempo después vería la luz como Historia de la música popular uruguaya. Pellicer acota que surgió naturalmente a partir de los intereses de él y de sus amigos, en base a lo que les gustaría ver y evaluaban que hacía falta, pero también supieron despojarse de sus gustos musicales, “porque una cosa es lo que vos escuchás en tu casa y otra cuando vas a pintar un panorama musical de una época, y eso fue una decisión que después enriqueció bastante el trabajo”.
Así las cosas, desde fines de los 90, vinculado a lo audiovisual como camarógrafo y con una productora independiente con amigos, Pellicer fue juntando material relacionado con nuestra música popular, de revistas, diarios, lo que sea, pensando en hacer algo. Fue luego de 2002, cuando estalló la crisis, que Pellicer y sus secuaces vieron el momento propicio para que su idea echara raíces, porque había que “meter la cabeza en algo sano”.
Qué clase
Cada capítulo de la serie tiene lo suyo, pero en estos tiempos de clases online vale la pena adentrarse especialmente en el último, el número 15, en el que varios popes de la música uruguaya dan una pequeña lección, instrumento en mano. Por ejemplo, Hugo Fattoruso enseña las claves del piano candombeado, Pepe Guerra muestra cómo llevar ese ritmo negro a la guitarra criolla, Jaime Roos explica el traslado de la batería de murga a las seis cuerdas y Héctor Numa Moraes muestra cómo se toca la polca a la uruguaya.
Pellicer recuerda el proceso: “Empezamos por una búsqueda documental de archivos personales y de reuniones con referentes de los géneros, como para ir adentrándonos en cada uno de los mundos. Entonces, cada uno nos recomendaba con quién hablar hasta que empezamos a ir a las casas de los músicos a pedirles material: entrevistas, fotos, etcétera, como para desarrollar la técnica de investigación documental, que no incluye documentos en los que participó el investigador, y así fuimos recopilando mucha información”.
Todo a pulmón
En 2004 Pellicer empezó a hacer las primeras entrevistas con músicos delante de las cámaras. Las hacía en enviones de siete u ocho y después paraba un tiempo, siempre con pequeños apoyos, como el de la por entonces llamada Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, que le prestó algunos equipos. De todas formas, el máximo apoyo era el de sus pulmones, como si una historia de la música popular uruguaya no pudiera contarse de otra manera que no fuera a la uruguaya.
“En ese momento yo estaba en seguro de paro y me acuerdo de ir a pie a la casa de los músicos, con una mochila, a llevarme materiales, y volver a pie. Más a pulmón, era imposible. Después sumamos algún apoyo chico, del [Fondo Nacional de la Música] Fonam, que me permitió comprar DVD y pagarme algún taxi para llevar lo que no podía transportar al hombro, pero eran todas cosas muy mínimas. Por suerte, a lo largo de todos esos años sumamos dos o tres apoyos que nos permitieron mejorar algunas cosas en la computadora, como para ir procesando todo ese material”, cuenta.
A todo esto, la serie documental se iba gestando sin que quienes trabajaban en ella tuvieran la más mínima pista de si alguna vez podría salir al aire por algún lado. En esas idas y vueltas a pie, cuando ya tenía unas primeras versiones del documental, Pellicer se mandaba alguna que otra visita a referentes de distintos palos –musical, audiovisual y más– para que probaran lo que estaba cocinando. Finalmente, en 2009, luego de cajoneadas varias, fue Claudio Invernizzi, por entonces director de TNU, quien le dio luz verde para que saliera por el canal público. La serie fue muy bien recibida, al punto de que después del estreno se retransmitió varias veces más y Pellicer ya perdió la cuenta (fueron más de diez entre TNU y TV Ciudad).
Yo y mi circunstancia
La primera temporada de la serie, que se puede disfrutar por Vimeo, consta de 15 episodios que siguen un orden cronológico. Por ejemplo, el primero abarca de 1960 a 1965 y toca varios temas, como el nacimiento de una identidad auténticamente uruguaya en la canción popular (“cantar ‘Luna tucumanaʼ sin haber visto la luna desde Tucumán era una cosa que no tenía mucho que ver”, dice Washington Carrasco), la movida del jazz, la música tropical, el rock & roll, la nueva ola y la influencia beatle. Pellicer dice que le parecía interesante que en cada capítulo convivieran distintos tipos de música para que, por ejemplo, quien se interesaba por el rock viera un episodio que tenía algo de ese género pero también música tropical u otros estilos.
En la serie se hace mucho énfasis en contextualizar el momento histórico en el que florecieron los diversos géneros. Pellicer subraya que el contexto sociopolítico es “fundamental” para entender “cualquier fenómeno cultural” y da un ejemplo: “Te podés cruzar con algún joven que estudia música y que de repente te dice que Daniel Viglietti le gusta o no, pero si le das herramientas históricas para que entienda en qué contexto surgió ‘A desalambrarʼ, cómo el autor creó esa canción y cuál fue su proceso musical, capaz que sigue sin gustarle, pero ya lo mira desde otro lugar”.
Y Viglietti es, claro está, uno de los tantos entrevistados –casi 60– que aparecen en la serie, ya desde el primer capítulo, junto con otros baluartes, como Pepe Guerra, Aharonián y los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso. Lamentablemente, muchos de ellos ya no están entre nosotros, pero justamente por eso hoy la serie adquiere más relevancia aún. Pellicer acota que se trató de reflejar mojones históricos y de entrevistar a algunos de sus referentes, por lo que, en realidad, de cada uno de los capítulos del documental se podría hacer una serie, incluyendo a muchos entrevistados más. “Pero como no había mucha información sistematizada y procesada sobre la música popular uruguaya en el formato canción, la idea fue generar una puertita para que quien quiera adentrarse y profundizar ya tenga un camino iniciado, por eso no podíamos ponernos a profundizar mucho sobre cada uno de los géneros”, comenta Pellicer.
¿El público perjudica a la televisión?
“Estoy totalmente conforme con el resultado porque era lo mejor que podíamos hacer con las herramientas que teníamos. Fue algo hecho a pulmón pero con rigurosidad, porque estuvimos varios años procesando la investigación y eso le fue dando un gustito al trabajo, y también una maceración, porque agarrás el material un par de meses después y empezás a descubrir cosas de las que capaz que no te habías dado cuenta. Eso lo vuelve un trabajo más riguroso e interesante", dice el documentalista.
Ahora, en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus, el creador de la serie pensó que podría brindar su trabajo “para que alguien pase más rato en su casa y también se interese por las cuestiones que trata el documental”. La serie está online desde hace una semana y poquito, y a Pellicer le sorprendió la cantidad de mensajes que recibió, de beneplácito y agradecimiento. Además, el post de Facebook en el que se comparten los links tuvo más de 12.000 interacciones y alcanzó a casi 80.000 personas.
“Esos números, que excedieron por muchísimas veces lo que esperábamos, son interesantes, porque hay una cuestión instalada de que estas cosas no interesan y no tienen audiencia, pero tenemos miles de personas interesadas, que replican este trabajo y nos escriben”, señala Pellicer, y recuerda aquello de que “si al público le das chorizos y bananas, va a elegir entre eso”. “Pero si le das alguna otra cosa, el menú se amplía y se enriquece todo. No digo que sea para liderar el rating en horario central y competir con los buque insignia de los canales, pero es algo que a la gente le interesa”, agrega.
Se viene la segunda (¿y la tercera?)
A todo esto, Pellicer contó que la segunda temporada de la serie ya está por entrar en la etapa de posproducción. Fue financiada, en parte, por el fondo del Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual Uruguayo, que como premio incluye la exhibición por TV Ciudad y TNU. Iba a abarcar la música desde 1990 hasta casi 2010, pero, como descubrieron mucho material de archivo en VHS que no querían desperdiciar, decidieron centrar la segunda temporada solamente en la década del 90. Así que todavía hay material como para una tercera temporada, y alguna que otra movida musical hubo en este país a partir del 2000...
Pellicer pone en duda esa frase repetida tantas veces, de que “los medios difunden lo que la gente quiere ver”, ya que “si se suma el rating de los programas menos vistos siempre da más que el que gana, lo que relativiza que el que tiene más rating es lo que la gente quiere ver”. Además, sostiene que si se suma toda la gente que busca contenidos en otros lados, fuera de la televisión, “lo que la gente quiere ver empieza a ser más un eslogan sin manera de sustentar”.
“Comento esto porque son frases que he escuchado mucho cuando busqué financiar la serie, que te tiran abajo. Pero luego te encontrás con una buena cantidad de pedidos y gente que escribe. Incluso en los premios Iris, que ganamos en 2010, el voto del público nos puso por encima de programas que tenían muchísimo más rating que nosotros”, finaliza.
La historia de la música popular uruguaya se ve a través de la plataforma audiovisual Vimeo (los links para cada capítulo se encuentran en la página de Facebook homónima de la serie; para los ansiosos, el primer capítulo: vimeo.com/103238358). También se puede visitar la página historiadelamusicapopularuruguaya.com, en En estos tiempos en los que no queda otra que quedarse en casa y se nos abruma por todos lados con infinidad de contenidos para ver por streaming, a veces lo realmente interesante queda tapado por la ola de terabytes. Por eso vale la pena destacar la serie documental Historia de la música popular uruguaya, que se emitió originalmente por TNU en 2009 y desde hace pocos días está por primera vez disponible para ver online y gratis.
El documental está dividido en 15 capítulos de 50 minutos cada uno, que abarcan desde 1960 hasta 1990, con muchas entrevistas y material de archivo. Sobre cómo surgió la idea, el largo recorrido antes de llegar a la meta, la subida online, la recepción del público y la mar en rating, conversamos con Juan Pellicer, director y creador de la serie.la que hay una selección de documentos surgidos de la investigación para la serie.