Con una trayectoria que lo ubica como un evento esperado cada invierno, el Festival Internacional para Niñ@s y Jóvenes Divercine llega este año a su 29ª edición, que, como todo lo demás, adquirió características diferentes de lo habitual debido a la pandemia de covid-19. En este caso, en vez de proyectarse en salas, se puede acceder a la programación por streaming, de forma gratuita, mediante Vera TV.

“Debimos abandonar las salas de cine y probar una plataforma online; felizmente logramos un convenio con Vera TV, un portal de streaming de Antel, que permite ver contenido audiovisual en vivo por internet en forma sencilla y gratuita. De esta manera todos los niños y niñas de Uruguay pueden acceder fácilmente mediante tabletas, teléfonos y computadoras que tengan wifi, y sobre todo facilita los horarios de acceso: son todos los posibles; empezó el 15 y se extiende hasta el 30 de agosto”, dice Ricardo Casas, director del Festival.

Los recursos digitales fueron la oportunidad para desarrollar dos novedades: “Por un lado, el concurso nacional ‘Por qué me gusta el cine’, en el que los niños se expresaron, y pudimos incluir esos mensajes en la programación de Divercine. Por otro lado, incorporamos una serie de diálogos en vivo por Instagram sobre un tema que siempre nos ocupa, ‘Cine y educación’, entre el 24 y el 28 de agosto, a las 20.00, en los que participarán colegas del continente: Cielo Salviolo, de Argentina, Marialva Monteiro, de Brasil, Claudia Rodríguez, de Colombia, Liset Cotera, de México”.

Para los más chicos, calidad

La pandemia no impidió que los organizadores recibieran abundante material para evaluar para su programación. Algunas de las fortalezas del festival son la calidad de los films seleccionados y la diversidad, lo que aporta al público una mirada amplia que permite acercar los lugares más remotos del mundo. Cada año reciben cientos de obras provenientes de decenas de países, de corto y mediometraje, de las que se selecciona la muestra.

“Y de esa gran cantidad siempre encontramos un grupo de films que nos sorprenden por su propuesta artística y originalidad”, señalan los organizadores, al tiempo que sostienen que “estos títulos son apenas una muestra de todo lo que no nos llega por los circuitos comerciales ni por la televisión pública, una oportunidad para el disfrute y el conocimiento. Una posibilidad que nos permite cumplir con el derecho que todos tenemos al acceso a los bienes culturales, y los niños también”.

En distintas salas, dirigido a un público lo más variado posible, mutando con el transcurso del tiempo, Divercine ha tenido un paso sostenido en la vida cultural del país y en la propuesta dirigida a niños, niñas y adolescentes.

El Rock & Roll de Eddie, 2019.

El Rock & Roll de Eddie, 2019.

“Si Divercine es actualmente el festival de cine para niños más antiguo de América Latina pensamos que tiene sus méritos, no sólo la tozudez de sus realizadores sino la necesidad de acceso a los bienes culturales, que es muy real y notoria. Si Divercine vive y lucha es porque basa su programación en la calidad de las películas que selecciona, apuntando también a la diversidad de propuestas estéticas y de contenido, lo que da una riqueza al festival no siempre reconocida. La adaptación a los cambios sociales y culturales también ayuda a la permanencia, trabajando mucho y con pasión por los niños y niñas, sin concesiones, y considerando al público menudo no como menos sensible e inteligente que el adulto”, dice Casas.

Edición 2020

La programación se divide, como es habitual, en rangos de edad: un bloque para niños a partir de tres años, y otro para niños mayores de ocho. Hay películas de animación y con actores, cortos y mediometrajes, de procedencia diversa –desde Argentina y Brasil hasta Rusia y China, pasando por Francia, Alemania y España, entre otros–, con un amplio predominio de las propuestas latinoamericanas.

“Tenemos cortos, medios y largometrajes de 21 países, tanto de animación como ficción y documentales, de cine y televisión. Hemos dividido la propuesta en dos partes: a partir de tres años de edad y a partir de ocho años, porque los niños no son todos iguales. No hay obras prohibidas, pero algunas pocas tienen subtítulos en español, por eso hay limitantes, en esos casos, para niños pequeños que no acostumbren leer”, explica Casas.

Destaques

Como para muestra basta un botón, Casas comentó algunas de las películas de esta edición.

» Siempre hay películas curiosas, como un largometraje polaco llamado El rock & roll de Eddie, donde un visitante de otro planeta se parece a Elvis Presley.

» Este año hay un cortometraje paraguayo, Mi primo Mateo, y es la primera vez que tenemos en Divercine un film de ese vecino país, más allá de que, por supuesto, no fue seleccionado por su procedencia sino por sus virtudes.

» Otro corto, La cometa, de República Checa, es una obra multipremiada en festivales de todo el mundo.

» Hay cuatro cortitos del ya conocido animador argentino Pablo Rodríguez Jáuregui, con su calidad y simpatía habituales.

La programación completa se puede encontrar en divercine.com.uy.


Música para jugar y bailar

Cocoa es un colectivo de artistas y docentes de música que apuesta al juego por medio de la música. En el mes de la niñez, propone un concierto grabado en vivo para disfrutar desde casa. Su trabajo se basa en “la creación, la escucha y la colaboración con niñas y niños en la composición de letras, aportando otro enfoque y contribuyendo a la diversidad cultural y musical”, así como “a la fusión de distintos géneros musicales como el rock, el reggae, el candombe, la cumbia, la chacarera”, sostienen. Desde mañana hasta el último día de agosto estará disponible en la plataforma Butiá Te Ve. La entrada, que tiene un costo de 90 pesos uruguayos o dos dólares, permite acceder al espectáculo por 24 horas. También encontrarán un enlace para donar quienes quieran además aportar en la “gorra electrónica”.