Netflix tiene un pésimo timing, por eso le va tan mal en los negocios (fin de la ironía). Justo cuando los científicos especulan con la remota posibilidad de encontrar vida en Venus, la plataforma estrena con bombos y platillos una serie sobre el primer vuelo tripulado a Marte. Era para el otro lado, chicos.
De todos modos, hablemos de Lejos (Away), la serie dramática protagonizada por Hilary Swank en la que cinco astronautas intentarán ser los primeros seres humanos en poner un pie en el planeta rojo, siempre y cuando no contemos al Doctor Manhattan de Watchmen.
Lo primero que hay que señalar es que no estamos ante otro ejemplo de la “megaedad de oro de la televisión, sólo conéctela en mis venas”. No asistimos al lento descenso a los infiernos de un personaje originalmente querible. No somos testigos de una fotografía iconoclasta, aunque los efectos especiales son tan buenos como para olvidarnos de que todo eso fue filmado en estudios.
Moderando nuestras expectativas, podremos disfrutar de un drama “clásico” con componentes modernos. Que irá revelando detalles de la vida de cada uno de los viajeros del espacio, siempre poniendo énfasis en Emma Green (Swank) y la familia que dejó en la Tierra.
Sí, hay accidentes de salud que amenazan con complicar el viaje, accidentes mecánicos que complican el viaje y otros obstáculos dramáticos que atentan contra la concreción del viaje. Si uno ha visto suficiente televisión, o leído suficientes historias, adivinará el desenlace de cada uno de estos nudos. Sin embargo, el guion ajustado, las actuaciones y la atmósfera lograrán que uno se emocione un poquito. Siempre y cuando no haya perdido la capacidad de emocionarse.
Todo recuerda a aquellas series de una hora que veíamos en canales como Sony o Warner, confiando en la buena voluntad del programador de cada señal. Incluso la forma de verlo, ya que no es una serie pensada para maratonear, sino para disfrutar cada uno de los diez episodios (semi)conclusivos, mientras la nave se acerca cada vez más a su destino.
No hay villanos, excepto el espacio exterior, que ni siquiera es tan malo, y algunas actitudes puntuales de algunos personajes. Se cuestiona la autoridad de la comandante, se revelan secretos, se rompen partecitas. Pero al final del día las personas (acá en la Tierra o allá en la nave) logran superar sus diferencias y trabajar por el bien común. En definitiva, Lejos es un drama esperanzador, de ciencia ficción. Valga la redundancia.