El monólogo que Daniel Feldman escribió 37 años después del asesinato de su hermano, ocurrido en Buenos Aires en 1974, hurgando en las consecuencias de ese hueco en la urdimbre social y familiar, integró inicialmente un volumen de relatos. Pero el actor Joselo Olascuaga vio enseguida su potencial escénico y le propuso al autor primero dirigirlo y más tarde ocupar el rol protagónico.

La estructura narrativa fue dando paso a las escenas, fue amalgamándose a los climas sonoros y al diseño de luces. Así Olascuaga fue construyendo, junto a una directora joven, Antares María, “un teatro casi a capella pero con mucha intención de que transcurra no solamente desde la tragedia, que es inevitable, sino también desde algunos pasos, si no de comedia, de algún tipo de trama que tenga más que ver con lo afectivo que con los hechos. No es una obra de denuncia, para nada, no es una obra que busque la composición de la época ni tampoco del marco político en que se dio”, señala el intérprete.

En La dictadura contra las tablas (Biblioteca Nacional, 2009), Roger Mirza sostiene que el teatro propone “a partir de un espacio físico y simbólico, un modo colectivo de elaboración que moviliza y enriquece la memoria colectiva por la interacción entre las memorias individuales y la memoria colectiva a partir de la articulación de la palabra con el cuerpo en una experiencia comunitaria básica en la que se cruzan la presencia y la ausencia, la realidad y la ficción, la identidad y la alteridad, lo consciente y lo inconsciente”.

Excepto Raúl, que desde el mes pasado puede verse en La Gringa, se suma al corpus dramatúrgico que con distintos tonos y enfoques va reconstruyendo el pasado reciente, “indaga en cómo el asesinato político de un opositor a la dictadura cambia la perspectiva del protagonista sobre el mundo, la vida y la muerte”.

La pieza condensa en 50 minutos un episodio personal aunque transferible a las experiencias que millones de ciudadanos debieron procesar durante décadas. Dice Feldman que a partir de ese hecho traumático intentó profundizar en el análisis del valor de la vida, no sólo de la víctima directa: “Mi idea, al escribirla, fue despojar lo más posible el texto de los aspectos políticos (más allá de que siempre subyacen) y plantarme en cómo el terrorismo de Estado influyó en nuestra cotidianidad a partir de la violencia generada”.

Las funciones son los jueves a las 20.30 con localidades a $ 400 (o $ 300 las anticipadas). Por reservas, llamar al 098245687.


Arlequino

Arlequino

Foto: Juan Pablo Viera

Popular veneciano

Lila García versiona y dirige el clásico de Carlo Goldoni (Venecia, 1707- París, 1793), Arlequino, servidor de dos patrones, con el que renueva la cartelera de El Galpón.

Los enredos están a la orden desde el inicio: cuando Clarisa y Silvio están a punto de casarse, se presenta Truffaldino anunciando la llegada de su patrón, Federico Rasponi, anterior prometido de la novia y al que se creía muerto. De hecho, el finado no es otro que su hermana Beatriz disfrazada, que viaja a la ciudad de los canales en busca de su novio, Florindo Aretusi. Truffaldino encuentra a este señor, también necesitado de un criado, y aprovechando las circunstancias y con la necesidad de calmar el hambre, se emplea en las dos casas al mismo tiempo.

Este embrollo siempre entretenido se estrena esta noche y continúa los sábados a las 21.00 y los domingos a las 19.00, con la opción de asistir presencialmente o de seguir esta estilización de la commedia dell’arte vía streaming. En ambos casos, hay que ingresar a https://www.teatroelgalpon.org.uy/espectaculos/arlequino/ para asegurarse un lugar. El elenco está integrado por Andrés Guido, Dulce Elina Marighetti, Rafael Hernández, Sofía Tardáguila, Nacho Duarte, Marcos Zarzaj, Dennis Fernández y Amparo Zunin.

Vuelve Ghierra intendente

El conocido proyecto artístico que reúne a arquitectos, artistas visuales, diseñadores y directores de arte para “pensar, proponer y hacer preguntas sobre la ciudad de Montevideo” está de regreso. Para esta edición 2020, los ejes de trabajo que proponen son la periferia, la ecociudad y el patrimonio, y se desarrollan a partir de más de 50 proyectos que se ubican en el espacio exterior, las salas alternativas y la planta baja del Espacio de Arte Contemporáneo, donde se pueden visitar de martes a domingo, de 13.00 a 19.00.

Esta exposición de arte “colaborativo, político, apartidario y contemporáneo” es parte de una plataforma integrada por artistas y parte de la sociedad civil consciente, que interpela a candidatos. “Si nosotros tomamos conciencia, las ciudades serán organismos conscientes por la simple razón de que nosotros somos la ciudad y ella puede ser nuestra mejor obra”, desafía Ghierra en su campaña.