Joaquín Lapetina
» John Lennon/PlasticOno Band (1970)
Lennon presentó este disco el mismo año que se lanzó Let It Be (The Beatles) y sólo un año después que Abbey Road. Me resulta increíble la intensidad de su vida: a sus 30 años se nos entregaba de lleno con una introspección sin decorado ni concesiones. Para admirar a la par “lo que John hace” y “cómo lo hace”. Una vida larga en contenido, vivida a más del doble de revoluciones. Pero además el disco es una puerta de entrada hacia The Beatles, en la medida en que uno se las arregla para ingresar marcha atrás por una de sus salidas. De un lado de la puerta, el brillo multicolor de los Beatles; de pronto, del otro lado, John & Yoko, y no encuentro manera de escuchar este disco sin jugar con ese pasadizo que nos abre la historia. John se expresa con un realismo que puede resultar cortante por momentos, pero luego entiendo que es esa sinceridad visceral típica de él y una búsqueda por encontrar su propia paz que lo motivará en adelante... y con ese mensaje me quedo.
» Espíritu inquieto (2020), de Gustavo Pena
Recoge las músicas inéditas de la película que lleva el mismo nombre y que se presentó recientemente. ¿Qué tipo de sentimientos experimentaría El Príncipe mientras se dejaba llevar a través de estas corrientes de música de manera tan natural? Tal vez –o sin tal vez– una forma de vida, la música como un juego, una fábrica de alegría en un ambiente pacífico donde hay lugar para quien desee estar. Gestado a partir de registros en su mayoría domésticos, el formato permite acercarse al artesano sin filtros. Me resulta una hermosa prueba de que las canciones pueden ser libertad y pueden ser una fuente de inspiración como un mar. El documental es una exquisitez, como si alguien lo hubiera soñado antes y filmado después, pero mejor. Un enorme trabajo en equipo, enmarcado en un acto de amor de hija (Eli-u) a padre.
» Velvet Underground & Nico (1967)
Este disco lo siento como una escuela, una obra que se continúa iluminando con el tiempo y aporta a quien lo desee. Velvet Underground & Nico ha generado una enorme influencia sobre músicos de lo más diversos. ¿Qué hace a estas canciones tan especiales? ¿Qué estaban viviendo esos músicos para llegar a esto? ¿Cómo no se pudo apreciar en forma más amplia en su contexto? Creo que puede ser tan motivante explorarlo como imaginarlo. Esos jóvenes de entonces nos inspiran hasta hoy con valores para quien quiera entenderlo así: buscar ser auténtico frente a uno mismo y no pensar que todo está escrito.
Julia Guerriero (Niña Lobo)
» Gracias por nada (2020), de Bestia Bebé
No había otra dimensión posible en la que Bestia Bebé no sacara este disco en 2020. Mi disco indie favorito del año por goleada, cuyas canciones recorren varios estados anímicos y escenarios satíricos, melancólicos e irónicos. Es un disco para sentirse solx sin estarlo, porque ellos siempre logran eso de “dar un mensaje esperanzador a pesar de todo”, y creo que es con lo que más me quedo. Si bien siempre me gustó Bestia Bebé (por sus raíces, su espíritu y su fuerza), creo que con este disco introspectivo se terminaron de ganar mi corazón por completo. Como si fuera poco, tiene tres grandes invitadxs: Santiago Barrionuevo (Él Mató...), Mora Sánchez (107 Faunos) y María Zamtlejfer (Tigre Ulli). Un disco para llorar, reír, emborracharse y volver a levantarse.
» Sabremos cumplir (2020), de De La Nada
DLN es una banda de mi generación (90-95), con quienes por mucho tiempo compartí la misma escena de punk rock/hardcore. Cuando escuché el disco –su debut– por primera vez, sentí una emoción enorme: composiciones compactas y ensambladas, canciones sinceras, tremendo laburo de mezcla, melodías más allá del bien y del mal; en fin, un disco que se convirtió en mi compañero para las caminatas en lo que quedaba de 2020. De lo que más me llega, “Pasos en la niebla”, “Reincidentes” (con Sofía May, de la banda Regina) y “Miedo” (canción que se lanzó como single junto a su videoclip, como apoyo a la campaña por el No a la Reforma y que cuenta con Danilo FK en voz). En síntesis, un disco para romper todo.
» Palabra clásica (2017), de Florencia Núñez
Soy muy partidaria de que no se llega tarde a ningún disco, sino que cada disco viene en el momento adecuado. Esto es lo que me pasó con Palabra clásica, de Flo Núñez, en donde encontré exactamente lo que buscaba: canciones de amor que hablaran del amor de manera diferente y real. Este disco me dio la frescura que necesitaba, me hizo transitar por varios lugares a los que no estaba logrando llegar emocionalmente y me hizo bailar muchísimo sola. El punto más alto de disfrute fue escuchar “Pacto” enfrentada mirando a la nada en pleno cerro, y posteriormente escuchándola antes de subirme a tocar con Niña Lobo en nuestro último show. Admiro mucho a Flo; me parece una artista de otro mundo, logra emocionarme en cada canción de mil formas diferentes. Este disco me parece increíble.
Nico Barcia
» Rock n’ Roll Premium (2021), de Nico Barcia & Tito Sónico
Este disco es el que más he escuchado los últimos días, porque soy amante del rock n’ roll y no encontré otro más adecuado para levantarle un toque el astral a este verano sin alma. Cuando me voy los fines de semana y hago ruta lo pongo en el estéreo de la combi y me olvido de todo. El calor insoportable se transforma en una brisa tibia; la piscina inflable, en una cachoeira; y un jugolín con caña Ancap, en un mojito exquisito. Ese es el poder del rock n’ roll premium.
» Forever Changes (1967), de Love
Un rediscazo, top top of the line, que tiene un ambiente extraño, entre algo muy agradable y muy tenso. Lo más característico del disco es la presencia de guitarras españolas, arreglos orquestales de caños y cuerdas que dan melodías hermosas y un ambiente particular. No en vano, grandes exponentes mucho más notorios que Love los tenían como un modelo a seguir, por más que este disco, al igual que la mayoría de los mejores de la historia, haya pasado bastante desapercibido en su momento.
» Paranoid (1970), de Black Sabbath
Este es uno de los tantos discos que uno siempre vuelve a escuchar, y casualmente estos días me estuve paranoiqueando bastante. Es difícil describir a este manual universal de cómo ser una banda con pelotas. Bueno... ¡Eso me gustó! Paranoid es un manual universal de cómo ser una banda de rock con pelotas, basada en una base rítmica descomunal que los despegó mal. Por mí, escucharía las pistas aisladas de bajo y batería en loop.
» Hypnophobia (2015), de Jacco Gardner
Este holandés llegó a mis oídos hace poco, quizá por esas cosas que se dan naturalmente, pues mi veta onírico-lisérgica siempre bienviene expresiones psicodélicas. Tengo una debilidad por eso, y en este disco hay un poco de todo, llevado sin prisa y con muy buen gusto. Melancolía, parajes de ensueño, desconcierto. Un lugar donde siempre me siento cómodo. Para mí que si los mersas de los grandes supermercados pusieran en los parlantes de las góndolas esta música en vez de la basura que usan, la gente compraría el doble.
» The Complete Prestige / Bluesville Recordings (1991), de Lightnin’ Hopkins
Un compilado de mi momia del blues favorita, que rejunta en siete partes unas cuantas grabaciones del montón que hizo. El más divertido, el más pillo y peligroso y el más rockero de los inventores de la criatura. Perdón... para que los lectores comprendan: con “criatura” me refiero a un género llamado rock n’ roll, desarrollado en el siglo pasado, al que por alguna razón muchos quieren asesinar o “reformular”, en vez de inventar otra cosa o ponerle un nuevo nombre a lo que sea que estén haciendo.
Nicolás Ibarburu
» Estoy escuchando Juntos ahora (2021), de Martín Ibarra. Me voló la cabeza. Es un disco con un abordaje del candombe y de la canción súper original, rítmica y arreglísticamente es muy rico. También estoy escuchando Tuya y mía (2020), de Julio Cobelli y Hugo Rivas. Se juntaron dos guitarristas excepcionales del tango, uno uruguayo y el otro argentino. Es una celebración de la guitarra. Son dos guitarristas virtuosos, pero en el disco manda la musicalidad, no el virtuosismo, y eso lo logra el amor enorme a la música, a la guitarra y al tango que tienen los dos.
» Además, estoy escuchando Homework (1997), de Hugo Fattoruso. Lo escuché un montón cuando hicimos un toque de homenaje a Ruben Rada y Hugo. Es un disco impresionante, en el que Fattoruso vuelve a la canción en su formato más diáfano. Tiene temas como “Conmigo”, “Milonga blues” y “Mi canción”, que están en mi top ten de los que más me gustan del mundo. Es muy fuerte ese disco, ya es un clásico de la música uruguaya.
El guitarrista se presenta junto a la argentina Loli Molina lunes y martes a las 21.00 en La Trastienda.