“Una historia que se cuenta del suelo al cielo”. Así definen sus creadores esta propuesta escénica dirigida a bebés de hasta dos años. Basada en el juego y en la experimentación como forma narrativa, se organiza a partir de alfombras que van cambiando. “Esta propuesta es de ronda. Es una ronda de mamás, papás y bebés alrededor de alfombras. Cada alfombra propone un universo de exploración, de juego y de canción. Van cambiando y la música y algunos personajes van organizando la experiencia”, cuenta a la diaria Lucía García, la directora.
Fue la propia experiencia personal como padres lo que llevó a García y Felipe Vitale –quien comparte escena y compuso la música junto con Natalia Godberg–, y al resto del equipo, a explorar esto. “Como creadores, la maternidad/paternidad nos atravesó a todes les integrantes de este proyecto, y la experiencia personal mezclada con nuestras profesiones hizo que surgiera esta obra. Natalia desde hace muchos años trabaja desde la musicoterapia y desde el espectáculo con ese público (fue parte de Ajó, experiencias musicales oportunas, ahora trabaja con Piú), y Felipe (mi compañero) y yo vivimos esa etapa de nuestras hijas experimentando juegos y situaciones que estimularan su vínculo con lo artístico”, cuenta.
“En las decisiones priorizamos la experiencia”, explica. “Experiencia visual: lo que se ve, los colores, los personajes, el universo de la luz. Experiencia sonora: las canciones, los sonidos; se utiliza una variedad de instrumentos y la música es en vivo. Experiencia sensorial: cada alfombra tiene unas texturas particulares, hay objetos que repartimos, nubes, tules que son mariposas, objetos con los que les espectadores interactúan. En las alfombras se promueve el gateo, el baile, tocar, poner, sacar, desplegar, achicar. Pero sobre todo la intención es generar un espacio oportuno que promueva una experiencia de disfrute y juego entre grandes y chicos”, detalla. Por otra parte, se trata de una experiencia compartida, que se construye en cada encuentro y es irrepetible, y en la que todos colaboran: “Para que el sapo salte, todes agarramos la alfombra camalote y lo ayudamos. Las nubes bailan con les espectadores”.
El trabajo escénico con bebés es un desafío y una instancia de extrema delicadeza. Por un lado, captar la atención de los pequeños no es sencillo; por otro, dirigirse a ellos implica hacerlo a la familia entera. “Por eso los momentos son breves y bien distintos entre sí”, explica García. “La trama es la propia experiencia. Un sapo que quiere saltar a la luna, un jardín visitado por mariposas, un cielo que se llena de nubes, un charco con camalotes para jugar. Y el atardecer que trae la calma”, agrega.
Toda la experiencia escénica dura unos 50 minutos: por las características del público, la tónica es tomarse el tiempo que sea necesario y se prevé desde la llegada, la aclimatación al espacio, etcétera. Para que sea posible es clave tanto la flexibilidad para acomodarse a los imprevistos como que cada quien sienta la libertad de moverse según lo requieran los más chicos, en un espacio “donde todo esté habilitado”: “Que quienes quieran jugar y explorar lo hagan, que quienes prefieran estar a upa se queden. Si tengo que salir a cambiar un pañal, es posible hacerlo sin quedar ‘afuera’. Si hay llantos, son parte”.
Alfombras mágicas. Sábados 16 y 23 y domingos 17 y 24, a las 14.30 y 16.00 en el Espacio Cultural L’Aria (Martín García 1589). Natalia Goldberg y Felipe Vitale (música y escena); Claudia Acosta y Lucía Tayler (diseño de arte y realización); Lucía García (dramaturgia y dirección); Daniel Fernández Melo (audiovisual); Lucía y Matías García (producción). $ 350 (pagan adultos y bebés). Por más información y reservas: 099 751 439.
Historias sin fin
En el marco del Día Internacional de las Bibliotecas, el 23 de octubre, de 15.00 a 17.30, la escritora Lorena Hugo y la ilustradora Luisa Sabatini darán un taller para niños de seis a 11 años en el Centro Cultural de España (Rincón 629). Los cupos son limitados y las inscripciones se reciben hasta el viernes 22 en [email protected] o llenando el formulario en la web. “Yo te cuento, tú me cuentas, nos contamos. Había una vez, un dos tres. Cuentos para reír, llorar y curar. Para cambiar, pertenecer y entender. Para soñar, dormir y transformar. Para llegar, soltar y viajar”. De esta forma las talleristas invitan a un espacio en el que se crearán historias de manera grupal siguiendo el vuelo de la imaginación: se inventarán personajes, situaciones, escenarios posibles, tramas y finales, con la ilustración y la palabra escrita como herramientas y con la consigna de “jugar, divagar, soñar y aportar desde lo que cada una y cada uno quiera y pueda”. Como cierre, se creará colectivamente un libro acordeón en el que cada participante escribirá e ilustrará su parte favorita de la historia.