Canciones de amor para el fin del mundo (2020) está nominado a los Premios Graffiti en la categoría mejor álbum de pop alternativo, pero tiene poco como para catalogarlo de esa forma, y su autor, Gonzalo Deniz –más conocido como Franny Glass, porque se trata de su proyecto solista–, lo tiene claro: “Tal vez sea mi disco más tradicional. En mis discos siempre dejo pasar muchos vicios y caprichos que sé que pueden hacerlo gravitar hacia el lado de lo alternativo, pero en este traté de hacer canciones para el lado de la imaginería de la canción pop-rock”, cuenta el músico.

Gonzalo explica que a veces, al componer una canción, hace “comentarios sobre las canciones”, es decir, como “metacanciones”, o realiza observaciones que viran “hacia cosas bien mundanas o coloquiales” y no responden “al lenguaje del pop”. Sabe que eso “no va a sumar” y que “juega en contra de determinado estereotipo de la canción”, pero lo deja “hasta por ser medio pavo”. Pero cuando empezó a componer las canciones de este nuevo disco, trató de que las letras fueran “un poco más universales”.

Hay un par de preguntas que sobrevuelas el álbum, incluso desde antes de escucharlo, sobre todo por la segunda parte de su título: ¿por qué estas canciones de amor son para “el fin del mundo”? ¿Por qué ponerse a pensar en el apocalipsis ahora? El músico dice que mientras iba cultivando su discografía –que ya contaba con cinco álbumes solistas antes de este– sentía una especie de “responsabilidad” –no porque a alguien le importara lo que él hace, aclara– sobre su “rol social de músico en su contexto”. Reflexionaba sobre qué se ha hecho en materia de música popular en Uruguay, “qué cosas ya no tiene sentido tratar de hacer otra vez y desde dónde se puede aportar”. Pero para el nuevo disco no le prestó atención a nada de eso y simplemente pensó en qué álbum quería hacer, sin que le importe esa “responsabilidad”. 

Gonzalo confiesa que cuando compuso la canción “El amor anda suelto”, incluida en su disco Planes (2014), no quería que tuviera la palabra “amor”, porque sus canciones “estaban muy relacionadas a temáticas amorosas”, y trataba de evitar seguir “tirando para ese lado”. Pero para este disco se dejó de vueltas, pensó en qué es lo que cree que le sale mejor y trató de hacerlo de la mejor manera posible. Entonces, como es un disco “irresponsable”, ya que no responde a esa “carga” que se autoimpuso, quería que el título tuviera una “advertencia” para quien lo escuche –porque casi todas las canciones hablan de amor– e hizo el ejercicio de pensar qué haría “si este fuera el último disco de Franny Glass”.

Dados estos tiempos en los que vivimos, el músico aclara que el título apocalíptico fue puesto antes de la pandemia, más allá de que el disco salió en noviembre de 2020, cuando el coronavirus ya estaba instalado, y agrega: “Ya utilicé muchas veces la idea de la orquesta del Titanic, pero tiene algo de eso: la celebración porque no hay un mañana. Por algunos momentos las letras del disco tratan sobre eso, que es el fin del mundo pero estamos todos borrachos. Tiene algo de la música que cantás cuando nadie te ve; no la que contesto cuando me preguntan qué música estoy escuchando, sino la que realmente escucho y canto, cuando recurro a ella como último recurso”.

El músico añade que se dio cuenta de que, por investigación o curiosidad, estaba escuchando un montón de música, pero cuando necesitaba escuchar para “sanar” recurría a una música más sencilla, con letras basadas más en la emoción que en la razón. “Me di cuenta de que necesitaba un disco así, y que la música que estaba haciendo estaba bastante alejada de la que yo escuchaba como motor y refugio”, dice. 

“Una canción de amor para nadie / es lo que hay. / Un corazón se rompe solo / si lo dejan. / Una verdulería abierta / a esta hora / para comprar la leña seca / del incendio”, dicen los primeros versos de “Una canción de amor para nadie”, que empieza con unos brillosos arreglos de vientos al mejor estilo big band. Gonzalo se dio el lujo de apostar por una banda con más integrantes de lo que estaba acostumbrado, que ya era “inviable antes de la pandemia”, y eso también tiene que ver con el apocalipsis: antes de que se acabe el mundo armará la banda que siempre tuvo ganas. “Después, cuando llegue la cuenta, ya no vamos a estar”, bromea.

La banda que se presentará en Canelones tiene ocho músicos, que además están embarcados en una gira nacional, y el teatro transmitirá el concierto de hoy en vivo por su canal de Youtube (CCPoliteama) y por primera vez quedará un registro audiovisual con este nuevo y amplio formato de banda de Franny Glass, para que lo vea quien quiera, cuando quiera, aunque es mejor antes de que se acabe el mundo. 

Franny Glass presenta Canciones de amor para el fin del mundo hoy a las 20.00 en el Complejo Cultural Politeama de la ciudad de Canelones (Tomás Berreta 312). Entradas a $ 300 por Tickantel y 2x1 para suscriptores de la diaria.


Banda Sinfónica de Montevideo en la reapertura del Teatro Solís, Montevideo (archivo, agosto de 2020).

Banda Sinfónica de Montevideo en la reapertura del Teatro Solís, Montevideo (archivo, agosto de 2020).

Foto: Daniel Rodríguez, adhocFOTOS

México sinfónico

La Banda Sinfónica de Montevideo, con el apoyo de la embajada de México, presentará un concierto sinfónico por el aniversario 211 de la independencia de México. La cita será el miércoles a las 20.30 en la sala principal del teatro Solís. El programa incluirá algunas obras sinfónicas, como El Salón México de Aaron Copland, Danzón N° 2 de Arturo Márquez y Huapango de Pablo Moncayo. Además, habrá una selección de piezas y canciones mexicanas, como “Estrellita” de Manuel Ponce, y “El triste” de Roberto Cantoral, a cargo del tenor Santiago Vidal. Las entradas se venden por Tickantel y valen $ 250.

Alucinaciones en Familia

La banda de Pau se presenta hoy a las 19.30 en Plaza Mateo (Rambla Wilson y Sarmiento); tocará sus dos discos enteros para festejar que acaban de ser editados en vinilo. Las entradas se consiguen a $ 500 por Redtickets.

Los Espíritus

La banda argentina se presenta hoy y mañana a las 21.00 en Sala del Museo (Rambla 25 de Agosto de 1825 y Maciel), con entradas por Abitab a $ 1.065.